Thursday

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No pudo evitar enarcar ambas cejas cuando observó aquel bar que había acostumbrado a ir por los dos últimos días, y ver quien se encontraba sentada en uno de los altos taburetes.

Una sonrisa se posó en su rostro, involuntariamente. Estaba sola, sin nadie rondando a su alrededor.

Su suerte había cambiado durante la noche, definitivamente.

Sintió como su corazón latía a una velocidad más rápida, como si hubiera estado corriendo instantes antes; no sabía por qué el motivo de los nervios. Pero si sabía que esa era su oportunidad de hablar con ella y de saber su nombre, para dejar de llamarla en su mente la chica misteriosa.

Frotó las palmas de sus manos en el pantalón corto que vestía y se acercó hacia la barra de madera; saludó al hombre que se encontraba detrás de ésta y pidió lo que había estado bebiendo cada vez que estaba ahí. Se sentó junto a ella, pero no dijo palabra alguna.

Por el rabillo de su ojo, no pudo evitar no observarla; notó su nariz respingada, que fruncía de vez en cuando, las diversas pecas que había en sus pómulos.

También notó la sonrisa que le dio cuando supo que él la estaba observando; Calum giró su rostro para el lado contraria, intentando que no notara el leve rubor que sus mejillas habían adoptado.

—Victoire.

Una suave voz lo sorprendió; se dio la vuelta, encontrándose por primera vez con sus ojos, unos ojos verdes como el mar que lo hipnotizaron completamente.

Nunca había visto unos ojos como los de ella, con ese color como el mar; se perdió completamente en ellos.

Una risilla lo sacó de su transe.

Frunció el ceño, sin comprender el por qué ella se reía.

—Soy Victoire—volvió a repetir su nombre, sin borrar la sonrisa divertida de su rostro.

Calum le devolvió la sonrisa. —Calum.



Seven days; chDonde viven las historias. Descúbrelo ahora