"Amiguito"

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No alces la mirada, no alces la mirada.

Repetía en mi cabeza, mientras presionaba mis ojos fuertemente como si eso fuera a lograr que desaparezca mágicamente.

-Disculpa, de casualidad conocerás a... -hubo un pequeño silencio -¿¿_____??

Me reconoció, maldición.

Alcé la mirada, con una sonrisa algo forzada y no porque no me agradara su presencia sino porque simplemente no era el momento adecuado.

-Oh..Hola Guille -dije y reí nerviosa, traté de actuar de sorprendida, como si nunca lo hubiera visto.

-¡_____! -repitió mi nombre sorprendido a la vez que confundido -Pensé que eras hombre -rió, achinando sus ojos como siempre.

-Calla, tonto -dije cruzándome de brazos algo fastidiada por el comentario.

Noté que la mirada de Guille estaba pérdida en el costado de mi cara.

-¿Tengo un bicho o algo? -pregunté.

-Tienes un pelo verde aquí -dijo mientras acercaba su mano para sacarlo.

-¡No! - grité y esquivé su mano a lo Matrix - Yo lo quito -suspiré nerviosa y él lo notó. No iba a permitir que Guille me vea con el cabello en estas condiciones.

-¿Qué te pasa? -preguntó, frunciendo el ceño.

-Nada, estoy normal, igual que siempre, nada nuevo... -respondí, como siempre haciendo obvio lo no obvio, qué tonta.

-Te conozco, ocultas algo -me miraba, entrecerrando los ojos y de inmediato se le formó una sonrisa en el rostro, pero no era la normal, era una sonrisa malvada. Yo también lo conocía y sabía que se le había ocurrido algo pero para cuando me di cuenta ya había sido demasiado tarde. Ya había actuado...

-¡Guille no! -dije esforzándome para que no me quite el gorro que llevaba puesto pero él me ganaba- ¡Déjame en paz! -grité furiosa y milagrosamente se detuvo.

Lo fulminé con la mirada y noté que seguía sonriendo... Pero esta vez no era ni sonrisa normal ni la malvada, era sonrisa de que se había salido con las suyas.

Por instinto mi mano fue a mi cabeza. El gorro ya no estaba. Miré al suelo, tampoco estaba. Alcé la mirada hasta su mano... Tonto Guille.

-¡¿Feliz?! -dije alzando la mirada ahora hacia sus ojos y lo miré de la peor manera que pude.

-¿Qué te pasó en el cabez-

Me giré antes de que terminase la pregunta para poder volver a mi trabajo pero me tomó del brazo y me giro de vuelta hacia él.

-Guillermo Diaz, tengo que trabajar -respondí a su mirada, me había dejado a pocos centímetros de él. Intercalaba de ojo a ojo, sin perder la molestia aunque me ponía nerviosa.

-Perdón, sólo venía a visitarte -dijo, con una mirada culpable.

Suspiré, pero furiosa. Odiaba cuando hacía eso. Mirarme de esa manera, haciéndome sentir mala cuando él era el pesado aquí.

Bueno...

En realidad su intención no es mala.

¿Quizás estoy siendo muy dura?

¡No ______! él es un pesado y ya.

-Ey -dijo para llamar mi atención y desperté de mis pensamientos.

A veces creo que debo ir al psicólogo porque esas peleas mentales entre yo y yo no son nada normales ¿o sí?

Al menos en el manicomio nadie iba a entrar a estorbar mi paz... Como mi padre.

Te quiero a mi lado (Willyrex y tú) (Segunda Temporada de Estás en mi camino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora