Capítulo 3.

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Camila se agachó para besar la frente de su hijo antes de que entrara a la escuela. Hacía dos días que había hablado con Lauren y todo se había transformado en una pesadilla. Ahora ella se imaginaba que en cualquier momento la llamarían de la escuela para decirle que el padre de Zack se había presentado reclamándolo y que ellos no habían podido hacer nada para retenerlo...

El niño le dijo algo, pero Camila no lo entendió. Sintió lágrimas en los ojos. Pensó que su vida no tendría sentido si algo sucedía con Zack...

Él la miró y rodeó con sus brazos su cuello...

-Mami... ¿qué pasa? ¿te sientes mal?

-Estoy bien, cariño... luego hablaremos tú y yo...

-¿De la vida?- le dijo y Camila sacudió la cabeza y sonrió, besando la punta de su naricita.

-¿Quién te ha dicho algo así?

-El abuelo... él dice que cuando uno tiene que conversar de cosas importantes lo llama así...

-Ah... entiendo... entonces sí, hablaremos de la vida...- dijo y acarició su cara- ahora entra ya, que se hará tarde...

-Que tengas un buen día, mami...

-Tú también, hijo...- le dijo y lo miró caminar hacia donde una de sus maestras lo esperaba sonriente.

Cuando se puso de pie, sintió que sus piernas se habían debilitado. Su móvil la sacó del estado de melancolía y cuando vio el identificador, su corazón se aceleró...

-Karla...- dijo luego de respirar hondo.

-¿Estabas ocupada?- dijo Lauren en tono neutro, asumiendo que ella la había reconocido.

-No... recién... acabo de dejar a Zack en la escuela...

Lauren hizo una pausa, como si le costara procesar la información, aunque fuera simple.

-¿Podemos hablar?- dijo finalmente.

-Sí, por supuesto... ¿quieres que nos encontremos o prefieres que vaya al hotel?

-Mejor voy yo a tu casa...

-Lauren...

-De todas formas averiguaré tu dirección... no hay lugar en donde puedas esconderte...

-No pretendo hacerlo... solo... solo pienso en Zack...

-Yo también... hace dos días... y hubiese pensado en él mucho antes, si hubiese sabido que existía...- dijo con dureza.

-Lauren...

-Cuando cortemos, me pasas la dirección por texto... nos veremos allí en media hora...

-Está bien...- dijo ella sin ánimo de discutir.

Media hora más tarde, Camila lo vio bajarse de un taxi con aire algo ausente. Ella lo esperaba en la puerta del edificio. Estaba nerviosa, ansiosa, en el fondo, a pesar del miedo, tenía ganas de verlo... pero no era momento para nada que tuviese que ver con ellas... ahora era el tiempo de Zack...

-¿Cómo estás?- le preguntó ella cuando Lauren llegó a su lado y entraban al edificio.

-No muy bien, para ser honestos...- dijo y ella lo miró.

-Lo siento, Lauren... creo que no me alcanzará la vida para disculparme por esto... pero te repito que no fue para hacerte daño, sino porque creí que era lo correcto...

-Me extraña que tú, siendo tan juiciosa siempre en el trabajo, no te hayas dado cuenta del error que cometías...

-En el trabajo, Lauren... no en la vida... hice lo que pude y sí, estoy arrepentida...- dijo mientras entraban a su departamento.

Lauren la siguió en silencio, observando cada detalle de su casa, buscando indicios del niño... de su vida... estaba desesperado... pero no quería que ella lo advirtiera... no podía permitirse gestos de debilidad a esas alturas...

-¿Quieres sentarte?- le dijo ella- te prepararé un café...

-Esta no es una visita social... quiero ver donde vive me hijo...

-Entiendo... bueno... siéntete libre... por ahí tienes su habitación...

-¿Puedo pasar?

-No tengo nada que ocultar... ya no...- dijo ella casi mimetizándose con el tono neutro, distante de ella.

Lauren entró en la habitación de Zack y sintió que su corazón se aceleraba. Aún le costaba hacerse a la idea. Se quedó mirando su decoración, toda en tonos azules y sonrió.

Pasó una mano por el cubrecama y se sentó, tomó su oso de peluche, el que nadie sabía que él tenía, porque ya era un niño grande para dormir con peluches...

-Se llama Freddy... lo tiene desde que nació, pero nadie sabe que lo conserva, él dice que ya está grande, que no puede dormir con él...- dijo Camila desde la puerta, apoyada en el marco, los brazos cruzados.

-Creo que mi madre aún guarda el mío...- dijo Lauren sin mirarla, sus ojos recorriendo el lugar, como si quisiera memorizar todo.

-lauren... quiero que me preguntes todo lo que necesites saber...

-Sí...- dijo ella y se levantó cuando vio, sobre un pequeño escritorio lleno de lápices de colores, una fotografía del niño, a la distancia...

Tomó el portarretratos entre sus manos y Camila lo vio sonreír. Camila conocía esa fotografía de memoria. Se la habían tomado hacía unos meses, para el cumpleaños de ella. Estaban los dos, con sus caras pegadas...

-No se parece a ti...- dijo Lauren analíticamente, sus ojos perdidos en la fotografía- sacando el color de cabello.

-Se parece a ti...- dijo ella en voz baja, casi pidiendo permiso.

-Todavía no puedo creerlo...- dijo ella mientras acariciaba sus rasgos en la foto y apretó los labios cuando sintió debilidad y que algunas lágrimas luchaban por salir.

-Créeme... yo tampoco...- dijo ella en el mismo tono.

-Camila... yo... quiero que sepas que lo intentaré, pero no sé si podré perdonarte... no puedo creer que me haya perdido casi 6 años de su vida...

-Lauren...

-Necesito conocerlo...- la interrumpió ella y la miró a los ojos casi suplicándole.

-Escucha... hagamos esto bien...

-Yo no he tenido posibilidad de hacer nada mal aún...- dijo Lauren y ella se acercó y a se sentó a su lado, sus hombros casi se rozaban.

-Sé que no tengo derecho a pedirte nada... pero conozco bien a Zack... por favor déjame prepararlo para esto... si no quieres hacerlo por mí, hazlo por él...

-¿Cuánto tiempo llevará?

-Un par de días... por lo menos quiero que se haga la idea y crea que fue su decisión encontrarse contigo...

-Camila...

-Lauren...- dijo y giró hacia él y tomó sus manos. Lauren se sintió un poco incómoda al principio- tampoco tienes la obligación de creerme... estoy pensando en él... te juro que te ayudaré a recuperar el tiempo perdido...- dijo y Lauren se perdió en sus ojos, quería creerle, pero el dolor era muy profundo.

-¿Y si no es así? ¿Y si él nunca me acepta?- Camila pudo ver el miedo en sus ojos.

-No existe esa posibilidad... y como mucho, el día en que sea mayor y entienda, podremos contarle la verdad y dejar que él tome sus decisiones...

-Ayúdame a recuperarlo... hazlo por él...

-Por él, por ti... y también por mí...- dijo y apretó sus manos- pero tengo que pedirte algo, Lauren...

-No sé si estoy en condiciones de darte nada, Camila... ya te lo dije...

-Por favor, trata de entenderme... trata de ponerte en mi lugar...

-Es lo que más me cuesta... yo estoy seguro de que no habría actuado así...

-Lauren... necesito pedirte que no me separes de él... tienes todo el derecho de odiarme por lo que te hice pero...- dijo y se quebró- te ruego que no me separes de él...- dijo y cuando ella se concentró en sus ojos, la vio llorar con tanta amargura que sintió que su corazón se achicaba de dolor...  


Between UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora