ENAMORADA DE UN DEMONIO (okikagu)

Una carta, un calvo, y una chica extraviada.

"Es curioso que queriendo perdernos, nos encontramos.
Que sin esperar nada a cambio,
Amando damos todo.
Y que peleando con toda mi alma,  empecé a amarte".

B.S.

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Kabuki-cho - Japan.

Kagura Yato.

Al final de todo lo pasado espero podamos conversar como lo haría normalmente una hija con su padre. Tan normal como sería eso.
¿Te acuerdas de las historias que me contabas cuando era una niña? Al menos una de ella se hizo realidad, y no hablo de una buena sino de una mala por donde la veas; una tan mala como te ves sin peluquín, viejo calvo.

Los Kai están aquí. Ayer pelee con uno de ellos o al menos eso dijo ser, la pelea fue dura y casi pierdo a alguien importante para mi.
No quiero ver a nadie más sufrir, por eso quería pedirte que vengas papi.
Te necesito aquí.

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Aquí estoy una vez más dejando todo para buscarme, derrotarme y hacerme más fuerte y para finalmente demostrarme que puedo ser fuerte sin sacar mi lado Yato más sangriento.

Luego de dejarles una carta, salté el muro que indicaba el final de la calle y que más allá sólo había bosque y me fui.
Recordé las historias que contaba mi papá y por alguna razón quise escribirlas, ¿Cómo es que eran? ¿Dónde se desarrollaban? Trataba de apuntar cada detalle sin olvidar alguno, y finalmente cuando lo tenía todo plasmado en papel me di cuenta:

Él hablaba de la Tierra. Bueno en un primer momentos contaba que los Kai vivían en un planeta inhóspito y que luego fueron a Rakuyou para conquistarlo, cosa que casi logran; pero en general decía que eran devoradores de planetas.
Tal como decía, comenzaban absorbiendo la energía de las personas, pero la diferencia de su clan de cualquier otro es que eran violentos, en extremo, y eso sumado a su capacidad de verse como humanos y al momento de pelear adquirir formas bestiales, los hacían sumamente peligrosos.

En fin, era un clan rival fuerte con quien poder medir mis fuerzas pero a la vez también podía perder. Por eso antes debía prepararme y que mejor con quien ha sido mi "rival" por años y quien no me mostraria compasión, e incluso creo que estaría dispuesto a matarme.

Kamui, allá voy.

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Desperté en medio de un sueño brutal y sensual en exceso, y la protagonista era ni más ni menos que la China, esa niña.

-Así que ya estas despierto, Okita-San. -escuché una voz amable al lado, cubriendo mi frente con un paño húmedo. Por un momento me hizo acordar a mi hermana por cómo me cuidaba, pero todo se desvaneció cuando pude verle el rostro.

-¿Qué haces aquí Nobume?

-El comandante Kondo-San me avisó que habías sido herido en combate así que vine. -inquirió con voz sin vida, como solía responder.

-Y quien te habrá dejado entrar. Ya estoy bien, sabes que algo así no podría matarme.

-Pero si hacerte bastante daño al parecer, vas 2 días casi enteros durmiendo.