¿Es amor?

Capítulo 7

Había una única persona sobre la faz de la tierra con la que Mar podía hablar libremente sin sentirse sofocada o apenada: su mejor amiga. Natalia era la única persona que realmente la escuchaba y lidiaba con cada uno de sus problemas.

Cuando Margi decidió visitar a Nati ya había divagado por horas en las calles... En parte se sentía mal abandonar a su esposo de esa manera justo cuando él demostraba su inocencia y su verdadero yo del que Mar se había enamorado, pero de cierto modo Mati tenía razón... Era su vida o la de él...

-¡Hola! Querida... ¿Tan pronto vuelves en mi busca? –Sonreía, pero se detuvo al ver que Mar lloraba –Nena... -Entonces decidió solo abrazarla.

-Se acabó, amiga... -sollozaba

-Ay, pequeña... ¿Quieres contarme?

-Yo lo amo.... –Mar no tenía palabras para contar... Solo podía llorar, pero aun así decidió sentarse... Y contar...

Una vez acabado, el silencio invadió el espacio, Mar estaba sin palabras y Nat todavía estaba procesando la información, pero decidió romper el incómodo momento.

-Entiendo que la relación iba mal... Y que él ha sido un poco cruel contigo, pero, amiga... Creo que fuisteis más allá de los límites... Quizá él lloraba porque su vida necesita un cambio y en el fondo te pedía una segunda oportunidad... ¿Y tú qué? ¿Le respondes golpeándolo?

-Lo de golpearlo fue un impulso, realmente no lo quería hacer...

-Ok... fuese impulso o no, creo que estuvo mal, simplemente no golpeas a tu esposo cuando llora... Que yo sepa... Debes arreglar esto, Mar.... Pero bueno, como no quiero agobiarte y realmente vienes porque quieres dejar los problemas de lado, entonces vamos a la playa, ¿te parece?

Ambas sonrieron.

-Nada estaría mejor.

***

Al llegar a la playa Natalia y Margi decidieron ir por un granizado ya que hacía mucho calor y se sentaron en la orilla de la playa para ver el atardecer... A lo lejos se podía apreciar la silueta de un chico, habían muchos chicos ahí, pero este llamó la atención de Mar porque estaba jugando con una niña muy hermosa, tenía una melena oscura y ojos brillantes, era la imagen perfecta de padre e hija, Mar nunca había sentido el deseo de conocer a su madre, mas si a su padre, era su mayor deseo, pero las hermanas le habían dicho que él había muerto en un incendio.

-¿En qué piensas? –Preguntó su amiga algo curiosa.

-Mmm nada interesante... Mejor cuéntame, ¿Cómo te fue en la búsqueda de los hermanos Rodríguez? ¿Descubriste cuántos son?

-Ay no seas tonta, obviamente yo no tengo su apellido... Ellos no son Rodríguez como yo.

-Sí, Nat, solo bromeaba –Se carcajeó-Pero cuéntame ¿Has sabido de ellos?

-Algo... La verdad no mucho, las hermanas no hablan de ello... Sabes cómo son respecto a nuestras vidas pasadas.

-Bueno, ¿Y qué sabes?

-Hasta el momento solo me han dicho que son dos varones... Uno de ellos tiene mi edad y el otro es más niño... Ha de tener 16 o 17 años... La verdad no lo sé... Esas señoras no quieren hablar de mi familia.

-Ten paciencia... Pronto la vida cruzara vuestros caminos... Y si no pasa es porque así está mejor... No te preocupes.

-Lo sé, lo que pasa es que este es mi deseo más grande... Anhelaría poder conocerlos...

-Ya verás que pronto pasará... -Le dio una sonrisa de complicidad, aunque ella no estuviera muy segura de lo que le decía a su amiga.

-Ahora, con más tranquilidad... ¿Pensaste que harás con tu matrimonio?...