9.- "La entrevista."

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Me gustaría pensar que el miedo desaparece alguna vez, que al pasar el tiempo es en cierto modo llevadero. Y puede que incluso sea verdad, que por lo menos aprendas algo de teatro y sepas como pretender que no está, que las cosas van bien, que sólo pisas fuerte.

Desgraciadamente, y contra todo pronóstico, no se puede vivir de la fantasía, de lo que no oímos. Supongo que nunca se puede volver a la niñez. La realidad es que no poseemos el control, que nada, absolutamente nada, de lo que hagamos, digamos, gritemos, son sólo palabras.

Y ahora tenía que valerme de ellas, si realmente estaba lista para alzar la cabeza, este era el momento. Nunca se me había dado bien hablar, esa parte siempre le tocaba a Adam o incluso a Nathan. Yo era más de quedarme a la sombra y contemplar como otros parecían pintar poesía con cada gesto.

Podría huír, volver a las sombras, evitar el ridículo... a lo mejor eso no estaba hecho para mí. Pero ya era demasiado tarde, ya estaba en el plató y no había manera de volver atrás. Había que afrontar el miedo, esta había sido mi decisión.

Estaba sentada en frente de un espejo considerablemente grande mientras un hombre de un aspecto un tanto misterioso, jugueteaba divertido con mi pelo. Había echado muchas cosas de menos, pero desde luego el que me estuvieran toqueteando de arriba abajo constantemente no entraba en mi lista.

De vez en cuando me soltaba alguna gracia o comentario que ignoraba ya que aunque pareciese estar tranquila, mi mente era un completo caos.

Así que ahí estaba yo, delante de un espejo esperando encontrar la solución a mi vida. Esperando una voz que dijera 'Eh, no te preocupes. Todo saldrá bien.' ¿Para qué mentir? Lo único que estaba esperando era a él, por mucho que no quisiese creérmelo. Mi orgullo estaba por encima de eso.

"Hola." Dijo alguien en mi espalda haciendo callar al hombre que llevaba media hora maquillándome.

"¿Qué estás haciendo aquí?" Me sorprendí o quizás me asusté. Pensaba que había quedado claro que lo quería fuera de mi vida. "¿Cómo te han dejado entrar?"

El estilista terminó su trabajo en silencio y salió confuso de la sala con la intención de dejarnos totalmente solos. Al final no era tan imbécil como yo pensaba.

"No me han dejado." Dijo obviando la respuesta. "Simplemente he entrado."

Agaché la cabeza. Supongo que una parte de mí había pensado que después de todo incluso él podía cambiar, una lástima que de nuevo me estuviera equivocando.

"Por favor Dylan márchate. No tengo tiempo que perder."

Él echó la cabeza para atrás y se apoyó en la pared aparentando indiferencia, pero la verdad no era esa. Qué manera de perder las formas y qué forma de perder las maneras.

"¿Así?" Preguntó y luego sonrió cínico como solía hacer cuando le incomodaba la situación. "¿Esto es lo que quieres?"

Asentí sabiendo que era mejor cortar por lo sano. No podía dejar cabos sueltos en el pasado o al final acabarían arrastrándome como la última vez.

No le iba a sentar bien pero eso era algo que ya tenía asumido antes de empezar la conversación.

"Cuando te conocí me hiciste replantearme las cosas. Nadie lo había hecho antes." Dijo firme mientras me atravesaba con la mirada. "Dije 'Vaya' y me sentí como un idiota porque sabes mejor que nadie que yo no apuesto ni un duro por el amor." Suspiró. "Así que espero que un día te enamores, espero que cuando el Sol se esconda levantes tu copa y que hagas todo lo que tú quieras. Pero espero que duela, mucho. Que no sufras pero que tomes todo ese dolor." Se acercó y supe que quería decir cada una de esas palabras y que de verdad, le había hecho daño. "¿Y sabes por qué? Porque sólo eres una chica. Sólo tú misma. Yo nunca me enamoraría de un cliché como tú."

Broken Arrow (Adam Lambert FanFic Parte II) HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora