Capítulo 5

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-Bien Matt, hemos de hablar ...

Aquellas palabras me volvieron loco, solamente me senté en la silla del profesor y le miré a los ojos mientras él me miraba a mi. Se acercó a mi y tendió el papel delante mía, las letras elegantes del título me hacían que esto iba ya en serio. 

-Esto Matt, es mi propuesta. Es un contrato de sumisión y quiero que seas solamente mío y de nadie más, que todo el placer te lo de yo y te lo controle en todo momento además de que nunca te faltaría nada. -concluye Liam mirándome a los ojos-

-Pero... no tendré libertad... -tomo el contrato y me dispongo a leerlo, primero las cláusulas que había de cumplir yo, el sumiso- 

Mientras leía en silencio no sabía que hacer, tenía que tener a Liam, mi amo, como alguien superior y cumplir todas sus órdenes para no recibir castigos, cuidar mi dieta y mi forma, no hacerme daño, no fumar ni beber alcohol, cualquier droga queda prohibida... Todas las cláusulas me parecían razonables como las del amo: cuidar al sumiso y preocuparse siempre por su bienestar, cumplir los límites acordados con el sumiso... etc. Después de leerlo me levanté  miré a Liam a los ojos y tomé el papel. 

-Aquí no vienen las prácticas, necesito saber que me hará... ¿Puedo llevarme el contrato a mi casa y pensarlo? Estoy indeciso Liam -confieso dándome la vuelta- 

-Puedes.. pero mañana quiero respuesta, ¿queda claro?

-Si Liam... Claro -digo firme y abandono la clase y el instituto, atrasarme con Liam hizo que tuviera que ir a mi casa solo, en metro. Cuando quise llegar ya estaba mi familia comiendo sin mi- ¡Que bonito joder! -escondí el papel en la mochila- 

Subí a la habitación corriendo y dejé la mochila en la cama, después bajé a comer con mis padres. La comida fue amena y divertida, mi madre estuvo comentando que mi hermano había pegado a otro chico por haber  pegado a alguien menor que él, era todo un defensor de los pequeños. Después de comer, subí tranquilamente a mi habitación sin acordarme de la mochila ni de lo que había dentro, podría decirse que lo estaba meditando demasiado. Me metí en la ducha y se me vino el tema de la hoja a la cabeza, Liam me cuidaría y me trataría bien, o eso creía. Tenía que firmar eso o pasar de firmar pero... No sería nada lo mismo, Liam solamente se fijó en mi para esto y en nadie más así que había algo ahí que lo hacía especial podría decirse. Al salir de la ducha tomé la hoja y la volví a leer detenidamente lo que debería de hacer como sumiso, estaba muy nervioso pero tenía que decidirme ya y no habría vuelta a atrás con la decisión. Después de leerlo un par de veces más decidí tomar mi boli azul del estuche y firmar, y dejarlo firmado para mañana para Liam. La firma que dejé era elegante, la aprendí cuando tenía 6 años y mi padre me llevó a Nueva York. El resto de la tarde la empleé en estudiar y en hacer deberes para el día siguiente y las frases adicionales de Latín que me había ganado. Después de eso, llegó la hora de cenar y corrí abajo a la cocina a preparar un poco de pollo para mi familia, era fácil de hacer pero requería estar bien cocinado para poder comerlo. Calenté la sartén y vertí los trozos de pollo en la sartén ya rebozados, cuando estuvieron hechos bien, los saqué e hice una salsa de tomate picante para acompañarlo y lo vertí encima del pollo. Después llamé a mi familia a la mesa y todos sonrieron porque les encantaba que hiciera así el pollo.

-Hijo... El pollo siempre te sale bien... -dijo mi madre tomando el primer trozo- delicioso. 

-Gracias mamá, hermanito cuidado que te pica ¿eh? -río porque mi hermanito siempre había sido muy exquisito con la comida-

-Matt, ya sabes que es así, le picará y se irá -rueda mi madre los ojos- ¿Pensaste ya el nombre de tu plato estrella?

-Ehm... Creo que si... -comento en bajito viendo como mi hermano se iba porque estaba picante- le llamaré Pollo Sumiso.

-No entiendo el nombre Matt... -confiesa mi padre-

-Es porque está bajo la salsa picante, que lo hace más vulnerable y lo hace estar a merced del sabor. -me inventé la excusa con una sonrisa porque me había quedado bien-

-Si, eso tiene sentido... ¿que te parece Lina? -pregunta mi padre a mi madre-

-Si, tiene un buen nombre y basado y todo... Enhorabuena Matty.

Los tres reímos hasta que mi hermano quiso aparecer para comer más, el pobre nunca se acostumbraba a la comida picante. Después de la cena mi móvil empezó a sonar y subí como un rayo y lo cogí al momento.

-¿Si?

-Soy yo... -dijo la voz-

-¿Liam? ¿Cómo sabes mi número? 

-Tu matrícula la echaste con tu número de teléfono... Piensa.

-¿Qué quieres? -pregunto algo nervioso, había firmado el papel-

-Quería saber sobre tu bienestar... No es tan raro...

-Estoy bien, gracias Liam. -dije frío como se ponía él con todo el mundo-

-Vaya frialdad me sacas... Mañana espero tu respuesta a primera hora en mi departamento, estaré solo así que... Vienes, está al lado de clase.

-Gracias Liam, estaré allí. -colgué-

Me lavé los dientes con la frase de Liam sobre mi bienestar, era algo raro pero... Se agradecía ya que nadie salvo mis padres me habían preguntado eso en mi vida, puede que lo de tenerle de amo fuera algo bueno. Me acosté tranquilo porque ya había decidido que iba a hacer así que ya no había vuelta atrás, caí rendido a la cama y dormí hasta el día siguiente.











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