Capítulo 11
Los pensamientos de los chicos fueron interrumpidos por el sonido del timbre. Ya era hora de irse a casa. Recogieron sus cosas y salieron juntos del aula sin emitir ni una sola palabra. Estaban pasando muchos pensamientos en las mentes de ambos como para animarse a hablar. Mientras el pelinegro luchaba con una batalla campal entre sus sentimientos y sus deseos, el ojiazul planeaba como hacer suyo al moreno. Luego de un rato así, Niall se animó a romper el silencio.
-¿Qué se te ocurre hacer para esto del trabajo? –preguntó con tono pasivo el ojiazul.
-Bu-bueno… no sé. –dijo… ¿nervioso? Zayn. –¿Y a ti… se te ocurre algo?
-Sí. –contestó el rubio. –¿Tienes algo que hacer el próximo fin de semana?
-Emm… creo que no. ¿Por qué?
-Bueno… es que tengo una casa de campo y otra de playa. Y pues… me preguntaba si podíamos pasar un fin de semana en una de ellas. Cada una tiene muchos y diferentes factores en su estado natural. ¡Sería perfecto!
“¿Qué? Niall y yo… ¿solos en una casa? ¿Un fin de semana? No. No puede ser.”
-Pero Niall… no sería razonable algo así después de lo que pasó aquella noche. O sea, tu… yo… solos… No. Creo que no.
-No Zayn. Te prometo que no pasará nada así. Eso fue… no sé. Un desliz del momento. Enserio, por favor. Entre más rápido hagamos el trabajo mejor. –¡Mentira! Sus intenciones eran más que hacer un simple trabajo. Niall quería al moreno en su cama a como dé lugar.
-No estoy seguro Niall. Mejor déjame pensarlo.
-Está bien. Tienes dos días para pensarlo. –concluyó el irlandés.
Los amigos se estrecharon las manos y tomaron caminos opuestos.
El moreno aún no se decidía. Había algo en la mirada azul del rubio que le parecía sospechoso. Algo que no le convencía. Pero la idea esa de que si lo terminaban todo rápido no tendrían que pasar más tiempo juntos a excepción de la clase, le parecía bien. Así que por ese lado estaba convencido.
Los planes de Niall estaban corriendo como esperaba. Solo falta el “Si” del moreno y todo está hecho. Zayn tiene un efecto sobre el irlandés que ni el mismo Niall entiende. Lo desea, y mucho. Y el obstinado ojiazul no se dará por vencido tan fácilmente. Lo que quiere es sentir el calor y recorrer la piel morena de Zayn. Nunca nadie había tenido ese efecto sobre él.
