Capítulo 8

18 0 0
                                    

¿Se han preguntado que se siente despertar un día sin absolutamente nada, totalmente destruida y sintiendo que ya no puedes más? ¿Y que tras años y años de esperar ese cambio al fin llegue? Debe ser como la gloria, como cuando se te pierde algo y llevas muchísimo tiempo buscándolo y aparece... Y agradeces a la vida por haberte devuelto lo que buscabas con afán. Bueno, si comprendieron mi punto; algo así se sentía nuestra querida Margi, pero lo de ella era más que un objeto, era el amor de su vida. Esta joven se sentía como que renacía.

Supongo que se preguntaran ¿Qué pasó esa noche después de que Mar viera aquel acontecimiento? Pues para ahorrarme los hermosos detalles ella hizo lo que cualquiera en su lugar haría...

No, sé que quieren detalles de la noche, entonces: Aquí va nuestra historia.

-Mar, cariño... ¿Ese no es...? –dejó la pregunta inconclusa, ninguna podía decirlo, era tan increíble. Mar solo asintió y bajaron del auto. En cuanto Ro las vio, se acercó torpemente a ellas para por fin explicar el porqué de su repentina llegada.

-Ya sé que no me quieres cerca, me pediste que me alejara, pero... ¿Es tan difícil que comprendas que te amo!?

-Emm bueno, Mar si necesitas algo estaré adentro –Nat estaba incomoda entonces se marchó de inmediato, no sin antes susurrarle a su amiga que por favor lo escuchara. A Mar se le ocurrió la loca idea de que probablemente todo lo hubiesen planeado ellos, no sería raro.

-Mira, Roberto...La verdad no sé si fue buena idea que vinieras.

-Por favor, escúchame... Yo sé que no soy el hombre perfecto –Ese es Chris, pensó Mar que últimamente pensaba mucho en aquel chico –Y también sé que estoy muy lejos de serlo... Incluso si lo intentase, porque yo no puedo amar como las personas normales... Mar por favor entiende que yo no soy un chico normal... En fin el punto aquí es que a pesar de todo ¡TE QUIERO! Y no creo que sea capaz de renunciar a ti así de fácil...

-No sé qué es más estúpido: si dejar al hombre que amo; o ver como ese hombre me destruye con sus mentiras...

-Si fuera mi decisión elegiría destruirme a tu lado... -Hizo un amago por tocarla.

-Basta ya, Ro... -Ella se quitó –Esto no es sencillo... No sabes lo que me dolió dejarte... Pero es mi vida o disfrutar de tu amor y creo que todavía me valoro un poco como para saber que mi vida vale mucho más de lo que tu llamas amor.

-¿Te puedo contar algo? Desde que te conocí ya era un hombre vació, siempre lo he sido, siempre he vivido de la nada... Pero cuando te ví por primera vez, sencillamente nunca había visto algo más perfecto... -Mar vio como los ojos de su marido se cristalizaban por las lágrimas y sintió un poco de pena, pero no cedería tan fácil... No después de todo lo vivido a su lado –Desde entonces vi que eras la única que podía cambiar mi forma de ser y llenar mi vida de luz y esperanza... Con el pasar de los años tuve que mentalizarme; que eras el amor de mi vida y no te haría daño, entonces me desahogaba en el alcohol, ya borracho no sabía cómo trabajaba mi mente ni como reaccionaba mi cuerpo... Y no sabía que cuando intentaba ayudarme a no darte una vida miserable más bien lo estaba empeorando, pero ¿Qué sabe un hombre como yo de amor?... Pero, mi amor... No solo quiero que recuerdes los malos momentos que pasamos juntos... Cariño, tú y yo nos amamos... Recuerdas esas noches en que pasábamos juntos, desvelándonos y diciéndonos al oído cuanto nos amábamos a pesar de que nos lo decíamos miles de veces... Cuando íbamos a tener un bebé... Y sí, perdóname porque ese niño murió por mi culpa –Fue ahí cuando Roberto empezó a llorar –Te lo juro que no fue mi intención... Mar, aún estamos a tiempo de salvar todo aquello que había entre nosotros, porque solo contigo podré ser feliz y porque ya no quiero ser más ese chico cruel que te dejó sola en nuestro aniversario... No más... Dime que lo intentaremos, nena... -Sus manos rozaron las de Mar y ella se estremeció al tacto, ¿Cómo iba a decir que no a todo aquello? El chico si se veía arrepentido y Mar era de las personas que creen que todos merecemos una segunda oportunidad. Mar suspiró.

-Será la última vez... Y si no funciona no quiero que te me vuelvas a acercar ni un centímetro más... Trata de no arruinarlo, Ro porque si no todo habría sido para nada, yo te amo y enserio no quiero perderte

-No lo haré –Juntaron sus frentes y se sumieron en un dulce, placentero y bellísimo beso de profundo amor, para Mar era como tocar el cielo con sus delicadas manos; era su destrucción, pero se sentía como si pudiera morir con ella y eso le haría feliz... Y esque lo amaba, como en aquellas películas románticas de los 80's, lo amaba sin límites, con todo su maldito corazón, esperaba que el la llegara a amar un poco igual, duda de ello pero por lo menos le hacía feliz que por fin estuvieran juntos de nuevo.

-Parece que repararon el jarrón que se quebró con el paso de los años... Ha quedado perfecto, pero como le vuelvas a romper su empalagoso corazón, te busco y te dejo sin descendencia –Lo amenazo Nati provocando que Mar y Ro rieran –Hablo enserio, idiota... Bueno, ahora vayan a divertirse y hacerme tía –Esta vez fue ella la que rio al ver sus rostros serios –Bromeo chicos, basta con divertirse.

-Entonces ¿Qué dices si te llevo a nuestro palacio, mi reina? –Mar le sonreía, se veía perdida en su mirada.

-Ay no, creo que de pronto empezaré a vomitar arco iris con ustedes dos así –Mar y Ro se carcajearon de nuevo.

-Tonta –Le rio Mar –Te quiero bobita, si me necesitas llámame, cuídate Nat –La besó en su mejilla y se marchó con su príncipe.

***

-Oye, tiene razón tu amiga, podemos disfrutar esta noche juntos... En otra dimensión que solo nosotros conocemos y que tenemos mucho de no visitar.

-Creo conocerla... ¿La misma donde me siento libre contigo y en la que todo es color de rosa?

-Esa a la que te solía llevar –le murmuró al oído hasta hacerla conmocionarse, se sentía como si fuera su primera vez, como si todo fuera sumamente perfecto y no hubiese un mañana de manera que el presente se debía disfrutar como nunca. Su respiración era entrecortada, sus manos sudaban mientras bajaba sus pantalones y se quitaba la blusa, no podía pensar con claridad, Ahora recordaba que su delirio favorito era cuando Ro la hacía suya.

-Te amo infinitamente, mi amor... No sabes cuánto, es un amor que no se puede explicar... es interminable, se siente tan bien, algo así como una historia de nunca acabar.

Roberto sonrió –No puedo contigo, eres la persona más fabulosa que haya conocido, eres como la chica que cualquier hombre quiere tener entre sus sabanas y yo soy el afortunado de tenerte ¡Maldición! Como te quiero....

-Siempre te querré un poco más... Aunque la muerte nos separe yo te amaré por siempre...

-¿Sabes? Cuando te fuiste y me quede allí solo, llorando... Me di cuenta de todo lo que perdí, estaba dejando ir un nuevo inicio, una nueva oportunidad y recordé instintivamente el día que te conocí... Andabas muy andrajosa, parecidas una niña de la calle, bueno técnicamente lo eras, pero para mí te veías como una princesa... Simplemente te vi y supe que serías para mí y creo que tú sentiste lo mismo...

-Más que eso... Sentí que debía estar siempre a tu lado y desde ese momento te empecé a necesitar como nadie... Eras como mi droga, pero me encantaba esa adicción; hasta podría morir por ella y no me importaría en lo absoluto... Contigo soy feliz –Sonreía como niña enamorada –No quiero que nuestra historia tenga final, quiero algún día poder verte con todas tus arrugas y tus muchas canas y sonreír... Y pensar que nuestra historia fue la mejor contada por alguien... Incluso mejor que todos los "felices por siempre" de los cuentos de hadas.

-Lo será, será mejor que cualquier cosa, hasta superara el límite de amor humano.

Ni Roberto, ni Mar estaban 100% seguros de que todas las promesas dichas esa noche fueran reales o incluso si durarían poco más de una semana, pero ambos querían creer que podían ser felices juntos... Solo concordaban vivir cada día sin preguntarse qué pasaría después. Cuando no sabes si tus deseos más remotos se harán realidad luchas por cumplirlos, aunque sea lo último que hagas porque entonces sabrás que por lo menos lo intentaste, quizá fue en vano, pero luchaste hasta el final... Pues eso hacía Mar, ella no lo veía como adentrarse en un camino oscuro y peligroso, para ella era como luchar por lo que amaba... Aunque en esa lucha muriera; no era el final que esperaba, pero moriría como una valiente que alguna vez intentó convencer a su hombre de que el amor podía ser real.



¿Es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora