Demonio liberado.

945 63 17
                                    

"Yo era la única que te miraba

veia tu pasado y tu futuro,

tu tristeza y tu felicidad

lo veia todo".

¿Qué significaba esto?

¿Por qué sadist?
¿Lo de ayer fue sólo uno de tus juegos sádicos que disfrutas tanto?

En ese momento todo se había hundido, quería correr lejos, lejos de esa escena, de ellos dos, lejos de él; pero era en vano intentarlo mi cuerpo no se movía, estaba rígido y no me hacía caso. Un cuervo pasó haciendo un sonido horroroso como si marcara el inicio o el fin de algo. Y a la vez sentía como todos esos sentimientos que había en un momento apreciado se iban deshaciendo como la espuma que queda luego de romper las olas contra la orilla.

¿Mis sentimientos?
Estaban olvidados, o al menos eso me haría creer.

Él apenas despertó cuando sintió que abrimos la puerta y ella al mismo tiempo se sobaba los ojos como si hubiera dormido todo el rato con él. Con una mano él se tapó un bostezo y me miró con orgullo, con maldad, y una mirada asi nunca me la había dedicado.

¿Por qué mi corazón duele?

-Parece que interrumpimos algo. Vámonos a buscar al perro mayor, un estúpido cachorro como este no tiene ni idea. -dijo Gin-chan tomando mi mano y llevandome hacia fuera de ese lugar.

Gin-chan sabía lo que estaba pasando, Patsuan igual, me miraron desencajados y vi como uno de ellos se mordió los labios para impedir decir algo peor. No me gusta verlos así y menos por algo como esto, tenían que verme bien.

-Gorila, ¿Dónde estás? ¡Hey gorila! -dije fingiendo la voz y cambiando todo mi semblante.

-Yorozuya, ya llegaron. Partiremos en un momento.

-Kagura puedes ir a descansar, es muy temprano y además este trabajo es para idiotas y perros con tiempo libre -resonó la voz de el megane en ese momento.

-Si, Kagura-chan puedes irte, es mas toma la billetera de Toshi como pago adelantado y vete a comprar sukombu y tonteras de chica, puedes ir con Otae-San.

-Mejor sería que la Yorozuya no vaya y sobretodo las niñas inútiles -interrumpió ya vestido con una sonrisa sádica el bastardo.

-Tú -soltó Gin-chan y antes que pudiera decir algo más lo mandé a volar hasta la pared de alfrente con una patada tan fuerte como nunca lo había pateado.

En respuesta sólo se levantó y se limpió el uniforme lleno de polvo.

-No necesito más de estos estúpidos juegos -anunció mientras se levantaba.

-Y yo no necesito que hables por mi. Por mi puedes morirte, me da igual.

Aunque no era cierto y tenía un dolor en el pecho, le dije esas palabras tan duras aquel día sólo para lastimarlo. Y hoy lo repetía, eres un demonio del cual ya no quiero saber nada.

********

No necesitaba más de juegos con esa chica porque yo mismo me había encargado de romperle el corazón y estaba bien... ¿no?

ENAMORADA DE UN DEMONIO (okikagu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora