Teniendo el sueño pesado, me quedé dormido en el trayecto, las 12 horas se volvieron poco ya que con algo de cansancio dormí entre 8 o 9 horas. Al despertar es de madrugada, las 3 de la mañana exactamente; la hora en la cuál ella vuelve a mis pensamientos, la hora en la cuál nadie habla conmigo; sólo ella, que me llama, a través de la Luna.
El tiempo que restaba de viaje, lo pase viéndo los films del autobús y con charlas espontáneas con quiénes me acompañaban.
Al fin hemos llegado. Bajamos nuestras maletas y tomamos un taxi al hotel, que no quedaba lejos. El botones del hotel llevó nuestro equipaje a nuestros respectivos cuartos. Descansamos un par de horas y decidimos salir a conocer la ciudad.
Cómo ya dije antes, era la ciudad más importante de mi país,México, y cuenta con una gran extensión de líneas para el transporte, principalmente público, con lo cuál era mejor tomar un metro o una bicicleta rentada de los estantes a viajar en coche.
Cada minuto, cientos, miles de personas se encontraban usando las 12 líneas de metro con las que cuenta la ciudad. Al salir de la estación de la plaza central, donde se encuentra el palacio de gobierno (lugar en el que el Presidente realiza anuncios importantes y labaros patrios en días conmemorativos a algún acontecimiento histórico,político o de índole trascendental.) Observé mujeres, siendo claros, chicas, de mi edad, con una belleza la cuál no esperaba, pero ni esa belleza la sacaba de mi mente, si, a ella, a Gabriela.
Seguimos caminando, era Lunes, mi semana apenas comenzaba y yo me hacía a la idea de que no podría sacarla de mi mente, que en cualquier momento tomaría mi móvil y le llamaría, le enmviaría un mensaje. Sólo dejé de pensar en eso y me decidí por dejar esos pensamientos por la paz, no ganaría nada si seguía preocupandome por no buscarla. De todas maneras, si el orgullo perdería, lo haría sin estár preocupado por ella o estándolo.
Poco a poco, idea por idea, ella dejaba de estár en mi mente, cada vez buscaba menos su fotografía de perfil en whatsapp para verla, y pensar "Es hermosa". ¿Orgulloso de empezar a olvidarla? ¡En lo más mínimo! me sentía preocupado, porque en el fondo de mi corazón ella estaba, pero la realidad era distinta, del fondo de mi corazón ella se moría por salir.
Son las 12, ya es Martes, sigo pensando ligeramente en ella, mi tía nos llama a salir del hotel para cenar en un restaurante cercano, de comida típica de la ciudad, acepto gustoso, soy de estómago grande y ya sentía vacío en él. Mientras cenamos, nos dice -Chicos, mañana podremos ir al parque de diversiones que les había comentado, ya que el día Jueves estará cerrado, y en Viernes ya estaremos demasiado cansados como para disfrutarlo. ¿Qué les parece si vamos mañana? Y dejamos los otros lugares para conocer después. Mis primos y yo aceptamos su propuesta, siendo jóvenes en realidad no nos importaba ir el Viernes, pero preferíamos que nuestros tíos, de edad ya un poco avanzada, no tuvieran que cansarse en vano por nuestra culpa.
El martes sólo un par de veces ella cruzó mi mente, y por motivos que podrían ser ridículos: Al ver un ave recordé que yo solía pensar en ella de esa manera, como un ser libre, que volaba en esta vida, buscando su razón de existencia, su razón de ser. La otra ocasión en que la recordé fue al ver a una chica con un cabello símil a el de ella, una espalda que se apreciaba de las mismas dimensiones, y un trasero, algo prominente, como siempre me llamó a mi la atención.
Miercoles, día de diversión al máximo, en uno de los parques más extremos de América Latina, eso quizá no diga mucho, pero para mi, que temeroso me consideraba a éste tipo de atracciones hace un par de años atrás, era mucho lo que acabo de decir. En ningún momento de éste día pensé en ver su fotografía, en llamarla o siquiera en que hacía. Al fin, no le daba importancia Gabriela. Subí a todos los juegos mecánicos que mi raciocinio me permitía, había unos, en especial una montaña rusa, que pareciera que tuviera voz, y me retaba diciéndome: -¿No tienes las agallas de subirte a mi? . Y la verdad era esa, no tenía las agallas.
Terminamos el día en el parque con un hermoso espectáculo de luces navideñas (creo que ahora sobra decir en que estación del año esta ocurriendo ésto.) Que grabé con mi móvil en casi su totalidad. Si como ahora te darás cuenta, soy muy apegado a mi móvil, como cualquier adolescente en ésta época.
De regreso al hotel, ya en la noche, mi teléfono celular se quedó sin batería y se apagó automáticamente al llegar el indicador a 0%. Llegamos al hotel, dejé mi móvil cargando conectado a la corriente eléctrica. Salí a cenar con mi familia, me dí una ducha, lavé mis dientes, y caí rendido en la cama, la semana se encontraba en su parte media, y yo cada vez más aprendía a estar sin ella.
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Amor de metrópoli
RandomUn viaje en el que conocerás los pensamientos de un chico enamorado, suicida,lógico,crítico,pervertido,romántico y solitario.