Seven days; ch

Wednesday

Aquel día regreso temprano de la playa, más específicamente luego de que aquella misteriosa chica desapareció de su vista.

Pasó el resto del día en encerrado en su cuarto de hotel, sin poder borrar de su mente la sonrisa de ella.

Había algo en la manera que le había observado y sonreído, el pequeño hoyuelo que se le había formado, que había capturado la atención de él.

Nunca le había pasado aquello; en un momento de la noche, cuando se encontraba sentado en el balcón, con la única compañía del suave murmullo que las olas provocaban al chocar contra la orilla, una idea se le cruzó por la mente.

Pero la desechó con una sacudida de la cabeza; eso no era una película de Disney, en la que los protagonistas se enamoraban con solo intercambiar miradas una vez.

No lo era... ¿o sí?

Aquella noche de martes se durmió con aquella duda rodando en su mente.

Al otro día, cuando los rayos del sol volvieron a pegar en su rostro, no dudó ni un segundo en saltar de la cama y vestirse rápidamente; quería volver a aquella playa y tratar de encontrar a la chica misteriosa que había estado rondando en su cabeza por todo el día.

Salió del hotel, luego de haber tomado un rápido desayuno, y emprendió el camino a pie hacia el lugar.

Intentó no lucir desesperado al escanear toda la playa cuando se encontraba en el mismo bar playero, con sus ojos ocultos detrás de sus lentes.

Pasó una mano por su corto cabello; sabía que era una idea completamente loca el intentar encontrar a una chica entre medio de toda la multitud cuando solo la vio por una sola vez, pero sabía que podría identificarla sin ningún problema.

Pasó un rato, y él continuaba sentado en el mismo lugar, intentando localizarla.

Capaz está en otro lugar de la playa, se dijo a sí mismo; pagó lo que había consumido en aquel rato y comenzó a caminar por la playa.

Los rayos chocaban contra él, lo mismo ocurría con el agua que mojaba sus pies mientras que caminaba por la costa.

El sol se ocultaba y él lo observaba desde su balcón, sentado en una de las sillas, con su guitarra en mano.

Ese día, no la había podido ver y esperaba que fuera mañana.