Conocerla

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El viaje de regreso es muy aburrido en realidad. Tuvimos paradas en algunos lugares de comida antes de arribar a mi ciudad, Monterrey, a la cuál llegamos a eso de las 3 de la mañana.

El autobús nos dejó a las 4 de la mañana en la parada final, donde nos dispondríamos a tomar un taxi y juntarnos en casa de mi abuela, donde mís tíos tomarían sus coches para ir a dormir a sus casas, y yo me quedaría con mí primo a domrir ahí, ya que vivíamos algo lejos,  nuestros padres no irían por nosotros a esa hora y no tenemos coche (además, estabamos tan cansados que casi caemos rendídos en el sofá.).

Del cansancio que tenía no pensé en Gabriela ni por un momento, sólo me dirigí a dormir.

Al despertar (algo tarde, rondando el mediodía) lo primero que pensé fue en tomar mi móvil, desbloquearlo con rapidez, y bajar la barra de notificaciones para revisar si ahí había un mensaje de ella, y no, no lo había.

Y sin darle importancia a eso, envié un mensaje para ella (si, incluso sin que me respondiera el anterior.) preguntandolé que si le podía ver, si podía visitarle, su respuesta fue la que esperaba -Si,no sé cuándo, pero si. Y usted lector dirá -te ha dicho que sí ¿qué más da?  Y si piensa eso permítame decirle que no es del todo correcto su idea. Soy una persona muy persuasiva, y he notado hasta el mas ínfimo detalle de su carácter, de su manera de hablar, ser y andar; Y un "No sé cuándo" que va a gregado a ese "Si" demeríta su valor. Me explico de  una manera más concreta: Lo que ella dijo es "Si te quiero ver, pero en realidad no es algo que me importe mucho" y ahora me han de tachar de exagerado, pero cuando se quiere tanto a una persona, y se le conoce como yo la conozco a ella, saber que piensa eso, duele.

En fin, decidí no volver a preguntar si tendría alñun tiempo para mi y mi corazón, dejé que el tiempo pasará, cómo ella me lo decía siempre, y entramos de nuevo a la preparatoria, comenzaba un nuevo año en el que sabía que no la vería todos los días como antes, no hablaríamos como antes, y eso me alegraba, pero muy dentro de mi era una agonía.

Comenzó la preparatoria y el primer día no la vi, me sentí muy bien, eso no marcó gran diferencia en mí, al contrario, creo que fue lo mejor. El segundo día ocurrío, la vi, con ese cadereo tan sutil que la distingue, ese cuerpo tan real, tan perfecto que posee,sus ojos llenos de brillo igual que siempre,su cabello ondeando con su andar y el viento que soplaba suavemente, casi se podía pensar que el aire que ahí corría tenía conciencia, y se movía lentamente para resaltar su larga y lisa cabellera de color negro. Y esa sonrisa que...carajo,es perfecta.





Amor de metrópoliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora