Capítulo 11

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Después de aquellas tres largas horas dando clase, por fin salí de ésta buscando a Liam a la sala de profesores. Todo el mundo salía con fuerza tirando y empujando a todo el mundo y me estresaba demasiado eso de las prisas para salir del recinto sabiendo que tenía que ir yo en dirección contraria a todos. Me arrollaban muchas veces pero seguí adelante, no quería un castigo de Liam al verle y al llegar tarde. Al cabo de unos minutos, llegué a la sala de profesores y empecé a llamar a la puerta recordando como llamaba Amanda: creo que eran dos veces, pausa, tres veces más, pausa, una vez, pausa y cinco veces. Probé esa combinación que pensé de mis recuerdos y se escuchó como se abría y se dejaba ver a mi profesor de Economía, tan soso como siempre. Me hizo un gesto para que pasara y para que viera a Liam esperándome con el ceño fruncido buscando una explicación. 

-Has tardado... 

-Lo siento mucho Liam... Es que la gente empuja mucho -contesté mientras le miraba a los ojos.

-Sea como sea, vámonos o no podré hablar contigo.

Asentí y salí a su lado mirando al resto de profesores que quedaban que estaban terminando todo para irse. Abandonamos la sala de profesores y nos dirigimos al parking, me quedé mirando a Liam fijamente a los ojos pensando si estaba bien por lo de Charles aunque la respuesta la sabía de antemano, que no estaría bien. Al llegar abajo mirando que todo el mundo se había ido, Liam me agarró de la cintura y me besó el cuello sin marcarlo separándose a los dos segundos tirando de mi brazo derecho hasta el coche y abriendo la puerta haciéndome pasar al asiento del copiloto y después sentándome en ese sitio mirando a mi amo con sumisión como un perrito que buscaba que su dueño estuviera contento. Cuando Liam arrancó, yo seguí mirando a Liam y de vez en cuando miraba a la carretera notando que nos acercábamos a su casa, se le veía mal pero calmándose con los minutos sabiendo que ahora se iba a desatar conmigo y que sería el Liam sin Charles que me gustaba a mi. 

Al llegar a la puerta de su casa, iba cargando con mi mochila de clase y Liam con su cartera de profesor que le hacía ver sexy. Sacó las llaves delante mía y abrió la puerta dejándome pasar y, acatando la norma que me puso el primer día, me quité la ropa hasta quedarme desnudo y dejé la mochila en la mesa de salón-comedor subiendo de una manera sumisa a la habitación de Liam. Los minutos pasaron y Liam acabó subiendo a la habitación con un par de cuencos de perro, uno lleno de agua y otro de pasta, para mi. 

-Estarás hambriento pequeño -dice dejando los cuencos en el suelo al pie de la cama. 

Yo no dije nada, solamente bajé a cuatro patas para llevar mi cara al cuenco de comida y ante el sabor, sonreí mirando a Liam. La comida estaba deliciosa pero me daba apuro no ver a Liam comer asi que dejé de comer y me senté en el suelo mirándole para que comiera. 

-¿Que te pasa perro? -pregunta mientras me mira y mira el plato dirigiéndose a mi- Mierda... Se me olvidó mi comida, gracias perro.

Cuando se fue abajo seguí comiendo y bebiendo lento para aprovechar bien la comida notando al rato una presión dentro de mi entrada haciéndome dar la vuelta viendo a Liam poniéndome una cola de perro habiendo dejado los platos de su comida en la cama. El gemido que se me escapó fue algo más sonoro de lo normal pero muy placentero hasta para los oídos de Liam. Después de gemir esa vez, volví a comer del cuenco moviendo la cola feliz para indicar que me estaba encantando la comida y me dejaba ver para Liam. 

Al acabar ambos de comer, subí a cuatro patas a la cama poniéndome encima de mi amo sonriente moviendo la cola para alegrarle el día y que no pensara en el tema Charles de esta mañana. 

-¡Woof!

-¿que te pasa perrito? -pregunta llevando sus manos a mi cadera y yo me aproximo a darle un lametón en los labios- ¿y ese lametón? 

Hoy había que admitir después de haber perdido la vergüenza, que estaba juguetón con Liam en este juego. Me portaba como un perrito juguetón dándole besitos y lametones por todo el pecho hasta que me quita y me mira. 

-Creo que ya si que si puedes ponerte algo del ropero... -se levanta y se va fuera de la habitación.

-¿Si? -pregunto quedándome en la cama ordenando los platos y salgo con ellos y los cuencos para dejarlos en la cocina y subo viendo un trajecito de látex, el mismo que vi la primera noche con un arnés para el pecho, unos guantes y unos calcetines del mismo material- vaya... 

Liam se acercó hasta mi y me puso un dedo en los labios mirándome diciéndome con la mirada lo que debería hacer, por ese motivo me puse recto en el centro de la habitación y extendí mis brazos abriendo mis piernas como un maniquí. Después de aquello, Liam solamente me puso todo ya lubricado con facilidad moviendo mis extremidades a su antojo para ponérmelo bien. Al acabar me miró fijamente colocando el arnés y me acarició los labios. 

-Así mejor, creo que te lo has ganado por el buen comportamiento de hoy. 

-¿Estás contento conmigo de verdad? -no esperaba que alguien me dijera eso, de verdad.

-Si, hoy si... Te estás volviendo un buen chico, sabes muy bien encajar quién manda.

No contesté porque antes de que pudiera articular una palabra Liam me besó apasionadamente dejando claro que hasta su boca mandaba sobre la mía. Aquel día sería el primero de mi entrenamiento de verdad como sumiso de Liam, tocando todo y probando todo lo que me dejara el deseo y la curiosidad, y mi propio aguante.


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Lo siento mucho por tardar con este pero estaba con muchos problemas, exámenes y demás y si sumo que no tenía inspiración pues... Sale esto jajajajaj. Espero que os haya gustado el capítulo y que votéis, comentéis, sigáis esta cuenta para más CoI.




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