Capítulo 23

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-No puede ser cierto. -susurro Danielle
Angélica tragó saliva y sonrió nerviosa.
-Creo que debería...
En ese momento Thomas, el "tío" de Angélica se acercó a ella rápidamente para darle un cálido abrazo.
-Oh pequeña, cuanto tiempo ha pasado. -murmuró en su oído
Angélica lo empujó suavemente, este le miro confundido.
-Yo...no sé que decir. -dijo con nervios
Lorraine se acerco hacia Thomas y le susurró algo en su oído.
-Ah, ya veo... Recién te enteras de lo que le pasó a tus verdaderos padres. -dijo y Lorraine le miro y le dio un codazo.
Lorraine aclaró su garganta.
-¿Porque no vas a cazar venados en el bosque junto con Danielle? -preguntó sonriendo
-Yo no asesino animales. -respondió seca
-Yo no estaré con una piel blanca. -dijo Danielle irritada
Lorraine iba a hablar pero un guardia entró sin permiso a la cabaña interrumpiendonos.
-Jefa, el hijo del rey está aquí, dice que esta buscando a una tal Angélica. -dijo este
Angélica elevo su vista de golpe, seguro era Alan.
Suspiró de alivio, ahora no será necesario salir con Danielle, le resultaba irritante.
-Soy yo. -dijo y se fue casi corriendo hacia la entrada para encontrarse con Alan que la había salvado de esos locos. ¿Sus verdaderos padres? Talvez era cierto pero ella no quería creer algo así. Sus verdaderos padres muertos desde que ella nació.
Se sentía confundida tanto que tenia ganas
De llorar.
Sus ojos se cristalizaron y se cubrió la cara con sus manos y aceleró más el paso sin importarle las personas que la veían, algunos confundidos y otros riéndose.
Hasta que chocó con alguien y calló al suelo.
Elevo su mirada para encontrarse con Alan que la observaba confundido.
-¿Que pasa? ¿estás bien? -le preguntó
Angélica solo miraba el suelo, no quería ver sus ojos verdes intimidantes y explotar de lágrimas.
Así era ella
Una llorona.
Alan se levantó y le extendió la mano para que ella se levantará.
Angélica la tomó con timidez y se levantó aún mirando el suelo avergonzada.
-Oye, tranquila, cuéntame. -dijo en un tono amable
Llevo sus manos lentamente hacía las mejillas sonrojadas de Angélica.
El la miró con esos hermosos ojos verdes que se parecían mucho a los de Evan.
¡¡Evan!!
Pensó en el y deseo que Evan estuviera aquí.
Lo extrañaba muchísimo, e incluso extrañaba su seriedad.
Necesitaba verlo, necesitaba decirle que lo quería mucho y
Talvez darle un cálido beso en sus fríos labios.
Necesitaba escapar de Darasia.
-Hey. -volvió a llamarle Alan
Angélica sacudió la cabeza, se dio cuenta de que Alan aún seguía ahí y ella estaba metida en sus pensamientos.
-P-perdón. No quise... -comenzó a hablar nerviosa
-Tranquila, no importa, fue un accidente. -dijo amablemente
Angélica no conocía está parte amable de el. Era linda.
Sonrio levemente y miro a su alrededor. Habían algunas personas susurrando cosas mientras la miraban.
-Alan, que sorpresa. -dijo una voz femenina
Era Lorraine acompañada de Thomas y Danielle.
-Digo lo mismo. ¿Que hace Angélica por aquí? ¿la secuestraron o qué? Porque ella no es carne para ustedes. -dijo de brazos cruzados
Lorraine soltó una pequeña risa.
-Nada de eso. Ella misma entró aquí sin nuestro permiso, su curiosidad por saber como era nuestro pequeño grupo la hizo venir hasta aquí. -dijo mirando a Angélica con una sonrisa -Pero no fue en vano. Ella es una de los nuestros.
Muchas de las personas que estaban ahí comenzaron a murmurar más cosas. Se notaba que estaban sorprendidas.
Alan soltó una carcajada tan fuerte que seguro se escuchó hasta Tierra Blanca.
-Lo dudo Lorraine, lo dudo. -dijo sin parar de reír
Luego se dio cuenta que era el único que estaba riendo y por fin paro.
Volvió a poner su cara seria con sus ojos penetrantes e intimidantes.
-¿Porque crees eso? -preguntó
-Ella pertenecía a la familia de mi hermano. Que ahora está muerto junto con su esposa. -dijo seriamente
Hubo un silencio incómodo.
Angélica miró a Alan, estaba con el ceño fruncido analizando la respuesta de Lorraine.
-Ellos son sus verdaderos padres. Angélica lo sabe ¿verdad? -añadió Lorraine mirando a Angélica, esperando una respuesta.
Angélica sonrió incómoda.
-Talvez, tiene sentido. -dijo Alan por fin -Bueno, en fin. Le informaré a mi padre de eso después.
Alan agarró el brazo de Angélica y lo jaló hasta el caballo en el que había venido hasta aquí.
-Alan. -llamó Lorraine
Alan la miró irritado. Lorraine le hizo señas con la mano para que se acercará.
Este se acercó cansado de seguir en este lugar cuando podría estar comiendo y durmiendo.
Cuando se acercó lo suficiente, Lorraine le susurró algo en el oído que hizo que Alan la mirará con cara de "¿En serio?"
Hasta que suspiro molesto.
-Muy bien, puede acompañarnos, pero ella volverá sola. -dijo irritado y se acerco al caballo junto con Danielle.
-Vamos a cazar animales con Danielle. -dijo subiéndose al caballo -Sube de una vez. -ordenó molesto
Angélica se subió al caballo con torpeza. Danielle se empezó a reir por eso. Angélica se sentía patética tanto que sus mejillas se pusieron tan rojas como un tomate.
Danielle se acercó y de un salto se subió al caballo.
Angélica se sorprendió tanto que se decía tonta en su mente.
-Bien, vamonos. -dijo Alan suspirando
(....)
-Y... ¿a donde vamos? -preguntó Angélica rompiendo el incómodo silencio que se había formado
-Digamos que el grupo de Lorraine le hizo un favor a mi padre y pues... ahora hay que pagarlo. -dijo Alan un poco molesto
-Es una grandiosa idea cazar venados. -dijo Danielle emocionada
-No lo creo... no me gusta matar, menos a inocentes animales. -dijo Angélica timida
-¿Entonces como se supone que te defiendes de los tipos malos? -preguntó Danielle
-Les saco la oscuridad que llevan adentro y...
Apenas dijo esas palabras y Danielle comenzó a reirse tanto que se iba a quedar sin oxígeno.
Angélica sintió sus mejillas arder, cansada de que se burlara de ella.
-¿Que es tan gracioso? -preguntó furiosa
-No me digas que después un arcoiris atraviesa sus almas y se vuelven buenas y bondadosas. -dijo entre risas
-Lo del arcoiris no, pero...
De nuevo fue interrumpida por las fuertes y exageradas carcajadas de Danielle.
Angélica se sintió más furiosa que antes. Iba a reclamarle muchas cosas como su mal comportamiento hasta que el caballo se detuvo y decidió quedarse callada.
-Llegamos. -dijo Alan sin ganas bajándose del caballo al igual que Angélica y Danielle.
Los tres se adentraron en el bosque repleto de árboles.
-Muy bien. Separemonos. -dijo de Alan de repente
-Voy a buscar venados. -dijo emocionada Danielle mientras agarraba el arco que tenia en su espalda.
Intento colocar una flecha en su arco pero fallaba. Angélica aprovecho y se reía de sus intentos fallidos de poner una simple flecha en su arco.
-Haber rubiecita, deja de reirte o te meteré esta flecha por el estómago. -dijo amenazante
Hasta que por fin pudo colocarla de manera correcta. Sonrió victoriosa.
-Ahora si. Separemonos. -dijo y comenzó a caminar por una dirección
-Tengan cuidado. -dijo Alan y se fue por otra dirección
¿Que iba a hacer Angélica si ni siquiera podía matar una mosca?
Decidió que iba a irse con Alan, ya que se sentía más segura con el.
Pero...
Olvido la dirección por donde se había ido.
¡¡Demonios!!

(....)

Si, estaba perdida.
Caminaba insegura por el bosque, tenia miedo y estaba desesperada por encontrar a Alan o a Danielle aunque esta la irritara tanto.
Se sentó en una gran roca que estaba al frente de un pequeño lago. Suspiró cansada de caminar tanto tiempo.
Observó el paisaje, le gustaba ver el cielo azul y las hermosas nubes blancas.
El viento golpeó suavemente su cara, eso la relajaba más.
Miró a su lado y vio que un adorable conejo blanco se acercaba a ella con miedo.
Ella sonrió levemente y se agacho en el césped para verlo mejor.
Iba a tomarlo en sus manos pero...
En ese momento una flecha atravesó rapidamente al conejo, haciendo que salpicará un poco de sangre sobre el vestido de Angélica.
Ella dio un fuerte grito poniéndose de pie y mirando a su alrededor para ver quien fue el culpable.
Y de lejos vió a Danielle con una sonrisa satisfactoria.
Se acercó rápidamente hacía ella. Angélica aún seguía impactada.
-Un poco más y la flecha iba llegar a tus manos. -dijo riendo -Que buena puntería tengo. -dijo como una ganadora
-¡¿Porque demonios hiciste eso?! -le grito furiosa
-Que buena actuación haces para que los conejos se te acerquen. ¿Puedes hacer lo mismo con los venados? -dijo ignorando su pregunta
Angélica se quedo callada, no quería pelear más, después de todo era su prima, pero, casi la mata.
Danielle se acercó al conejo que estaba sobre un charco de sangre.
Muerto.
Lo agarro y lo guardo la mochila que llevaba.
Angélica casi vomita.
-Ahora vayamos por un venado. -dijo decidida
Angélica se puso pálida y la miró enojada
-¿Harás lo mismo con los venados? Eres una asesina.
-Oye, esto lo hago por mi pueblo, no por diversión. -dijo y comenzó a caminar
Tenía razón, alguien tenía que alimentar a su pueblo.
Luego de caminar unos minutos encontraron dos venados tomando agua en una cascada.
-Perfecto. -dijo Danielle emocionada mientras colocaba otra flecha en su arco
Apuntó al venado que estaba más cerca y respiro profundamente. Angélica no quería ver otro animal morir, se sentía bastante mal.
En un momento pensó en empujar a Danielle para que fallará.
Asi lo hizo.
La empujó suavemente haciendo que su flecha se disparará hacia el agua.
Esto hizo que loa venados escaparan.
Danielle miro a Angélica con enojo
-¿Que diablos te pasa? Le iba a dar. -le grito
Angélica se quedo callada.
Danielle empezó a correr hacia la dirección por donde se habían ido los venados.
Angélica la siguió y deseo que los venados hayan desaparecido.
Pero no.
Los venados habían sido asesinados por un gran oso pardo.
Angélica miro a Danielle, sentí el miedo en sus ojos, su corazón latía muy rápido.
Danielle se alejaba lentamente, pero, piso una rama pequeña y el oso se dio cuenta de nuestra presencia y se acerco a nosotras furioso.
Iba a matarnos.
Es el karma...
Angélica agarró el brazo de Danielle y comenzaron a correr.
Cuando estuvieron un poco lejos del gran oso pardo Danielle colocó una flecha en su arco y le apuntó. Pero no podía concentrarse ya que sentía mucho miedo.
-¡¡Danielle!! -le grito Angélica
Y la flecha salió rápidamente y le dio justo al pecho del oso pardo.
Pero seguía vivo aún.
-Mierda. -susurro Danielle temblando
-Vamonos de aquí. -le grito Angélica desesperada
Angélica intentó jalar el brazo de Danielle pero ella estaba totalmente congelada.
El oso pardo estaba tan cerca de ellas, rugió fuerte y mostró sus garras.
Angélica cerró los ojos fuertemente.
El oso pardo volvió a rugir más fuerte, pero esta vez, fue de dolor. Angélica abrió los ojos y vió a Alan clavando su espada en la espalda del oso pardo.
El oso pardo se dio vuelta y rasguño a Alan con sus garras.
El abdomen de Alan estaba sangrando, mucho.
Lo peor es que Danielle y Angélica no hacían nada, sus piernas no respondían.
El oso pardo se acercó a Alan y este saco una arma de fuego.
Sonrió y comenzó a dispararle tanto hasta que sus balas se acabarán.
Le quedaba una bala y apuntó a la cabeza del oso pardo.
-Losiento. -dijo y disparó

(.....)

-No puedo creer que mataste a un oso pardo con una arma de fuego. -dijo Angélica sorprendida
-No fue nada. -respondió seco
Estaban en la habitación de Alan. Angélica curaba las heridas que tenía en el abdomen.
-Me arde. -dijo molesto
-Lose. -dijo Angélica sonriendo -Que valiente eres.
Alan miró sus grandes ojos azules
-Cuando viste a esa bestia, estuviste tan tranquila... a diferencia de Danielle, ella casi se desmaya. -dijo riendo
Angélica solo sonrió asintiendo.
Alan tragó saliva y le invitó a que se echará a su lado en la cama.
Angélica no estaba segura de eso, asi que decidió despedirse e irse.
Pero Alan agarro su brazo mirandola como un inocente cachorro. -Me siento muy solo. -dijo sonriendo y la jalo hacia el en su cama
-Idiota. -dijo Angélica molesta
Pensaba irse cuando Alan ya estuviese dormido, pero al final ella se durmió profundamente también...

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2016 ⏰

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