Cuando despierto siento las lágrimas deslizándose por mis mejillas.
El cielo está completamente oscuro y quiero salir desesperadamente de este lugar.
Camino lo más rápido que mí inestables piernas me lo permiten fuera del cementerio.
Comienzo a correr por las calles, perdido y asfixiado sin ninguna dirección fija. No sé donde debería ir, solo sé que esa sensación de no querer respirar más no me deja en paz.
Las personas a mí al rededor me observan con lastima y eso me asquea.
Mientras cruzo la calle me doy cuenta de que en realidad no quiero llegar al otro extremo. Oigo los gritos desesperados de las personas pero no les pongo atención.
Un camión viene en mi dirección y sé que tengo el tiempo suficiente para moverme, pero no lo hago.
Todo pasa en segundos y lo último que siento es el impacto del golpe.
Pero estoy feliz porque estaremos juntos, porque podré pedirte perdón y te podré compensar por todos los errores que cometí. Te abrazaré y esta vez te prometo que no dejare de demostrarte cuánto te amo y te estuve necesitando.
Pero otra vez el destino se encarga de darme mi merecido.
No conté jamás con que sería recibido en las puertas del infierno por todo lo que te hice.
Los ángeles como tú van al cielo.
Y los demonios como yo al infierno.
Ni muertos volveremos a estar juntos.
Nunca en el resto de la eternidad.
Hasta nunca.
Te amo.
Lo siento, Taehyung.