Capítulo 8 "Cita"

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Pasaron unas semanas desde aquel campamento, Sebastián no recuerda que fue lo que pasó aquel día, para el lo importante era que se había dado cuenta que sus sentimientos por Julia habían aumentado. Su cercanía aquel día la hacía ponerse nervioso, sentía cosquillas en su corazón y al mirarla, no podía dejar de hacerlo. Quería pedirle una cita y si era posible en ese momento también pedirle que fuera su novia porque a lo que hablado con Danna Julia también sentía algo por el, pero no estaba seguro.

Sebastián se dirigía a casa de su hermana con la finalidad de encontrarse ahí a Julia, nervioso tocó la puerta y la chica le abrió

—Buen día —sonrió. —Danna no está se fue a com —Julia no pudo continuar por que Sebastián la interrumpió.

—No, yo no busco a Danna, yo te busco a ti

—¿A mí? —preguntó confundida apuntándose a ella.

—Sí, ¿te gustaría salir en la noche conmigo? —preguntó nervioso.

—Claro —ella asintió sonriendo.

—Entonces paso por ti a las 7 pm

—Claro, te veo al rato

Sebastián se sentía nervioso por lo que le pidió consejos a su hermana, que ella gustosamente le ayudó.

Por otra parte Julia no sabía que hacer en una cita, ni como arreglarse, etc. Sentía mucho nerviosismo y no entendía por que. Anteriormente le había dicho a Danna lo que pasaba, ella le explicó que lo más probable es que estuviera enamorada de su hermano.

*Flashback*

—Dices que te pones nerviosa cuando lo ves, sientes tu corazón latir, lo quieres ver seguido, quieres que venga seguido a mi casa, lo miras y sonríes, y...

—Si, si, si, todo eso me pasa Danna, no se que me sucede —dijo haciendo un puchero, Danna comenzó a reír.

—Estas enamorada de mi hermano —respondió con una sonrisa

—Enamo ¿qué? ¿Que es eso? —preguntó confundida.

—Son sentimientos, que tu poco a poco vas a entender —ella sonrió.

Danna se sentía muy feliz al saber que su hermano era correspondido.

*Fin de Flashback*

Llegó la hora en la que Sebastián pasaría por Julia, ambos se sentían nerviosos pero emocionados. Sebastián la llevó a un restaurante cerca de la playa, donde sin querer terminaron viendo el atardecer juntos

Vaya que se veía diferente ver el atardecer desde otra perspectiva, desde la tierra se veía igual de hermoso que desde el océano.

—Es hermoso ¿no? —dijo Sebastián mirando el atardecer y luego a Julia.

El chico sonrió al ver como el reflejo del sol estaba en el rostro de Julia, haciéndola más bella para sus ojos. Ella asintió sonriendo

—¿Están listos para ordenar? —llegó una mesera a su mesa.

Sebastian miró la carta y eligió camarones con queso y tocino

—Quiero los camarones con queso por favor —sonrió amablemente

—Claro en seguida se los traigo —respondió mirando y sonriendo a Sebastian.

La chica había olvidado por completo a Julia, por lo cual ella se molestó un poco sintiéndose excluida

—Yo quiero esa langosta —mencionó apuntándola en el menú.

La mesera asintió sin ninguna expresión y se fue de ahí

—Piraña —susurró viéndola irse.

—¿Como? —preguntó Sebastian confundido levantando una ceja.

—Oh, nada —sonrió disimulando.

Piraña era un insulto en el océano, Sebastian rió levemente mientras ella no sabía que hacer, luego de unos minutos llegó la chica con la comida

—Aquí tienes —sonrió coquetamente mirando aún a Sebastián.

Julia suspiró frustrada, miró hacia el mar y jaló el plato, la mesera frunció el ceño pero Julia la ignoró y comenzó a comer

—Tranquila, no comas tan a prisa —dijo Sebastian un poco preocupado.

Julia no respondió y siguió comiendo un poco molesta, ignoró completamente como aquella chica quería coquetear con su cita, mientras comía pensaba en que era lo que estaba pasando, ¿por que se sentía de esa manera?

—¿Tanto te molestó la mesera que me ignoras? —preguntó Sebastian interrumpiendo sus pensamientos.

—No es así, solo tenía hambre —le dio una falsa sonrisa.

El chico asintió no tan convencido y comenzó a comer, el quería que esta noche fuese especial y confesarle sus sentimientos. Al terminar de comer decidieron ir a la playa, no sin antes recibir un papelito de la mesera.

—¿Te gustó la cena? —dijo el chico metiendo sus manos a las bolsas del pantalón.

—Si, no estuvo mal —respondió con una sonrisa.

Julia miró sus pies y luego a el océano, extrañaba su hogar, pero también le gustaba tener piernas y estar en la tierra, mas cuando sentía que su corazón latía fuertemente cuando estaba con Sebatian, ese sentimiento jamás lo había tenido y le gustaba.

—Julia —Sebastian se acercó a ella y le tomó la mano. —Tengo algo que decirte

El estaba muy nervioso por la reacción de la chica, pero lo haría sin importar si fuera rechazado

—Dime —respondió tranquila.

—Julia, tu... tu... —balbuceó nervioso. —Tu me gustas

Sebastian la miró a los ojos y sonrió, sus ojos brillaban, mientras que Julia seguía sintiendo su corazón latir rápidamente. Julia quedó en silencio tratando de asimilar lo que acababa de decir, ¿Ella le gustaba? Sebastian se sintió triste al ver que no tenía respuesta

—Perdón si te hice sentir incomoda —dijo soltando su mano.

—No Sebastian, tu también me gustas —sonrió. —Creo que tú también me gustas

El chico no podía con tanta felicidad, la abrazó sonriendo y al separarse le dio un tierno beso

—¿Quieres ser mi novia? —preguntó acariciando su mejilla

—Si —asintió sonriendo, pues ya sabía el significado de aquello.

Sebastian la volvió abrazar fuertemente, ese momento había sido muy hermoso y salió mejor de lo que esperó

La Sirena  [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora