Pasado unas cuantas calles, llegue a mi casa. Abrí la puerta con sigilo y lo primero que escuche fue " FALTA! MALDITO ARBITRO!". Mire hacia su butaca, encontré a mi padre con más cervezas en la mano, chillando al televisor como si le escucharan, y una botella de whisky en la mesa de al lado de su butacón marrón.
- Ho..hola papá.. - Dije algo temblorosa sabiendo lo que venia ahora.
- Que haces ahí parada? Tráeme más cerveza maldita sea, ¿no te he dado modales? Toda una vida pagándote los estudios para que ni siquiera te encargues de tu pobre padre. ¡VERGÜENZA DEBERÍA DARTE! - Me quede callada, y con la cabeza baja, asentí dejando la mochila en mis pies.
Salí en busca de sus cervezas, saque una de sus docenas y se las deje al lado de la butaca sin decir nada. Me subí a mi habitación recogiendo por el camino mi mochila. Antes de que consiguiera llegar mi padre interrumpió de nuevo.
- ¿No piensas limpiar este desorden? ¿Piensas dejarlo todo así? Eres una cerda. Si sigues así nadie te va a querer, te quedaras sola, te pudrirás, y morirás sola. - Agache la cabeza sabiendo que una lagrima salía de mi ojo derecho. - ¡LIMPIA! AHORA. - Impuso mi padre tirándome una de las latas de aluminio a la cabeza.
Volví a recoger todo aquel desastre, el salón olía alcohol desde hacia meses. Concretamente desde hace 6 meses, había pasado ya medio año desde la separación de mis padres, desde que mi madre se fue de esta casa dejándome a mi aquí, y mi padre fuera despedido por su problema con el alcohol delante de toda la empresa.
Después de todo, finalmente, me libre de él, primeramente me dirigí al baño, mire mi cabeza, sentía que me goteaban gotas alrededor, efectivamente, se había abierto de nuevo una de mis pequeñas brechas debido a la golpe con la lata de aluminio, que al parecer, estaría algo rota. Después de tratarme la herida con una gasa, fui a mi habitación y me encerré allí. Saque todos los libros de mi mochila, y materia por materia fui haciendo todas las tareas correspondidas. Al acabar, abrí mi pequeña libreta y comencé a escribir en ella como cada día.
"Querido ¿Diario?
¿Es estúpido verdad? Quiero decir, tengo 16 años y a pesar de eso, sigo escribiendo cada día en esta especie de Diario como si tuviera 10 años aún. Aunque la verdad, nunca me ha ido mal contarte las cosas. Es decir, ¿A quien se las diría si no? ¿A papa? El lo único que haría seria chillar, decirme lo miserable que soy, y golpearme una vez más. ¿Y a mamá? La veo algún que otro fin de semana cuando viene a verme, o me viene a buscar después de clases, me habla de su trabajo, y yo de mis estudios, me pregunta por papá y yo lo único que hago es decirle que todo va bien. Han cambiado tantas cosas, lo recuerdo como si hubiera sido ayer, y sin embargo, ya ha pasado medio año.Mis padres hacía dos días que habían firmado los papeles de divorcio cuando mi padre llego a casa, frustrado, humillado, y avergonzado porque le habían despedido en la empresa. Al parecer, mi padre tenía un problema con el alcohol, que en su momento fue controlable, hasta que se fue de las manos, entre muchas otras, una de las razones del divorcio de mis padres. Desde aquel divorcio todo me cambio, ya no por el echo de que mis padres no convivieran juntos, si no, por que desde aquel momento, pase a ser propiedad de mi padre ya que el juez le concedió la custodia a él debido a que mi madre en aquel momento no tenía trabajo, a pesar de que ahora, se haya convertido en una de las grandes doctoras de la zona.
Desde aquél momento, papá arroja toda su frustración, ira, odio, desaprobación y todo aquel sentimiento desagradable que se os pueda ocurrir, en mí. "
Y entonces fue, cuando escuche la puerta de casa abrirse, eso solo podía significar una cosa, mi madre había venido a verme.
Con sigilo me acerque al salón, mi padre se había dormido, y allí me encontré a mi madre con una sonrisa de oreja a oreja, con su bata blanca de trabajar, y con los brazos abiertos esperando un abrazo. Mi madre y yo nunca tuvimos una de esas relaciones consideradas "madre-hija" pero sin embargo, nos queríamos, eso no se podía negar.La abrace y note que su mirada paso de tenerlos cerrados a dejarlos fijos en un lugar de mi cabeza, mierda, se separo de mi y con su tono dulce pero firme y particular en ella, me dijo;
- ¿Qué te ha ocurrido?
- No ha sido nada, me he caído y me he golpeado en la cabeza. - Seguidamente me volví a mi habitación intentando esquivar esta conversación. Desgraciadamente, ella también vino.
- Scarlett, es la 4 vez en este mes que te caes. ¿Seguro que no hay nada que quieras explicarme? ¿Pasa algo en el colegio?
Sin pensármelo dos veces, simplemente, guié mi mirada hacía el diario, ella siguió mi mirada hasta encontrarse con ello. Me miro intentando expresar un: "Puedo leerlo?", yo simplemente asentí con la cabeza.
Después de medio año, de un largo y duro medio año, mi madre sabría la verdad.

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Scarlett Cupper
Teen Fiction¿Imaginan tener que viajar miles de kilómetros con tal de proteger su vida? ¿No verdad? Scarlett tampoco lo imaginó, hasta que tuvo que hacerlo. Con lágrimas en los ojos, miedo en el cuerpo, y heridas sangrantes en la blanca piel de Scarle...