Capítulo VI

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4:05 hs de la madrugada

Me encontraba en la cama con un poco de frío, traté de taparme mejor pero me di cuenta cuenta Rubén no estaba a mi lado en la cama... me senté en la cama y mis odios escucharon una suave melodía a lo lejos.

Esa melodía era suave y triste, al instante me di cuenta que era un piano. ¿Acaso Rubén toca el piano?

Me levanté de la cama y me puse una de sus camisas y fui a ver quien tocaba esa deprimente melodía pero a la vez hermosa.

Me asomé despacio por el marco del frío pasillo y capté a Rubén sentado en el piano, se veía tan lindo... no quería interrumpir su pequeño show.

Pero levantó la mirada y me observo con una pequeña sonrisa, se levantó y se dirijio hacia mi, me tomo por mi trasero y me levantó, yo abracé su cintura con mis piernas y mis brazos abrazaban su cuello y el solo me besaba llevándome hacia la cama de nuevo, nos besamos un rato largo y por fin dormidos los dos profundamente.

●●●


9:30 hs de la mañana

Abro mis ojos por un molesto ruido en mi oreja izquierda.

¿Acaso tenía un perro?

Giro mi cuerpo a su lado y era Rubén con sus ronquidos de dinosaurio, me dio gracia verlo así.

Giro mi cuerpo a su lado y era Rubén con sus ronquidos de dinosaurio, me dio gracia verlo así

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En bragas y con la camisa de sr.Rubén puesta, me dirijo a la cocina hacer un rico desayuno y sorprenderlo.

Este hombre me vuelve loca, cada día aprendo algo nuevo de el, un día te enteras que sabe andar en helicóptero y toca bien el piano... pero también que tiene fetiches raros pero tentadores...

—Buen día ___

—Oh, buen día sr.Rubén

Se sienta en la mesa y me mira de pie a cabeza, este hombre me va a matar, sentí mis mejillas sonrojarse, saco un plato y sirvo los wafles.

—Wafles a la mesa

Dije sonriendo y mirando su lindas expresiones.

—No era necesario que hagas esto.

Él lo puede negar pero se veía feliz por mi gesto. Es lo mínimo que puedo hacer después de ese viaje en helicóptero.

—No importa, todo para mi señor...

Comienza a cortar un pedazo y se lo lleva a la boca, lo saborea unos segundos y lo traga...

—Mmm... si me vas hacer el desayuno asi, todos los fines de semana te quiero conmigo, esta delicioso...

—Gracias. -Le sonreí feliz

Después de un rato terminamos de comer y él se levanta de la mesa, me mira fijo a los ojos y se acerca a mi, me toma de la mano y me lleva al baño.

50 sombras de Doblas《EN EDICIÓN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora