Me siento espectacularmente lista para este día. No es que sea uno especial solo me emociona mi primer oficial día de trabajo. Además hay cosas que me dejan una sonrisa, como el hecho de estar aquí. Siempre soñé con salir a cualquier lugar, un lugar lejos de mi hogar, para que al llegar ahí se convirtiera en mi hogar igual. Estar aquí es de lo mejor que me ha pasado.
-Despertaste antes-volteo y miro a Gastón parado un lado de la cama
No había notado su presencia, estaba como tonta creo mirando a la pared. Justo ahora me da pena que me vera así.
-Si.-digo sonriendo nerviosa.-creo que la emoción no me permitía dormir.
El suelta una risita, que es bastante contagiosa porque yo también hago lo mismo.
Me dice que ira a ducharse y a cambiarse y que después ara el desayuno. Solo asiento y continuo con lo mío. No...no continuare viendo a la pared como una loca. Decido que será mejor cambiarme.
Ahora que lo pienso no sé qué clase de ropa tengo que usar para el trabajo, supongo que algo cómodo. Supongo que unos jeans y una camisa cualquiera bastaran. Por desgracia no tengo unos zapatos...llamémosle decentes para caminar, solo uso tacones y no es algo que yo ame hacer pero estoy impuesta.Cuando era niña, mi madre odiaba que yo estuviera en tenis, así que un día me compro unos botines de tacón para niñas. Eran lindos, de color rosa pálido si mal no recuerdo. Y me hiso usarlos todos los días durante un año que fue cuando se rompieron y ya estaban todos desgastados. Y siguió comprándome y cada vez más altos y si me los quitaba ella...me gritaba y me insultaba. Recordemos que cuando alguien tiene exceso de alcohol en la sangre dice muchas cosas malas o hasta incoherentes...o eso quiero creer. Me hacía caminar con tacones hasta que los pies me sangraran y las rodillas me dolieran a muerte. Y aunque ella decía que era por mi bien, que era lo mejor para la postura y porte de una chica de sociedad; era una tortura. Pero después de unos años me acostumbre a usarlos diario. A veces se me olvida que los traigo y el dolor ya no es tanto como en esos días.
Escucho como el teléfono del departamento suena. Siendo sincera yo no sabía que había uno. Pero mientras me voy acercando miro un telefonito negro de casa, ahí, sonando y pues que más puedo hacer más que contestar.
-¿Hola?
-Buenos días, Mafer.- dice Jounny al otro lado del teléfono.
-Buenos días. ¿Qué pasa, Jounny?
-Bueno, llego un paquete para ti.-dice, estoy segura de que esta sonriendo.¿Paquete?.... ¿que podrá ser?...bueno mejor voy a averiguarlo.
-Ahora bajo.- contesto.
Cuelgo y voy a decirle a Gastón que volveré en un momento. Solo grita que está bien y yo me encamino a la puerta para ver qué es lo que pasa.
Salgo del departamento y sin querer, volteo hacia la puerta de al lado, la del departamento de Patrick. Me pregunto si estará en su departamento justo ahora o si habrá salido. Y si estará bien, anoche no lucia muy cuerdo, me atrevería a decir que estaba borracho dado lo desorientado que estaba. Debo admitir que me quede dormida pensando en lo que paso anoche que lo mire al pie de mi puerta, lo lindo que es y que se miraba.
Deja de pensar en eso y ve a la maldita recepción.
Sí, mi pequeña Mafer interior tiene razón. Camino a paso decidido hacia el ascensor. Presiono el botos y espero a que llegue a donde estoy. El ping no se hace esperar y entonces sé que ha llegado. Entro y antes de que las puertas se cierren una mano prohíbe que lo hagan y ahí está.
-¡Mafer!...Hola, ¿Cómo estás?.- Patrick parece nervioso, trae una camisa de botones gris, unos pantalones negros, botas y lentes oscuros además de una mochila. Luce precioso. Me mira o eso creo, con los lentes no es muy seguro y parece nervioso.-Quería pedirte una disculpa por anoche que estaba en tu puerta. No recuerdo como llegue ahí, lo siento mucho.
-No te preocupes. Está todo bien. Solo no vuelvas a asustarme así pensé que eras un asaltante o un loco o algo así.- ambos sonreímos como tontos. Eso no es exactamente bueno.- y estoy bien gracias por preguntar. ¿tú qué tal?
-Me alegro. Bueno tengo un poco de resaca.-dice un poco avergonzado.- creo que en pocas palabras estoy bien.