Capitulo 2 "Día de compras"

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Julia abrió sus ojos y bostezó, se levantó y se dio cuenta que tenía piernas, nada había sido un sueño y estaba en casa de la chica que conoció el día anterior, la buscó por la casa y miraba cada detalle de esta asombrada.

—¿Tienes ropa? —preguntó Danna llegando con ella

—Emmm no —negó

—Yo tengo algunas camisas que podrían quedarte, sígueme

Danna amablemente le dio su ropa y Julia se la puso, se veía muy bien con su ropa, sonrió satisfecha y se fue a la sala

—Necesito ir al centro comercial y...

—¿Que es eso? —interrimpió Julia

—Un lugar de compras donde hay ropa, zapatos, y muchas cosas más.

—¿Puedo ir? —preguntó emocionada

—Seguro —ella sonrió, tomó sus llaves y se fueron hacia el centro comercial.

Al llegar al dichoso centro comercial Jualia miraba demasiado asombrada, no creía que eso existía, tantas personas con bolsas en sus manos

—Necesito comprar ropa interior, ven es por acá —habló Danna llendo hacia dicha dirección

Julia la siguió y al llegar no entendía que había en esa tienda, observaba a las demás personas que tomaban los calzones y los alzaban para mirarlos, ella repetía su acción, luego ella tomó uno y se lo quiso poner, pero eso terminó mal

—¿Que haces? —habló Danna avergonzada y quitándole la prenda.

La chica no respondió y retrocedió con un poco de miedo, no entendía que pasaba o que había hecho mal, Danna negó riendo

—No puedes medirte la ropa aquí, tienes que ir al probador —dijo apuntando hacia un pequeño cuarto donde entraban personas y salían con ropa en la mano, Julia solo asintió y sonrió con pena.

Luego de eso, Danna tomó muchas cosas bolsas y regresaron a su casa, ella le había dicho que podía quedarse con ella el tiempo que fuera necesario, y Julia sentía mucha confianza en ella y por lo visto Danna a Julia.

[...]

Ya habían pasado días en los que había llegado Julia la tierra, ya se había adaptado a ello y ya no actuaba tan raro como lo hacía al principio, de hecho ya se sentía parte de la manada de los humanos. Danna la había dejado quedarse más días en su casa, mientras ella trabajaba, Julia salía a explorar un poco más el mundo de los terrestres y ahí se dio cuenta que cuando tocaba el agua, su verdadero yo salía a la luz y aquella aleta se hacía presente, por lo que desde ahí se puso alerta cada vez que estaba cerca del agua

Danna había salido al supermercado para traer más cosas para la comida mientras Julia limpiaba la casa escuchó el timbre y abrió, pero no vio venir que unos brazos la cargaran, el chico quien había hecho eso la bajó rápidamente al darse cuenta que no era su hermana

—¿Quien eres tú? Tu no eres mi hermana —dijo negando y frunciendo el ceño confundido.

—No lo soy, soy Julia ¿Y tu quien eres? —respondió nerviosa.

—Soy Sebastián, Sebastián Stan gusto en conocerte —el también sonrió, pero el no había estirado la mano como lo había hecho su hermana.

—Pasa, podrías esperarla aquí —dijo haciéndose a un lado para pasar

—¿A donde fue? —preguntó sentándose

—Se fue de compr.... —no terminó de hablar por que el sonido de la puerta abriéndose se escuchó, dando a entender que Danna estaba en casa

—¡Hermano! —dijo emocionada dejando las bolsas en la mesa y corrió a los brazos de su hermano

—Hermanita —habló Sebastián cargandola como lo había hecho con Julia

—Veo que ya conociste a Julia —dijo al bajarla su hermano y mirando a Julia.

—Si, tu amiga es muy amable —sonrió el chico.

Danna fue a acomodar las cosas a la cocina y Sebastián sentía curiosidad por saber de la chica, por lo cual comenzó a hacerle preguntas

—¿De donde eres Julia? —preguntó curioso

—Del mar... digo, de un lugar cerca del mar —corrigió y comenzó a reír nerviosamente

—Uh, me alegro —contestó confundido y con el ceño levemente fruncido.

Sebastián se preguntaba a qué se debía tanto nerviosismo que sentía aquella chica linda, con cabello rubio y ojos azules como el océano, su piel clara y su sonrisa encantadora, Sebastián analizaba a la chica, mientras ella se sentía nerviosa

—Sebas, deja a Julia en paz y ayúdame a acomodar esto —gritó Danna desde la cocina, el asintió y se levantó dirigiéndose a la cocina.

Julia se sintió aliviada al respecto, aún había cosas que se le escapaban y podían delatarla, pero ¿alguien creía que alguien del mar estaría frente a ellos?

La Sirena  [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora