Te quiero a mi lado (Willyrex y tú) (Segunda Temporada de Estás en mi camino)

Fósil

-¡_____! ¡Qué gusto verte de nuevo!

Me quedé pasmada.

¿Qué estaba haciendo aquí ese sujeto

-El fósil -susurre entre dientes para mí misma.

Aunque noté que Daniel lo escuchó, por su mirada fulminante.

Me limité a formar una gran sonrisa falsa.

-Señor Casas -respondí, tratando de mantenerme amable -A los... años -reí, falsamente, más que evidente.

-Lo mismo digo -dijo, uniéndose a mi risa.

Volteé a mirar a Daniel, para ver si esta vez sí me apoyaba o me decía algo con la mirada. Pero seguía con la misma cara seria e inexpresiva de siempre.

¿Será que sigue molesto por mi desaparecida?

-Y bueno... ¿Qué lo trae por aquí... de sorpresa? -me atreví a preguntar, procurando no delatar que su presencia no era del todo bienvenida.

-Pues venía solo de visita -respondió sonriente y se puso de pie para acercarse a nosotros poco a poco -Quería ver cómo estaba mi pareja favorita.

Bajé la cabeza pues la sonrisa falsa ya no aguantaba más y de alguna manera tenía que ocultar mi cara de desprecio total.

-Ay padre... - Daniel se dignó a hablar, mientras cerraba la puerta lentamente -No debiste. Todo anda muy bien por aquí, ¿No, amor?

Y aquí vamos otra vez...

Vamos _____, contrae esos músculos faciales.

-¡Pues sí! -reí nerviosa y volteé nuevamente a mirar a Daniel.

Teníamos que hablar seriamente de esta situación.

-Entonces, no les molestará que pase navidad aquí con ustedes, ¿verdad?

-¿¡QUÉ!? -preguntamos Daniel y yo al unísono, casi gritando.

El fósil se quedó mirándonos algo asustado, quizás por la reacción.

-¿Y mi madrastra y mi hermana? -preguntó Daniel, indignado y confundido a la vez.

Yo solo los miraba aún si creerlo.

-Decidieron viajar con tu tía por fiestas y pues yo no podía por trabajo, así que estoy totalmente libre y feliz por pasarla con ustedes... A menos que haya algún problema -dijo con una sonrisa algo extraña, dirigiendo la mirada hacia mí.

¿Por qué me miran?

¿Y ahora yo qué hice?

Mis oídos lograron captar ondas de vibración provenientes del bolsillo del fósil, seguidas por el clásico ringtone predeterminado de un celular.

-Discúlpenme un segundo, chicos -dijo antes de contestar la llamada y abandonar la casa por un momento.

Por enésima vez volteé hacia Daniel y, no sin antes revisar que el fósil este aún entretenido con su llamada, me atreví a hablar.

-Daniel -dije, ahora yo también con toda la seriedad en el rostro. Él volteó, con la misma expresión y me dio una seña como para que hablase - Tenemos que hacer algo al respecto, esto no puede seguir así -completé.