Capítulo 9

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Pasaron 3 días para que las cosas volvieran a la normalidad (Mar esperaba que fuese más tiempo, pero las cosas no se pueden forzar), Ro seguía llegando tarde a su casa o incluso no llegaba, cuando estaban juntos la trataba con cariño, pero igual el tiempo que pasaban juntos era muy corto, Mar trataba de pensar que el motivo por el cual no llegaba o no le respondía el teléfono fuese por asuntos de trabajo, pero no se puede tapar el sol con un dedo ya que aunque ella quería pensar aquello; Ro siempre le daba razones para desconfiar, como cuando ella lavaba su ropa y veía en ella manchas de labial o cuando su esposo llegaba con marcas en el cuello... Mar lo amaba y siempre trataba de no pensar en esas cosas...o en el error que había cometido al cederle tan fácil la disculpa.

En esos 3 días Mar había permanecido en casa, descansando, sirviéndole a su esposo o simplemente sonriendo mientras recordaba lo placentera que había sido la noche de disculpas y todo lo que la había disfrutado... Pero el tiempo pasa y al parecer nadie cambia para bien... Con la idea de no pensar en ello Mar decidió ir a su panadería por donas, le molestaba la presencia de aquél chico, pero amaba las donas... Quizá ya no repudiara tanto al tal Christian... Digo, la última vez que lo había visto había sido muy dulce, algo majadero, pero nunca la ofendió ni nada aunque tampoco podía pensar aquello, ella estaba casada y amaba a Roberto.... O al menos eso creía.

Al llegar al local pidió sus donas, pero le pareció raro no ver a Christian por ningún lado, la mujer que la había atendido no paraba de sonreírle lo cual fue más extraño todavía porque aquella mujer siempre había sido muy seria, ella era la única que los Sandoval no habían despedido (esas personas eran los nuevos dueños), Mar se preguntaba si acaso la muchacha se habría acostado con alguno de ellos... Porque no tenía carisma para tratar a las personas aunque a ella le parecían buenas personas pero hasta el más bueno ha hecho malo alguna vez... Igual Margi prefería a los antiguos dueños.

Ya con las donas en la mano no soporto la curiosidad y se dirigió a la sonriente mujer:

-Disculpe señorita ¿de casualidad sabe dónde está...?

Dejó la pregunta inconclusa al ver quien había sorprendido a la chica por detrás y probablemente la razón por la que sonreía tanto... Christian.

-Jajaj discúlpame, amiga... ¿A quién buscabas?

-Mmm no olvídalo.

-Provecho.

-Gracias.

-Oye espera –lo escuchó a su espalda, odiaba tanto conocer su voz a la perfección, como si lo conociese de toda una vida... –Tengo que hablar contigo.

Entonces se detuvo... Notó como se acercaba y dejaba a la chica atendiendo a otros dos clientes, no sin antes besar su mejilla (talvez son amigos, pensó Mar)

-¿Qué quieres? –le preguntó cuándo este se colocó frente a ella.

-Sólo... Quiero pedirte perdón por lo de la otra noche, fui muy grosero, por favor perdóname.

-Sí bueno, ya no importa...

-Oye pero no, me gustaría que fuésemos amigos... -Mar titubeo.

-Pues no creo que a tu novia le guste que seamos amigos.

-¿Ángela? Ella no es mi novia, Mar, Es una amiga –claro, pensó Mar.

-Ok... Entonces, talvez podamos intentar soportarnos –Chris sonrió.

-Ya verás que seremos grandes amigos –ambos sonreían y se miraban con un brillo incandescente –aunque tú ya me caes un poco bien –se carcajearon... Parecía que disfrutaban pasar el tiempo juntos, aunque ella dijera lo contrario.

***

Después de lo que había visto, salió muy enojado de aquel lugar porque por más que Mar pensara que su esposo le era infiel Roberto había estado trabajando mucho esta semana, eso explicaba su ausentismo, pero él no quería que por esta razón ella creyera que él no había cambiado... Pero todos sabemos que Rob no puede cambiar ya que después de lo su padre el nunca sería el mismo...

Con la mente caliente y pensando en miles de cosas se dirigió al bar donde trabajaba Julián.

-¡Amigo! Cuanto sin verte, tío...

-Sí... Ya me hacía falta venir acá... Salir de la rutina...

-Pero, Roberto... Te equivocaste de hora para venir porque hasta en la noche empieza lo bueno.

-Quería hablar con alguien...

-Ya... Supongo que ese alguien soy yo, pues desde ya te digo que no estoy para estupideces así que si son problemas de pareja habla rápido.

-Eres un maldito hijo de... -lo calló.

-Bueno sí, pero tú eres el que viene a mí así que obedece –se rio –es broma, hermano.

-Pues no estoy para tus bromas...Bueno el caso es que... Mar se había ido... Para siempre y entonces...Pues me dolió mucho y... Le prometí que cambiaría si volvía conmigo y sí, sé que dirás que soy un idiota por hacer eso... Pero yo la amo y era eso o la perdía y pues la verdad si estoy cambiando, pero parece que ella no cree porque vengo... ¡Y me la encuentro coqueteándole al panadero! Y... Puta, yo no soy de piedra, podre ser un maldito cabrón, pero también siento y también me duele su actitud... Lo que digo es, si yo cambio no es para que ella esté de perra revolcándose con uno y con otro mientras yo trabajo como camello para llevarle comida a la casa y darle todo lo que pida... ¡Así no sirven las cosas!

-De hecho no te iba a decir que eres un idiota... Te diría que eres un completo idiota... El más idiota de todos... Es que, era obvio que te iba a pagar con la misma moneda, primero: soy de los que piensan que una vez que murió la flor ya no hay forma de salvarla... Y lo de ustedes murió hace mucho siendo sinceros y segundo: solo en tu mente estúpida esta que ser hijos de puta es algo malo... Ser bueno y de corazón ablandado... Eso si es malo, todos te lo rompen y hacen lo que quieran contigo... Eso sí es un error fatal... Mira tú nunca verás a un maldito cabrón lloriqueando así, nosotros somos los que las botamos... Roberto es que tú no eres de sufrir por amor, tú eres como yo... Un frío sin sentimientos que ninguna mujer puede herir...

-Pero... Yo la amo...

-Ya, pero ella no te ama a ti... No vale la pena, hermano... Tanto sufrir por algo que no va a funcionar.... Y ahora, si quieres venir mejor será en la noche, te lo digo en serio... Ahora vete, largo quiero estar solo.

Y se fue... lleno de dudas, incluso con más de las que traía y probablemente pensando que había hecho mal con Mar o si es que acaso su amigo tenía razón y de verdad no existe el amor verdadero porque al final del cuento siempre alguien la va a cagar... No mentía cuando decía que la amaba profunda y eternamente, pero había algo cierto y era que si Julián tenía razón entonces él no esperaría que la guerra la ganara ella. 

¿Es amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora