Cap. II: Encuentro Predestinado

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Llegada la noche nos sacaron de nuestra cabañas y nos dijeron que era hora de un corte militar, lo primero que pensé fue en ella y que seria un pecado cortar así sea un solo mechón de su cabello, hacia que salí corriendo hacia su cabaña y le tome de la mano y le explique lo que habría de suceder, ella aceptó ir conmigo y al correr hacia la puerta nos encontramos con un guardia el cual golpeé con el impulso que llevaba, seguimos corriendo por el muy extenso bosque y de golpe nos conseguimos con dos asiáticos de aspecto extraño, los cuales nos durmieron con un extraño líquido.

Desperté mareado, pero al instante me sobresalté al no ver a la chica, salí de la cabaña y vi a uno de ellos sentado tomando té, me acerqué a él muy furioso y lo sostuve por la camiseta - ¿Donde está ella? - él sonrió y dijo - calma, calma - y abrió la puerta corrediza y allí yacía ella durmiendo, me senté junto a él y pedí disculpas, él sonriente dijo - tu también disculpa nuestra manera de traerlos aquí, me llamo Kioshi Uzuki, mi compañero y yo fuimos enviados por nuestro maestro Ryu-Sama para buscarlos a ti y a la chica... ¿Te apetece una taza de té? - sorprendió respondí - si, gracias... ¿Su maestro Shinji Ryu? ¿Y porqué el Sr. Ryu nos querría aquí? - él respondió pensativo - no lo se, primero buscamos a los chicos que aparecieron en la Tv, los que tenían los sueños extraños sobre el fin y luego Ryu-Sama nos encomendó el ir por ustedes - nos quedamos un tiempo en silencio y nos tomamos la taza de té, me levanté y agradecí por el té, luego escuche como se abría la puerta corrediza detrás de mí y instintivamente volteé a ver, era la chica que se acababa de despertar, al verme corrió hacia mí y me abrazó, y de un segundo a otro se desmayó en mis brazos, Kioshi me miró y dijo: calma, a ella solo le afectó un poco más el cloroformo, en media hora estará como antes - me sentí aliviado y la llevé hasta la cama y me senté a su lado y después de un momento me quede dormido.

Desperté arropado y solo, al lado de la cama había una mesa de noche y sobre ella una nota que decía - Para: Thomas - la abrí y decía - se que no nos conocemos pero desde que te vi he querido hacerlo, me llamo Lucy Powell, te esperamos en la sala general - justo luego del fin del mensaje había una pequeña flecha con punta de corazón que apuntaba a un pequeño trozo de papel grapado al reverso de la misma la cual tenía instrucciones para llegar a la sala general, en las instrucciones sólo decía - 1. Bajas las escaleras hasta el final. 2. Sigue el camino y cruza el puente. 3. Luego dejaté caer por la rampa y prosigue derecho. - me pareció un tanto inusual, hasta me reí de eso, aun así seguí las instrucciones al pie de la letra mientras dudaba de mí cordura por hacer esto, al descender de la rampa comencé a caminar y vi una sombra que se acercaba a un costado de mí, al acercarse más me di cuenta que era la hermosa Lucy, ella me abrazó tiernamente mientras que con voz tartamudeante dijo - M-me.. Tenias muy... Preocupada! - la miré a los ojos y noté como por sus mejillas corrían lágrimas de alegría, pero no entendía el porqué ella se preocupaba tanto por mí hasta el punto de llorar e irme a buscar, pero sentí la necesidad de consolarla, para que supiera que todo estaba bien, seque sus lágrimas y la tome entre mis brazos con ternura y dejé correr el tiempo, luego la tome de la mano y a la lejanía se visualizaba la sala general, una muy grande y preciosa cabaña construida sobre una hermosa lagunilla, al acercarnos lo suficiente vi que un largo puente de madera de pino era la única unión entre la cabaña y la orilla, al entrar a la sala general que yacía ubicada en el corazón de la cabaña, estaban sentados en un mueble en forma de "U" los cinco chicos de las noticias, el Sr. Ryu y sus dos aprendices, el Sr. Ryu se levantó y dijo - hola Thomas, imagino que debes saber quien soy - y de inmediato respondí - por supuesto, es un placer conocerlo Sr. Ryu - él al instante dijo - el placer es mio, llámame Shinji por favor - él nos explicó que teníamos poco tiempo y que él nos entrenaría para evitar lo que sería no solo la tercera guerra mundial, sino que también nuestros sueños sobre el fin se volverían una realidad y que el mundo se transformaría en caos y destrucción sino hacíamos nada y que solo yo podría enmendar el daño y traer la paz definitiva, sin lugar a dudas algo que me estremeció hasta el alma.

El Redentor del FinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora