Pero basta de hablar de mí. Esta historia no está basada en Inés Santana, está basada en Samantha, la que a día de hoy y desde hace cuatro años es mi mejor amiga.
Digamos que ella no está pasando por una vida fácil. Empecemos por los detalles. Desde pequeña, más o menos desde que tenía unos cinco años de edad, ha visto a su padre portarse mal tanto con ella como con su madre. En estas situaciones su madre, María, gritaba y lloraba mientras que su padre se quedaba callado haciendo ver que él era la víctima, lo que ha tenido confundida a Samantha hasta ahora. Verla llorar desconsoladamente sólo provocaba que María la odiara más y más, lo cual no llevó a nadie por el buen camino. No sólo estamos hablando de malas contestaciones o gritos, sino gestos severos por parte de él que jamás han sido denunciados, ya que María nunca quiso hacerlo, al contrario de mi mejor amiga. Llegaban meses de calma, pero después el ruido de las olas volvía a romper en casa de los González Rubio, provocando un fuerte estruendo el cual dejaba destrucciones conforme avanzaba por la casa. Samantha con trece años ya no podía más. Las niñas en clase la apartaban y no querían saber nada de ella unos días, pero en cambio, otros llegaban a la conclusión de que era buena niña. Con los chicos se llevaba muy bien, de hecho, siempre ha sido más amiga de ellos que de ellas. A esa edad empezó a tener pensamientos suicidas permanentes. Miraba a través de la ventanilla del coche a la altura de cada edificio, preguntándose, tranquilamente, cuánto tiempo tardaría en caer y quitarse la vida.
A pesar de ello, Samantha siguió fuerte hasta los diecisiete. Claro que en estos años ha llovido mucho. Tuvo un novio serio a los dieciséis, con el cual la perdió y... bueno, os lo contaré más adelante.
Su familia materna vive lejos, residen todos en Australia ya que nacieron allí, incluida su madre. La familia paterna de Samantha, es... cómo decirlo. Desestructurada. Encabezada por el hombre machista y la mujer sometida a hacer el trabajo que según él, es propio de la mujer. Claro que, el padre de Sam, al haber sido criado en ese ambiente, tiene los detalles del machismo incrustados en el cerebro. Samantha no se lleva bien con él, y no la culpo.
Podría entrar en más detalles de esa familia pero tampoco quiero aburriros, irán saliendo poco a poco.
Entre todos estos follones, María y su marido han tenido dos hijos más, los hermanos de Samantha, los cuales han sido protegidos por ella hasta la saciedad, haciéndoles ver una vida perfecta que no existe, exactamente igual que hicieron con Sam y que ella siempre ha reprochado, sin haberlo sentido en primera persona.