Capítulo 35:"Mi caballero, Oh mi caballero"

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"Subarna -Capital del reino- Hace 10 años"

-Mi padre me ha llamado desde la corona, dice que ha llegado el momento de que me reforme como soldado -. 

Alvin y Rena estaban sentados frente a la silenciosa hoguera de la posada "Buena Jarra". Aquel día habían cerrado por descanso y estaba vacía:

-¡Eso es genial, Alvin!. Podrás volver a palacio -. 

-He rechazado la oferta -. 

Rena no podía creer lo que estaba oyendo:

-Pero eso significa... Que renuncias a tu derecho al trono -. 

Alvin le puso una mano en el pelo y se lo acarició con cuidado:

-Rena, en los dos meses que llevo aquí he podido ver como es el mundo de verdad. En palacio tuve un maestro que me instruyó en la cultura moderna pero... Jamás pudo describir cuán bello es el mundo. A demás, si volviera a palacio perdería algo muy valioso... -. 

Alvin se metió la mano en el bolsillo y extrajo un anillo dorado con gemas incrustadas:

-... A ti. Rena, ¿quieres casarte conmigo? -. 

Un torrente de lágrimas rodó por las mejillas de Rena. Se tapó la cara, porque no creía que eso fuera real. Y su sonrisa, su bella sonrisa, inundó todo con la fuerza de mil soles. Rena cogió el anillo:

-Claro que si -. 

Alvin sonrió:

-Alvin... Yo tengo otra noticia que darte -. 

Alvin aguardó unos segundos en tensión mientras Rena se decidía. Finalmente logró desprenderse del mensaje:

-Estoy... Estoy embarazada -. 

Miles de sentimientos, miles de frases, expresiones cruzaron por la cabeza de Alvin en un solo segundo, pero solo alcanzó a decir:

-... ¿Eh?... -. 

-Pensaba criarlo sin decirte nada, pues te ibas a palacio pero... -. 

-¿Voy a ser padre?... -.

-Entiendo que no quieras, estás en tu derecho y... -.

-¡Voy a ser padre! -. 

Alvin se puso en pié entre carcajadas y saltos. Invitó a Rena a ponerse en pié con un gesto de manos y la besó con fuerza:

-¿Cuándo ibas a decírmelo? -. 

-Entonces... ¿No te importa? -.

-¿Importarme?, ¡es genial! -. 

La tensión desapareció del rostro de Rena, y fue sustituido por lágrimas y felicidad. Aquella noche la posada "Buena Jarra" estaba vacía, pero estaba más viva que nunca. 

Al día siguiente Alvin se dirigió a hablar con el señor Ruthford para pedirle la mano de su hija. Había trabajado muy duro y esperaba que diera resultados. Sea como fuere, Ruthford estaba sacando unas mesas a la entrada para acabar de secarlas cuando Alvin lo vio:

-¡Señor Ruthford! -. 

El señor Ruthford se giró y miró a Alvin, que se había arrodillado en mitad de la calle con la frente pegada al suelo:

-¿Qué estás haciendo, chico?. Levántate -.

-¡Quisiera pedirle la mano de su hija! -. 

Ruthford se quedó en silencio tras sus ojos perpetuos. Miró de arriba a abajo a Alvin:

Drev: El Cazador de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora