Primos Lejanos «J.B.» Terminada

Capítulo 26

Narra Justin:

- ________: ¡Ja! ¿Y creías que te voy a hacer ese favor?- gruñe con el ceño fruncido caminando rápidamente.

- Justin: ¡Claro que sí!- asiento, tomando su brazo con mi mano para que pare-. Quedamos en que el que gritara en esa cosa perdía y... ¡Tu gritaste!.

- ________: ¡Si no hubieras mordido mi brazo, no lo hubiera hecho!- grita llamando la atención de varias personas.

- Justin: Nunca aclaramos reglas, así que...- me encojo de hombros- ...mi técnica es válida.

- ________: ¡Eres un! ¡Un...!- aprieta una de sus manos en un puño, llevándose la otra a su cabello.

- Justin: ¿Un qué?- inquiero con una sonrisa divertida ante su total frustración.

- ________: ¡Un baboso tramposo!- grita volviendo a retomar su camino a paso rápido.

- Justin: Un baboso que te hace gritar de placer todas las noches...- murmuró en su oído una vez que la he atrapado por la parte de atrás atrayéndola a mi cuerpo.

- ________: Suéltame.- pide pero no lo hago, al contrario, la apego más a mí dejando un beso en su coronilla.

- Justin: No.- niego absorbiendo el agradable olor que emana su cabello.

- ________: Justin...- alarga en reproche junto a un suspiro cansado- ...No haré nada porque no has ganado.

- Justin: Bien...- suspiro resignado-. ¿Quieres ir a esa caja de imágenes?- pregunto cuando una grandiosa idea aparece en mi cabeza.

- ________: Por que no.- asiente, entonces no dudo en tomar su mano entrelazándola con la mía y así empezar a caminar con dirección a esta.

- Justin: Adelante.- me hago a un lado esperando a que entre.

Una vez que lo hace, miro hacia los dos lados esperando que nadie se aparezca y efectivamente no hay nadie. ¿Qué se puede esperar cuando ya estamos a tan solo una hora de que se cierre el parque?.

- ________: ¿Cuántas fotos?- pregunta mirando las opciones que se encuentran a un costado de la caja.

- Justin: Ninguna.- sonrío cerrando bien la "puerta", que más bien consta de un par de telas rojas.

- ________: ¿Cómo que ninguna?- pregunta confundida.

- Justin: Ninguna.- vuelvo a repetir antes de acercarme y envolver mis brazos en sus caderas-. Me he aguantado todo el día a besarte como te mereces.- susurro en un tono ronco empezando a recorrer su mejilla hasta llegar a sus labios.

Nuestros movimientos empiezan lentos y tranquilos pero con los segundos pasando, empiezan a acelerar de ritmo volviéndose rudos, necesitados y lujuriosos. Tomo sus muslos entre mis manos levantándola ocasionando que sus piernas se enrollen en mis caderas y sus brazos en mi cuello.

- ________: ¿Lo haremos aquí?- pregunta entre besos con su voz agitada.

- Justin: Si.- asiento empezando a bajar mis besos por su cuello.

- ________: ¿Y si alguien entra?- susurra en un tono preocupado.

- Justin: Créeme que ahora la mayoría debe estar preocupado por encontrar su auto en el parqueo.

Antes de que hable, la callo uniendo mis labios con los suyos. El calor empieza a hacerse presente en nuestro cuerpos instándonos a deshacernos de estos estorboso trapos, incluyendo esta espantosa pero agradable corriente que se filtra en mi pecho con el simple conocimiento de que la tendré entre mis brazos nuevamente, que la amaré a mi modo una vez más, que la marcaré como mía tantas veces sean posibles.

Cuando ambos nos encontramos como Dios nos trajo al mundo, la beso con paciencia... ¿porqué?... solo quiero guardar en mi mente cada uno de estos momentos a la perfección. Grabarme entre caricias cada parte de su delicado y adictivo cuerpo. Sus gemidos y jadeos son tan profundos mientras la poseo, los vaivenes son tan intensos que exclamaciones roncas sin sentido brotan de mis labios entreabiertos.

Sus piernas a mi alrededor solamente hacen de este encuentro más íntimo e increíble. La razón se vuelve un aspecto secundario en este momento por lo cuál junto a la sensación de liberación que se empieza a apoderar de nuestras entrañas hace que todo en mi se desconecte, toda la realidad se vaya a la mierda dando paso a mi corazón y a mis verdaderos sentimientos.

- Justin: Te amo..- susurro apenas audible en el hueco de su cuello.

Una lágrima baja por el costado de mi mejilla ante el intenso sentimiento, la sensación de cómo algo en mi se retuerce. No me ha escuchado, no lo ha hecho y estoy seguro que no soy capaz de repetir aquellas palabras tan absurdas para ella.

Cuando el clímax por fin se presenta, un grito formando nuestro nombre se escucha. Nuestras respiraciones son agitadas y yo aún sigo enterrado en su cuello mientras ella se limita a acariciar mi cabello. Una vez que todo llega a tomar su orden me separo saliendo de su cuerpo y bajándola lentamente hasta que sus pies tocan el suelo. Sin decir nada empiezo a vestirme, a mis espaldas siento como ella hace lo mismo. Cuando termino salgo y espero a que ella lo haga, mientras froto mi rostro esperando desechar todo atisbo de cursilería que he generado con este encuentro.

- ________: ¿Estas bien?- pregunta una vez que ha salido.

- Justin: Si.- "No"

- ________: Creo que deberíamos irnos, ya casi no hay nadie.- habla mirando como las últimas personas empiezan a salir.

- Justin: Vamos...- tomo su mano-. Podemos pedir pizza cuándo lleguemos.- sugiero.

- ________: Si, me gusta la idea.- sonríe-. Am... ¿Justin?- pregunta después de unos largos minutos en los cuáles ya nos encontramos sentados en el auto.

- Justin: ¿Mmm?.

- ________: ¿Po-podemos pasar por una...- sus labios se cierran por lo cuál la miro de reojo viendo su nerviosismo- ...una farmacia?- pregunta finalmente provocando una corriente helada por mis brazos.

- Justin: ¿No estas...- empiezo sin poder terminar, esta vez poniendo mi atención completa en ella.

- ________: ¿Estoy que?- pregunta confundida para después abrir sus ojos notablemente-. ¡No! ¡Demonios no!, solo quiero comprar más pastillas.- habla en un tono alarmado.

- Justin: Ah.- suelto un suspiro-. Y-yo... bien, pasáremos a comprar eso.

Ahora es cuando me doy cuenta de como sus mejillas se han tornado de rojo, una sonrisa burlona aparece en mis labios ganándome uno de sus bufidos. A los minutos su respiración tranquila se hace presente demostrándome que se ha quedado dormida.

Los pensamientos no pueden dejar de rondar mi cabeza, ¿lo habrá escuchado?, ¿o no?. Aquella pregunta que quisiera hacerle pero se que no soy capaz, cuando salió de la cabina no pregunto nada por lo cuál pienso que no lo ha hecho. Entonces me doy cuenta... cuenta de que todo se ha salido de mis manos y lo que creía que era un juego se convirtió en un game over y el que ha perdido he sido yo, yo el mismo que empezó con todo esto.

A lo mejor y sea mejor dejarlo ¿verdad?. Una parte de mí dice que es lo más racional y correcto por el simple hecho de la relación que nos encadena pero la otra... la parte necia que no sabe cuando parar me dice que no puede alejarse de ella, no puede dejarla, no ahora que se ha adueñado de mi razón y corazón.