Capitulo 5 "La captura"

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Tiffany Maxwell 18 años.

Cancún, México.

Miércoles 12 de Febrero 2019



Me tiendo a la arena con un suspiro mientras Josh se sienta a mi lado, hoy hemos trabajado todo el día y realmente ha sido agotador, desde hace cuatro meses vivimos en una pequeña choza a la orilla del océano, la conseguimos gracias a unos nativos que nos vieron trabajo ayudándoles con los turistas "Gringos" y por suerte de los dos, Josh sabe algo de español.

― Es hermoso vivir así ―dice mi hermano mirando fijamente a la puesta de sol.

― Deberías pintar esa puesta ―le sugieren colocando mi brazo debajo de mi cuello― hace mucho que no lo haces.

― Aun no podemos darnos ese gusto ―niega con un suspiro― tenemos lo necesario para vivir medianamente bien, no puedo permitirme el placer de un buen lienzo

― Quizás deberías vender tus obras ―sugiero con una amplia sonrisa― digo, por comida no tenemos que preocuparnos tanto; podemos pescar algo. Y con ello podríamos pagar primero unos pocos lienzos y unas cuantas pinturas y pinceles.

― Pero... ¿no crees que llamaríamos la atención?

― ¿Atención? ―lo miro levantando una ceja― por amor al cielo ¿a quien joder se le ocurre denunciar a un chico que pinta en la playa?

― No quiero ponernos en riesgo Tiff ―responde tomándome de la mano― no quiero de los idiotas esos nos encuentre de nuevo.

― Jamás volverá a pasar.

― La última vez casi nos atrapan ―agrega con lágrimas en sus ojos.

― hey ― le levanto y le tomo el rostro con mis manos― eso ya paso, hace medio año que no saben nada de nosotros. Y no fue tu culpa ―asiente― fue la mía por dejarte llevar el control ―le digo empujándolo asiendo que caiga de bruces en la arena

― ¡Eres una tonta! ―me grita con una sonrisa― por eso casi nos cachan

― Soy la tonta hermana de un tonto

― Cierra la boca ―contra ataca lanzándose encima mío y cayendo juntos a la dura arena― a si seas la grande yo soy más fuerte.

― Ouh ¿me retas? ―entre cierro mis ojos sintiendo la presencia de Aiden― quizás necesitas un poco del toco Aidenino

― Ok, me retracto ―dice retirando sus manos en señal de vencida y colocándose de pie.

― Esta bien ―respondo entre risas― mañana mismo iremos a comprar tus amadas pinturas.

― Gracias, Tiff.

― No tiene por qué agradecer, de no ser por ti yo no estaría

― ¿Qué estarán haciendo nuestros padres? Pregunta de repente Josh dándole una mirada triste al océano.

― No sé ni me importa la vida de esos señores ―le digo seria cruzándome de brazos.

― No... ¿no crees que...?

― Ni se te ocurra decir llamarlos ―le grito furiosa― esos malditos perdieron a su hija el día en que decidieron entregarla al gobierno.

― Lo se... ―responde exasperado Josh― pero no dejan de ser nuestros padres Tiff

― Vete tu si quieres, yo me quedo aquí ―me levanto de la arena hecha un furia― jamás volveré a pisar esa maldita casa.

― ¡Tiffany! ―hago casi omiso a su llamado y sigo caminando a la pequeña choza. La furia se apodera de todo mi cuerpo, las lágrimas me quedan en los ojos pero me niego a llorar, así que las limpio con brusquedad lastimando mi rostro por la arena. Y mis oídos no ayudan, ciento un horrible silbido que me molesta aún más pero, lo que percibo es el peligro.

Aiden me detiene en seco mientras veo como una bomba cae a la choza, salgo disparada al suelo por la honda expansiva pero ilesa de cualquier gravedad gracias a Aiden.

― ¡Josh! ―grito desde el suelo mientras trato de ver de dónde demonios salió esa puta bomba― ¡Joshua!

― Tiff ―lo digo responder y rápidamente me levanto pero... ya es demasiado tarde. Mis ojos se encuentran rápidamente con los de la mujer que me ha acechado por los últimos años, Dos grandes hombres sostiene a Josh, uno con una pistola debajo de su cuello y el otro apuntándole a la cabeza.

― Suéltenlo ― les ordeno con calma.

― Has crecido mucho, Tiffany ―dice la mujer haciendo caso omiso a mis palabras. Yo veo los puntos clave para que Aiden pueda liberar a mi hermano y salir corriendo de este lugar.

― Que te importa, suelta ahora a mi hermano o te juro que se arrepentirán.

― Ouh no cariño ―niega moviendo su mano para llamar los refuerzo, rápidamente oigo el sonido de un helicóptero, seguido de ello grandes camionetas y hombres armados hasta la pestañas en ellas y en el suelo. Bueno, dejo confesar que me alaga que llamara a tantos para detenerme― un solo movimiento de tu "Entidad" y matare a tu hermano en milésimas de segundos.

― No la escuches, Tiff ―me grita Josh rojo por el esfuerzo de liberarse― corre, ¡lárgate de aquí! ―miro fijamente a mi hermano. No, no puedo dejar que lo maten. Miro a todos los hombres que me apuntan y e apuntan a Josh, hace mucho no uso a Aiden y no sabía manejar la situación y menos a miles de balas volando al mismo tiempo. Me atraparon.

Miro a Josh y le pido perdón, alzo las manos y me pongo de rodillas. La mujer sonríe ampliamente mientras se acerca a mí.

― Muy bien, señorita Maxwell. Has tomado la decisión más sabia ―veo a Josh quien tiene lágrimas en sus ojos, sé que lo he decepcionado; yo también lo estoy― no sé por qué ustedes tiene esa manía de escapar.

― Cierra tu asquerosa boca y llévame con tigo. Pero a mi hermano lo dejas fuera de esto ―la interrumpo irritada mientras veo el odio y el orgullo herido en su rostro.

― Bien, nos gusta complacerlos ―asiente mirando a uno de sus hombres que se me acerca y me inyecta una aguja en el cuello dejándome noqueada casi en seguida, caigo de medio lado viendo por última vez la mirada de desesperación de mi pequeño hermano.

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