Drev: El Cazador de Fuego.

Capítulo 55:"Sirwell Travis"

"No puedo decir que mi vida haya sido mala, que me haya faltado cariño o compañía. No puedo decir que no haya disfrutado de los placeres de la carne y el vino. He visitado las tierras más hermosas de este pequeño trozo de paraíso, he conocido a las más interesantes personas y a los más sabios eruditos, he probado manjares exóticos solo nombrados en libros de leyendas... Ha sido una vida plena y divertida, ¿no?. Entonces... ¿Por qué me siento tan vacío?. 

Quien se interese por mi, por quien fui y por quien pude ser, hay un libro en lo alto de la más alta montaña del Valle de los Vientos, en el interior de un árbol, custodiado por un hada y por un oso albino. Soy Sirwell Percival Travis, y si estás leyendo esto, es que ya he muerto"

Sirwell terminó de escribir la carta con la escasa luz que se colaba en la cueva. Sus manos temblaban de frío, y en su rostro aún podían verse las lágrimas secas. Dobló la carta con cuidado y la dejó a un lado, junto a un cuerpo inmóvil. Sirwell se miró las manos temblorosas que, a pesar de que no podía verlas, sabía que estaban ahí, frágiles y ensangrentadas:

-¿He perdido?... -.

No lo dijo para sí mismo, casi era un pensamiento en voz alta. Se abrazó a sus rodillas, tiritando, e intentó dormirse. A su lado, yacía el cuerpo sin vida de Lianne, suavemente apoyado sobre una piedra con musgo, con las manos sobre el regazo, y la cara tranquila, como si siguiera durmiendo. Por la piel de sus brazos y por su rostro corrían dibujos de serpientes oscuras, sumiendo su tez entre las sombras.