Capítulo 4

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Aquellas largas horas del trayecto de avión que habían sido ocupadas por varias "pequeñas" siestas, por moverme constantemente del asiento, leyendo las novelas, y de nuevo durmiendo. Sí, soy una marmota, pero por fin habían finalizado.

El avión estaba aterrizando, mire a mi derecha y allí estaba mi madre, con los auriculares puestos, los ojos cerrados y un cojín en su cuello. Empece a agitarla con intención de despertarla, sin abrir los ojos me respondió ante mi movimiento.

- Scarlett, déjame dormir un rato.

- Mamá, despierta, ya estamos en California.

Me ignoro completamente e insistí.

- Mamá.. Mamá.. Mamá... RUTH CUPPER, DESPIERTA! - insisti ahora chillando y ganandome así la mirada de los pasajeros del avion.

Al instante abrió los ojos.

- EH? QUE? Si si estoy despierta! - Dijo intentando situarse con la mirada y disimular.

- Mama, que ya estamos en California. - Insistí una ultima vez, rodando los ojos. - Ahora que?

**

Al salir del avión y recoger nuestras maletas y demás nos encontramos con un hombre que sostenía un cartel con el nombre y apellido de mi madre. Al parecer, era un trabajador de la nueva empresa de criminologia donde trabajaba mi madre que le habían encargado recogernos. Y aunque, a pesar de su amabilidad a la hora de venirnos a buscar, me sentía extraña. No dejaba de mirar de un lado al otro, todo era distinto a Massachusetts.

Después de las presentaciones y de salir del arropuerto entramos en aquel coche que parecia ser un Ford.. Sí, un ford. Y supuse que nos llevaria hasta casa.

Durante todo el trajecto no pude dejar de mirar por todos lados, todo lleno de palmeras, casas enormes y esplendidas, y yo pensando que las imagenes eran photoshop.. Sin duda es precioso, pero jamas igualara a mi querida Massachusetts.

- Ya hemos llegado doctora. Cupper. - La voz del chico me saco de mis pensamientos. - Aquella es tu casa. - Dijo ahora mirándome a mi mientras señalaba aquella enorme y grisácea casa.

¿No me había dado cuenta? Pensé que nos habíamos parado delante de esta casa para informarnos que en realidad eres un ladrón y esta noche piensas saquearla entera. Sera idiota. Mil maneras de asesinar y responderle de mala gana salieron de mi mente, que tuve que contener, ya que mi preciada madre me advirtió con la mirada que debía contenerlas, así que con sutileza le mire mal mientras sonreía falsamente para luego coger mi maleta plateada.

Al salir del coche me quede fascinada, y no quería tardar ni dos minutos en entrar así que mientras mi madre terminaba de hablar con.. Bueno, con él, entre corriendo en la casa. Al abrir y dejar la puerta abierta de par en par empecé a observar panorámicamente. Al lado de la puerta se encontraba un perchero de pie acompañado de un pequeño mueble con un cuenco en el que deposite las llaves, marcos sin fotos que en un futuro rellenaríamos y un espejo encima de este. Seguidamente observe el salón enorme con suelo de madera, dos sofás de 3 plazas, con una televisión de tal vez unas 47 pulgadas, ya que de esto no entendía mucho, pero si sabía que era realmente grande. Detrás de tal sofás se encontraba la mesa principal con 4 sillas que detrás se podía observar unas puertas de cristal tapadas por unas cortinas que conducían al patio. A la derecha de la mesa había una cocina con una isla, un tipo de barra de bar y muchos espacios donde guardar comida, mi preciada comida. Quite mi gota imaginaria que caía de mi boca, al pensar en comida. Mire a mi izquierda ya que no me había movido de al lado de la mesa y observe una puerta que supuse que sería el baño. Me acerque y lo abrí, y así era, un pequeño cuarto del todo sencillo, un WC y un lava manos acompañado de un par de estantes y cajones para guardar cosas tan útiles como.. Papel higiénico.

Scarlett CupperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora