Capitulo 14

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Luke salió al pasillo en cuanto oyó que el coche de Selena desaparecía por el camino. Iba despeinado, con la camisa abierta y estaba de un humor de perros. Se había puesto a gritar como un poseso porque se sintió avergonzado cuando Selena lo pilló en tan comprometedora posición con Bella... sabiendo lo que sentía por él. Le había hecho daño, aunque Selena nunca sabría que la vergüenza lo había puesto a la defensiva. Pero ella tenía los sentimientos de cristal y él los había roto.

Nell estaba esperándolo al pie de la escalera, tan furiosa que tenía el pelo blanco casi de punta.

-Ah, por fin puedo hablar contigo.

-¿Se puede saber qué pasa? ¿Para que había venido?

-Para decirte que tu hermana está en el hospital.

-¿Qué?

-Han tenido que llevarse a Lucy al hospital. La pobre Selena ha salido a toda velocidad para estar con ella...

-¿Mi hermana está en el hospital?

-Ha sufrido un ataque al corazón...

-Dios mío.

-Sí, Dios mío. Selena no había venido a verte a ti sino a decirte lo que pasaba -replicó el ama de llaves, indignada.

-Dios...

-Dios no va a ayudarte. Gritarle así a esa niña, cuando sólo estaba intentando informarte...

-¡Cállate! -la interrumpió Luke

-No me da la gana callarme.

-Llama al hospital.

-Llama tú al hospital. A partir de ahora, tienes quince días para encontrar otra ama de llaves -lo interrumpió Nell-. No pienso seguir trabajando para una persona como tú. Estoy harta de ver cómo torturas a Selena. ¡A ver si la rubia esa aprende a limpiarte la casa antes de gastarse todo el dinero que tienes en el banco!

-Nell...

-Nada de Nell. Ésta es mi última palabra.

Bella apareció entonces con una sonrisa en los labios.

-¿No vamos a comer?

-Me voy al hospital. Mi hermana se ha puesto enferma, un ataque al corazón.

-Ah, lo siento. ¿Quieres que vaya contigo para darte la mano?

-Sí, a las niñas les encantaría ver eso -comentó Nell, irónica-. Menudo consuelo sería para ellas.

-¡Nell, estás despedida!

-Perdona, pero acabo de renunciar yo misma. Que te lave y te limpie la casa esa -replicó el ama de llaves, entrando en la cocina y cerrando de un portazo.

-Sabes que yo no sé lavar, Luke-protestó Bella-. Yo siempre llevo mi ropa a la tintorería. ¿Qué le pasa? Es por la chica esa que ha venido, ¿no? No me cae nada bien

esa chica...

-Llama a un taxi y vete a casa, Bella. Yo tengo que ir al hospital.

-Pero yo debería ir contigo.

-No, vete a casa.

-Muy bien, me iré. Pero de verdad, cuando estás de mal humor...

-¡Mi hermana acaba de sufrir un ataque al corazón! ¿Es que no lo entiendes?

-Claro que lo entiendo. Pero esas cosas pasan. No se puede hacer nada.

Era como hablar con una pared, pensó Luke, exasperado. De modo que se metió la camisa dentro del pantalón, buscó las llaves del coche, tomó un impermeable del perchero y salió por la puerta sin mirar atrás.

Amnesia |l.h • s.g|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora