Me quedé parada, viendo cómo se alejaba hacia su destino desconocido. Mi cabeza no paraba de repetirme lo tonta que era, y sentía algo extraño en mi estómago con solo recordar que había metido la pata y mucho.
Tal vez era otra vez el destino evitando que este con él... y yo de terca que no entiendo.
Solté un gran suspiro y me giré para ir en dirección a casa, mi mirada se fue perdiendo en el suelo hasta desconectarse totalmente de la realidad para solo centrarse en todo el rollo que tenía en la cabeza. Trataba de aliviar mi angustia convenciéndome que no me importaba, que ya no lo quería pero era ridículo porque si fuera así no me habría puesto celosa y nunca hubiera dicho una tonta mentira, y esa mentira no me afectaría tanto como lo está haciendo ahora.
No... No quería que esto quedase aquí, ni así.
Saque el móvil y marqué a Ami.
-Estás ocupada?
-Mmm, Estoy libre ahorita.
-Tengo que contarte algo ¿Puedes venir?
-Sí creo, ¿Ha pasado algo malo?
-Es una larga historia...
~
Corrí hacia la nevera y cogí los dos baldes de helado que habían dentro y sin olvidar coger las cucharitas fui a la habitación donde Amalia me esperaba, cerré la puerta con mi pie y suspiré.
¿Chocolate o vainilla? –pregunté lanzándole una cuchara.
-Vainilla -respondió sonriente la pelirosa.
-Más te valía -dije amenazante y ella solo rió.
-Y bueno... -dijo en un suspiro para que comience a hablar.
-¿Te acuerdas de esa vez que fuimos a la casa del vecino? –comencé.
-Sí... -respondió.
-¿Y te acuerdas del chico que llegó tarde?
-¿El chino? –preguntó jalándose los ojos con los dedos.
-Sí -dije y reí –Y no es chino.
Amalia alzó las cejas como si ya supiera lo que le iba a decir, pero lo que no sabía ella es que antes de esa noche había mucha más historia.
-Bueno... Todo comenzó en el avión, me quedé dormida y un chico me despertó –inicié la historia. Amalia se acomodó bien, tenía los ojos abiertos y me miraba con mucha atención -Ese chico se llamaba Alex y pues digamos que... me la pasé todo el tiempo en el aeropuerto con él hasta salir... Y a ese tal Alex lo vino a buscar un amigo que se llamaba Guillermo.
La sonrisa se me formó involuntariamente en el rostro.
-Y esa fue la primera vez que lo vi...
-¿A quién? -preguntó Amalia totalmente perdida.
-A Guillermo -contesté pero Amalia seguía viéndome con cara de confusión –El vecino chino se llama Guillermo por si aún no lo captas.
-Ooooh ahora entiendo todo.
-Bueno ahora sigo...
-Comencé a contarle toda la historia incluyendo detalles. Sonrisas se me escapaban la mayoría de tiempo, pero no todo era felicidad, sobretodo cuando llegó el final.
-¿Opiniones, comentarios? –pregunté para romper con el silencio que se había formado al acabar la historia.
-¡Lo sabía! -gritó Amalia.

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Te quiero a mi lado (Willyrex y tú) (Segunda Temporada de Estás en mi camino)
Fiksi Penggemar¿Te olvidaste de mí? Porque yo no puedo olvidarme de ti.