Venganza sabor a cereza

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Buenos días como vino la inspiración para este fic lo actualicé espero que les guste, acompañen su lectura de la canción en la multimedia. Disfrutemos.
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"El amor es un puente
entre dos almas,
trayendo y llevando felicidad
a ambos lados,
las personas normalmente encuentran ese puente al menos una vez en sus vidas,

Pero ese puente en mi,
Se rompió hace mucho..."
B.S.

- ¿Nunca te cansas de comer verdad?

- No. Me comería lo que acabo de comer diez veces más.

- Creo que tener un cerdo de mascota no es tan horrible como algunos dicen.

- Silencio bastardo. ¿Por qué hoy estás tan diferente, por qué me das de comer? ¿Tramas algo? -dijo luego de devorar el sexto plato de comida.

- Si te dijera que no, ¿me creerás?

- No.

- Entonces olvida todo por hoy y sólo deja de ser una molestia.

Mañana las cosas serán muy diferentes.

- ¿A qué te refieres?

-Nada. Mira, vamos por allá.

Tomé sus manos como si fuera mi prisionera llevándola casi a rastras hacia el auto de patrullaje que solía utilizar Hijikata o yo, y peleando la logré subir. Le puse las esposas en un lado atada al freno de mano y el otro obviamente a mi mano. Manejé despacio mientras subia todo el volumen de la radio para no escuchar las quejas de la China. En ese momento sonaba "All the world" una canción suave la comencé a tararear sin preocuparme de nada.

-¿A dónde me llevas?

-Quiero ir a un lugar.

-No te has preguntado si no quiero yo.

-Por supuesto pero es no es importante, las mascotas van a donde sus dueños la llevan.

-Claro que no -respondió rápidamente intentando soltarse las esposas que precisamente eran del material más duro que conocía así sería difícil para ella safarse de estas.

- Claro que si.

-Claro que no.

-Que si.

-Que no.

-Que si... -la observé estaba haciendo un gesto de molestia y de pronto se escuchó un sonido metálico. Las esposas se habian roto justo cuando llegamos.

-Llegamos.

Al bajar observé con agrado la escena, el lugar estaba tal cual lo recordaba. Una brisa recorría el campo dándome una sensación de nostalgia, el sol ya se estaba ocultando y sus rayos resplandecian reflejados en la laguna donde solia ir a pescar con mi padre. Aunque sólo lo tuve hasta los seis años en mi memoria retumba su rostro alegre a mi lado así como la sonrisa de mi hermana bajo el sol.

Un par de pájaros se posaron en el agua intentando atrapar algún pez; la cara emocionada de la China resplandecia, su risa, sus pequeños saltos como si aún fuera una niña, yo mirándola. Yo recordando a mi hermana. Yo viviendo en estos momentos. Todo esto me parecía tan lejano al Sougo que suelo ser y por primera vez me gustó. Pensé que si a partir de mañana todo cambiaría entonces valia la pena dejarse llevar.

Por el hoy.

Por los recuerdos.

Por ella.

¿Debías de resplandecer tanto?

ENAMORADA DE UN DEMONIO (okikagu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora