Capítulo 4

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*Narra Minamisawa*

Me desperté gracias al despertador, y también a que alguien me tiro de la cama.

Mire para todos lados confundido, no había nadie pero sentí que me pateaban las espalda, me levante y more a la ventana, hoy creo que no iré al instituto.

- Me siento mal - susurré acostándome otra vez en la cama.

Cogí el móvil y entre a mis contactos, marque el numero de la delegada y le explique la situación.

- Por favor dile a la profe - dije.

- Claro, espero que te recuperes pronto Atsushi-kun - dijo colgando el teléfono.

Deje el teléfono en la mesita de noche y volví a dormir.

(...)

Abrí nuevamente los ojos pero esta vez fue por culpe de un susurro.

Por aquí - susurro la voz - Ven por aquí.

-...creo que mejor dormire un rato más...- conteste cerrando los ojos.

¡¡¡Que te muevas pedazo de vago!!! - dijo la dulce voz (Nótese el sarcasmo) y sentí que me pegaban una patada en la espalda otra vez.

- ¿¡WTF!? - pregunte levantándome del suelo y mirando para todos lados pero sin encontrar nada.

Por aquí pendejo - dijo la voz.

- Vale, vale, vale - dije levantandome - Definitivamente necesito dormir más.

Antes de meterme otra vez en mi cómoda cama sentí como mi teléfono sonó por un mensaje, mire quien era y vi que era la delegada.

Ran: Minamisawa-kun √√ 09:34

Yo: ¿Si? √√ 09:34

Ran: Hola Atsushi-kun, la profesora dice que mañana sera el ultimo día para entregar el trabajo de historia, solo quería decirte eso, descansa bien √√ 09:35

Yo: Si y gracias por avisar √√ 09:35

- Mierda, el trabajo de historia - dije cogiendo mi mochila y sacando todo su contenido, tirándolo al suelo.

Busque entre las libretas hasta encontrar el cuaderno de historia y geografía, la abrí y busque el mapa que me habían dado para ir a por la información que necesitaría.

- El santuario de Inazuma - dije mirando el mapa que la profe me había dado -...me parece que se me olvida algo...- susurré.

Deje eso de lado y me puse el uniforme ya que era lo único que tenia a mano. Cogí mi mochil y baje a la cocina para coger algo de comer y salí hacia el insti.

- Espero que al profe de educación física no se le haya ocurrido salir a correr fuera del insti - susurré acercándose al gran edificio.

Rodee el edificio y llegue al pequeño bosque que había por allí para llegar a las escaleras que llevaban al santuario.

Cuando llegue a las escaleras me sorprendí mucho al ver a mis amigos allí sentados. Shindou se encontraba marcando un numero de teléfono y llamando, justo en ese momento mi teléfono sonó.

- Y hablando del rey de Roma - dijo Kariya levantándose de las escaleras y mirándome con las manos en los bolsillos.

- ¿Que hacéis aquí? - pregunte acercándome a ellos.

- Tu nos has citado aquí - dijo Tsurugi mostrandome su móvil y el mensaje que supuestamente había escrito yo.

- Que va - dije - Yo apenas me desperté hace veinte minutos - me defendí - Cuando supuestamente mande el mensaje yo estaba dormido.

- ¿What? - dijo Hamano - ¿Nos estamos saltando clase por que yolo? - preguntó.

- Bueno, mejor - dijo Kariya sonriendo - Al menos no tenemos que soportar a esos viejos amargados que adoran vernos sufrir.

- En cierto modo...es verdad - dije riendo y entonces recordé por que estaba allí - Mierda, el trabajo - dije acercándome a las escaleras.

- ¿Que trabajo? - preguntó Hamano confundido.

- ¡¡El de historia!! - dije corriendo para llegar al lugar.

- ...mierda...- dijo Hamano subiendo conmigo a toda prisa.

Corrí escaleras arriba, solo podía pensar en que si suspendía mis padres me iban a mandar a una academia de vete tu a saber donde.

Corrí hasta que cuando casi llegue al final de las escaleras levante la cabeza y abrí los ojos como platos al ver que al final de las escaleras un joven de piel morena, ojos negros y cabello celesta me miraba fijamente, lo que mas me sorprendió fue ver que de la espalda de aquel chico salian siete colas blancas que se mecían al compás del viento.

Por fin llegaron - pude oír la voz que había oído en casa, mire al chico y este abrió la boca - Hola, Minamisawa Atsushi - dijo.

- Minamisawa - llamo Hamano - Tus amigos son muy raros.

- Viéndote a ti no hay duda - contesto Kariya.

- ¿Ya han llegado? - pregunto otra voz acercándose por detrás de nosotros, nos dimos la vuelta y vimos a una persona hecha totalmente de agua.

- ¿Que esta pasando aquí? - pregunté.

Kurama Norihito, un dios domesticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora