Capítulo 16

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Cuando llegué a casa de Liam, todo estaba igual que la última vez, salvo que ahora había instalado una cámara en el superior del número de dúplex para ver quién llamaba a la puerta y que no pasara como con Charles.

-Ahora estás previendo antes de que venga Charles... -dije algo serio pero curioso, se notaba que quería ver que más había cambiado el amo.

-Sí, no quiero que ese hijo de puta vuelva por aquí en mucho tiempo. –se le notaba que había jodido una relación, ese Charles si por Liam fuera, estaría muerto ahora mismo.

-Liam. –Me acerqué a él un poco y le toqué el hombro suavemente.- sé que es un hijo de puta pero ahora el que tiene el deber de hacerte lo que más quieres soy yo... Aunque no me sienta bien por el beso que vi que te dio.

-Deja el tema de una vez, ahora ponte a estudiar lo de hoy, no quiero que tus notas empeoren. –dijo mirándome a los ojos unos instantes y yo obedecí casi al instante para ponerme a ello.

Me puse en la mesa del saloncito que tenía Liam, él mientras tanto estaba haciendo algo de cena y lavando cosas que parecía que iba a usar conmigo esa noche. La economía me entraba muy a duras penas ya, habían pasado dos horas estudiando sin parar y Liam no me había traído nada de merendar, ya eran las cinco y media de la tarde y Liam no estaba por la zona en la que yo estaba: él seguía arriba tranquilamente haciendo lo que tuviese que hacer.

Cuando quise acabar de estudiar a las siete y media, subí tranquilamente hasta donde estaba Liam ocupado, me lo encontré más que preparando cosas, leyendo un libro.

-Me impresionas cada día más, Liam. –dije pasando hasta quedarme a su lado, de pie en el suelo.

-No sé por qué dices eso, solamente quería leer un poco y pensar que le podría decir a tu madre que soy. –dijo mientras subía la mirada hasta encontrarse con mis ojos.

-Con decirle que no me pegas ni maltratas creo que irás bien, mi madre siempre quiso que diera con alguien que me cuidase. –Confesé mientras me sentaba a su lado- Tienes que demostrar que me cuidas y que eres alguien que merece estar conmigo, día a día.

Liam se quedó callado y miró al libro otra vez, ¿le molestó que le dijera eso? Es que es la verdad, necesitaba a alguien que me protegiera y que me cuidara. Si Liam no me quería cuidar ni nada de eso debería dejar de hacer esta pantomima. Pero justamente cuando fui a levantarme para irme a otro sitio, me agarró de la cintura y me tumbó con él en la cama mirando todavía al libro.

-Si tu madre quiere eso, deberé dártelo por el bien de que sigas siendo mío. –dicho eso me empezó a besar el cuello suavemente.

Si de verdad me haría eso, creo que no sería por mi madre, creo que sería porque él quiere de verdad darme eso. Algunas veces me costaba entender a Liam, y esas veces querría que me contara lo que le pasaba pero es que no era una persona que se abriera mucho que digamos. Seguí notando sus cálidos besos en mi cuello un rato más hasta que se hartó de ello y le miré a los ojos.

-Tráeme las cuerdas rojas, quiero dejar de pensar en ello. –me ordenó sin más. Las cuerdas que me pidió estaban en otra habitación que él me indicó en su momento. Se las traje y le miré a los ojos sabiendo que tenía que desnudarme.

Cuando quedé desnudo ante Liam, le ofrecí mis muñecas tímidamente y él las fue atando bien, hizo lo mismo con mis brazos para ponerlos pegados a mi espalda y con las piernas. Me dejé caer a la cama de Liam y suspiré, iba a pasar una noche tremenda con él.

La tardé pasó volando y me encontraba con alguna marca de las cuerdas en los brazos, Liam estaba haciendo la cena y yo estaba en el salón desnudo esperando a que cenáramos. Liam solamente llevaba el delantal puesto, debajo no llevaba nada tampoco y me encantaba verle de esa manera tan... Paternal conmigo y sexy a la vez. Al rato salió con una pequeña lasaña para los dos de carne y me senté en la mesa con una actitud calmada.

-Huele bastante bien... -huelo mejor y luego miro a Liam un instante.

-Cocino bien, es lo que tiene que viva solo siempre...

-No seas un creído... -le doy un golpecito suave en el hombro y me pongo a comer.

Al rato de cenar juntos, recogemos todo y nos vamos a la cama a jugar un poco, Liam me llevó a una habitación nueva con más cosas: una de ellas era una cama de vacío, por la que sentí mucha curiosidad y miré a Liam.

-¿Te gusta eh? –preguntó abriendo el aparato y me mete con cuidado dentro, no parecía peligroso así que cuando la activó me quedé aprisionado ahí dentro sin siquiera ver nada, solamente respirar.

Liam escuché que se fue un momento porque llamaron a la puerta, un montón de gritos sacudieron el dúplex y de golpes, Liam vino corriendo hasta mi cercanía y me sacó de la cama en la que me metió y me miró: estaba sangrando por la boca y por el pómulo.

-Cámbiate... Corre. –dijo alterado mientras seguía sangrando.

Quería limpiarle pero era imposible, me fui a cambiar y al bajar las escaleras ya cambiado, miré que quien pegó a Liam fue...

-¿Papá?...

No podía ver qué pasaba con claridad, mi padre tenía la mano derecha llena de sangre de haber pegado a Liam, y también tenía la cara llena de golpes, se habían pasado ambos.

-¡Liam a casa ya! ¡No quiero que te juntes con un gay! ¡Te volverá gay!

Lo que dijo me rompió en mil pedazos, Liam estaba bajando dolorido por las escaleras y me posó la mano en mi hombro, quería que me fuese con él para evitar más problemas esa noche, aunque dudaba que hubiera que hubiera más. Nada más Liam me indicó que me fuera, me fui con mi padre bastante dolorido por dentro: parecía que había recuperado más o menos a Liam para que luego viniese mi padre y me lo quitase.

Subí al coche de mi padre y me perdí en las calles nocturnas londinenses... Puede que para el resto de tiempo que viviera en Londres.


¿Cielo o infierno?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora