Capitulo 19

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Vale perdón por no escribir en un buen tiempo xD
Evan Pov.
Estaba echado en el suelo, medio muerto supongo.
Una parte de mi estómago seguía sangrando. Supongo que era mi fin.
Iba a cerrar los ojos para que la muerte haga su trabajo, pero, alguien apareció y me miro seriamente, veía borroso, me era alguien conocido.
-¿Que crees que haces, idiota? -pregunto Nathan
Solo tosí un poco de sangre
Nathan se dio cuenta de la herida que llevaba en el estómago.
-Salvare tu estúpida vida a cambio de algo. -propuso
-No te he pedido ayuda. -dije susurrando
-Angélica debería estar contigo.
De pronto me vino un fuerte dolor de cabeza, me sentía peor.
-¡¿Vas a ayudarme o no?! -le grité desesperado
Nathan extendió su mano. La tome y jalo fuertemente.
Me dolió mucho cuando me pare, de echo, casi me caigo de nuevo.
Nathan puso mi brazo alrededor de su cuello, asi podría caminar mejor.
No se porque hace esto si bien recuerdo una vez trato de matarme.
-Te llevaré a mi casa, para que Olivia te cure. -dijo mientras caminábamos

(...)

-Ya está muchacho. -dijo Olivia
Mire mi estómago y la herida ya estaba costurada, dolió mucho pero valió la pena.
-Sinceramente pensé que iba a morir. -le dije a Nathan
-Si no me cuentas que le paso a Angélica si morirás. -dijo serio
Suspire.
-No recuerdo mucho. -baje la cabeza -Recuerdo que teniamos la misión de acabar con unos piratas.
-¿Y?
-Y...

-¡¡No dejes que me lleven!! ¡¡Evan, te amo!!

Cuando recordé sus últimas palabras, sentia que unas gotas de agua recorrían por toda mi cara.
Pues eran lágrimas.
-¡¿Que?! ¡¿Que paso?! -grito Nathan
-Se la llevaron. -dije cubriéndome la cara

(...)

Angélica Pov.
Abrí los ojos poco a poco.
Me dolía demasiado la cabeza y tenia unas ganas de vomitar.
Me senté y frote mi cabeza con mi mano y mire a mi alrededor.
El chico pelirrojo estaba delante de mi, sentado sobre una caja con un cuchillo en las manos.
-Oh, despertaste. -dijo mirandome
Inmediatamente me alejé lo más que pude de aquel chico.
Me acordaba perfectamente quien era y lo que le hizo a Evan.
-Tranquila, no te haré daño. -dijo levantándose de la caja
-Quiero irme de aquí. -dije susurrando
-Pues... te encontramos asi que te quedarás con nosotros. Asi somos los piratas. El que vio oro primero se lo queda. -dijo con una sonrisa
-Soy una chica. Que estupidez. -dije molesta
-Como sea, ya aprenderás nuestras costumbres cuando lleguemos a la isla.
¿Costumbres? ¿Isla?
-¿De que hablas? -le pregunté con miedo
-Vas a tener un hogar nuevo. -dijo sonriendo, se notaban sus blancos dientes al hacerlo.
Dicho esto se fue por unas escaleras.
Di un largo suspiro. Pensé en Evan, en Alicia, en Darren, Augusto, Olivia, La reina Verónica, pero pensé más en Evan.
En que le había confesado mis sentimientos, claro fue un perfecto momento para hacerlo (nótese el sarcasmo).
Me sentía muy confundida y tenia mucho miedo también.
Cubrí mi cara con mis piernas y poco a poco empecé a llorar.
Quizás nunca vendrán a buscarme, quizás me matarán en cuanto llegue a la isla, no puedo creer que moriré a mis quince años.
Me apoyé en la pared y trate de dormir. Cerré los ojos poco a poco...

(..)

Escuche el sonido de una campana. Luego escuche pasos, de seguro habían muchos piratas arriba. Supongo que ya llegamos a la Isla.
De pronto, escuché unas voces, venían hacia aquí.
-Ya llegamos, mueve tu trasero. -dijo el pelirrojo acompañado de dos piratas
Me levanté y sacudi mi vestido, estaba muy sucio, como yo.
Camine hacia las escaleras, no pensaba en escapar, si lo hacía obviamente me atraparán y me matarán.
Cuando llegue arriba, fue genial sentir la luz del sol y que el viento golpeará mi cara. Me sentí con vida.
La Isla era bastante grande, parecía un Reino.
El chico pelirrojo y sus compañeros me llevaron fuera del barco.
Cuando pisamos la tierra de la Isla había un gran arco que decía "Darasia" Quizás era el nombre de la Isla.
Caminamos por toda la isla, podía ver mucha gente pobre, pero, lo mejor de esa isla esque a pesar de eso , podía sentir la felicidad de muchos, podia sentir la felicidad de esta gente humilde que no necesita dinero para vivir.
-¿Te sorprende? -preguntó el pelirrojo
-Es agradable. -dije sonriendo
El chico pelirrojo camino más adelante y dijo
-Bienvenida a Darasia, esta es una de las pocas islas que hay en esta tierra llena de demonios. -hizo una pausa- Hay muchas cosas buenas de esta isla. Las más importantes esque, aquí no hay demonios, ni muertos vivientes, solo hay gente pobre y humilde. -dijo sonriendo, también sonreí -Aquí viene la gente que es despreciada por el reino en donde vivías. Aquí son felices trabajando para mi padre, todos ganamos algo si le damos algo. Mi padre Edith Barraud, es el fundador de Darasia, con ayuda de sus parientes y compañeros lograron hacer algo mejor con esta isla, lograron darle hogar a los necesitados.
Mientras el pelirrojo hablaba yo pensaba ¿porque? ¿porque Verónica nos pidió acabar con este pirata? Si le dio un hogar a todas esas personas que pensaron que iban a morir. Ahora estaba tan confundida.
-Y así, fue como acabo la guerra. -dijo el pelirrojo
Nos detuvimos en la puerta de un gran edificio de madera.
-Bien, mi padre te espera adentro, hablarás con el y luego sales. -dijo serio -Ah, y si tratas de escapar te mataré -dijo sonriendo de lado
Tragué saliva y abrí la puerta del edificio. Cuando entré todo estaba oscuro, pero habían pocas velas que daban luz, y ahí estaba, el "rey" de Darasia, sentado en su escritorio.
Tenia una larga barba negra, la piel un poco oscura, algo de arrugas en la piel, parecia de unos 70 años.
-Hola. -dijo sonriendo -Toma asiento porfavor.
Me senté en la silla de madera que había frente suyo.
-Nunca había visto a una chica tan simpática. -dijo mientras escribía que se yo en un papel
Me sentí muy incómoda, tenia mucha hambre y sed.
-Oh, cierto, mis modales. -se levantó -Soy Edith Barraud, fundador de Darasia y padre de Alan, el pelirrojo que te trajo hasta aquí. -dijo con una sonrisa
-Yo... soy Angélica Lioncourt. -dije tímida
-Lose, Verónica te mando. -dijo con un tono de voz decepcionado- Se que Verónica te mando para que saques la oscuridad de mi o algo asi, pero no, yo no he sido dominado por la oscuridad, créeme yo deseo más la paz en esta tierra, Verónica te mando a matarme porque hace un tiempo quiso tener esta isla para ella, pero nosotros los piratas no lo aprobamos, esta isla fue descubierta por los piratas, no por esos traidores.
-¿Traidores? -pregunté
-Verónica tiene oscuridad en su alma, Guillermo y ella estuvieron hablando. No quiero saber más de esa mujer traidora. -dijo molesto- Sabemos quien eres tú, el Ángel Salvador, una chica rubia de ojos claros, eres una joya. -dijo riendo -Estaba pensando traerte a Darasia, para que vivieras aquí, te alimentaras de la felicidad de mi gente, te daré un trabajo y hogar y ya no tendrás que combatir contra monstruos.
Esa era una vida perfecta, pero... no quería alejarme de mis amigos y mi familia, de Evan, de Alicia, de Nathan... me pregunto como estarán...
-Losiento señor Edith, pero no quiero quedarme aquí. Tengo un trabajo por terminar en el reino, tengo a mi familia y amigos. -dije susurrando
De pronto la cara de Edith cambio a decepción.
-No puedo dejar que vuelvas. -dijo serio
En ese momento mi corazón latia fuerte. Me di cuenta que iba a hacer algo.
De pronto agarró rápidamente mi brazo y le inyectó un líquido raro.
No fui lo suficientemente rápida para detenerlo. Cai al suelo, senti que me quemaba todo el cuerpo.
-Vendrán por mi. -dije susurrando
-Ellos ya te olvidaron. -dijo con una sonrisa
Cerre los ojos y me deje llevar...

Eres Mi Angel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora