Avanzaron las semanas, comenzaba con las preocupaciones escolares y todas mis ideas empezaban a ocupar un lugar más pequeño en mi mente, eso era bueno, porque ella se desvanecía con esas ideas, pero volverla a ver, la hacía aparecer de nuevo, enmedio de todos mis problemas, enmedio de mi tormenta, como un faro, y yo, como un pequeño barco pesquero enmedio de un tifón, ella ahí, inerte pero radiante, esperandome a la orilla, para salvarme.
Era una sensación de mariposas en el estómago, era amor. Y si, era, en lo anterior,porque ella lastima y acaricia, y es mejor estár lejos, aunque no lo quiera. ¿Por qué? porque ella es vida y muerte a la vez, es sol y oscuridad, es mi mejor sueño y mi peor pesadilla, es ella y no es ella, soy yo, de nuevo, buscandole un lugar que ella no quería. Soy cómo el franelero que estaciona coches, pero ella no quería aparcar en mi sito, ese sito, al que llamamos en sentido figurado "corazón".
Y de la nada, me llama un día, preguntándome como me encuentro, cómo me va en mi nueva etapa escolar, y, era de suponerse que en mí corriera la pregunta: ¿Y tanto interés de donde viene ahora? ¿Si hace unos días no hablabamos, por qué ahora sí? Y creo que no sabré la respuesta nunca, lo que sí sé, es que ella es feliz, o eso parece desde la lejanía, porque me doy cuenta al verla sonreír, su sonrisa nunca salía en vano, ni era falsa, salía de su rostro con una naturalidad que no se puede fingir, y con una emoción que no se puede imitar, era "su sonrisa" y nadamás.
Deje de darle tanta importancia a buscarla en los recesos, le di más importancia a mis amigos, aquellos que con bromas pesadas y demás, nunca se han ido, y me han escuchado para aconsejarme.
Mi círculo social a crecido a lo largo de la preparatoria, no de una manera exponencial, pero lo ha hecho, y es más cómodo así, porque ya no sólo era yo con mi par de amigos, eran sus parejas, eran los amigos de mis amigos. Dejé de ser el chico sólo, el chico de la burbuja, y eso me hacía dejar de pensar en ella.
Y sí, no engaño a nadie diciendo que no pensaba en ella cuando estaba sólo, cuando me levantaba por las mañanas y no le enviaba un mensaje con buenos días, se sentía vacío, pero más vacío estaba yo, buscando llenarme de un río en sequía, un río que no puede dar su líquido vital.
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Amor de metrópoli
De TodoUn viaje en el que conocerás los pensamientos de un chico enamorado, suicida,lógico,crítico,pervertido,romántico y solitario.