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13: Presentaciones

Nathan llegó a recogerme temprano para el evento, y en todo el camino no pude dejar de mirarlo. Se veía increíble en ese traje, si tan solo todos los días se vistiera de esa manera.

Llegando al palacio se puede observar los flashes de las cámaras por todos lados, acompañado de una alfombra roja que le da todo el glamour de una fiesta de ensueño.

Definitivamente no era sólo una fiesta familiar como dijo mi padre.

Miré mi vestido y supe que había echo la elección correcta, el color resalta mi piel y es digno de una princesa. Aunque aún no lo sea, no formalmente.

-Pensé que era algo más familiar e íntimo, dulzura -Nathan me mira algo nervioso, supongo que no se esperaba un gran evento, al igual que yo.

-Creía que estabas acostumbrado a las cámaras, ya sabes, todos en la escuela vienen de familias muy famosas.

-Es diferente esta vez.

-¿Por qué?

-Yo me entiendo.

Bajamos del auto y somos fotografiados al instante, además comienzan a llenarnos de preguntas algo comprometedoras.

-¿Son pareja, señorita Caulfield? -Pregunta uno de los paparazzis.

-¿Ya lo ha presentado a su familia? -Pregunta otro.

Nathan y yo sonreímos mientras sacan las fotografías. Él me agarra de la cintura y me apega más hacia su cuerpo lo que me hace sentirme nerviosa, y a la vez desata más preguntas de los curiosos.

-Nathan...

-¿Qué pasa, preciosa? Déjame disfrutarlo.

Le sonrió y nos quedamos un rato más hasta que sentí que ya era hora de entrar.

Me sentí un poco nerviosa, ver a mis padres después de todo lo que pasó no me agradaba para nada, y saber que mi hermano se comprometería con una bruja, no hace para nada más amena la noche.

Entramos del brazo al palacio, y el ambiente es totalmente como creía que iba a ser. La orquesta sinfónica toca en medio del salón y los invitados bailan alrededor de ellos, el banquete se ve increíble al igual que la decoración.

-¿Por qué no contrataron un Dj? -Nathan observa a los músicos y niega con la cabeza.

-Los gustos de la realeza son algo peculiares -Respondo sonriendo-. Además la música clásica nunca pasa de moda.

-Pero ahora ya no podré sacarte a bailar, no se como moverme con esta música.

-Vayamos a saludar primero, después yo te enseñaré cómo se baila.

Me dirijo hacia mis padres junto con Nathan. Los dos se encuentran perfectamente vestidos, con una perfecta sonrisa aunque ellos son una perfecta farsa. La verdad es que ya no se aman, cada uno está por su lado, algo que sólo sabe la familia nuclear.

-Padre, madre. ¿Cómo han estado? -Asiento con la cabeza haciendo una reverencia-. Les presento a mi amigo, Nathan French.

Mis padres saludan a Nathan cordialmente, y se sonríen mutuamente.

-Señor French, dígame. ¿Es familia de Víctor French? -Pregunta mi padre.

-Si, él es mi padre -Responde Nathan orgulloso.

-Parece que has elegido una excelente compañía, cariño -Dice mi padre mirándome y yo solo asiento. Comienzan a entablar una conversación y decidí alejarme un poco.

-¿Y los futuros prometidos, madre?

-Están terminando de arreglarse, es una noche importante para ellos. Y cuéntame querida. ¿Cómo está Wilbur?

Esa pregunta hace que me dé escalofríos, no puedo creer que tenga el descaro de preguntarme por ella.

-No sabía que eran amigas -Respondo con sarcasmo.

-Cuida ese tono conmigo, yo no soy ninguno de tus amigos para que me hablas así -Me susurra procurando que nadie la escuche-. Esta noche también es importante para ti, hay una persona que tenemos que presentarte.

-Espero que no sean más políticos.

-Tú misma lo verás.