Capítulo 10 "¿Que esta pasando?"

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Julia regresó con las chicas un poco confundida con lo que había pasado, excepto Danna.

—Listo —respondió tranquila.

—¿Que fue lo que te sucedió? —preguntó confundida Jade.

—No lo sé —respondió Julia negando confundida.

—¿Como fue? —preguntó curiosa Danna.

—Pues de repente me escurrieron gotas de agua por mi cuerpo y...—la chica fue interrumpida por una leve risa de Danna.
—¿Que es tan gracioso? —preguntó Lidia un poco enojada, pues la situación que había pasado era seria para ellas.

—No te pasó nada raro... Sólo sudaste —explicó Danna tranquila.

—¿Su que? —respondió frunciendo el ceño.

—Sudaste, no es nada fuera de lo común

—Para nosotros si —respondió Lidia

—Las sirenas no sudamos —continuó Jade.

—¿No? —preguntó sorprendida.

—No —respondieron seriamente.

—Es extraño, pero bueno ¿Quieren ir a casa? El otro día compré un helado delicioso.

—Claro —respondieron las tres en unísono, las sirenas amaban el helado.

Las cuatro entraron a casa entre risas y platica, Danna y Julia sirvieron el helado mientras Lidia y Jade estaban sentadas en el sillón. Los conos estaban completos con el helado, Julia se los entregó y en el momento que estuvieron a punto de comerlo este comenzó a derretirse

—¡Chicas! —dijo Lidia asustada.

—¿Que pasa? —preguntó Jade sin preocupación, hasta que se dio cuenta de lo que estaba pasando. — ¡Oh cielos!

—¡Oh por dios! —gritó Julia.

Justo en ese momento, las tres chicas se convirtieron en sirenas, Danna las miró sorprendidas mientras ellas ya tenían su cola, tomaron su tiempo en secarse pues no había nadie en casa

—¿Por que rayos paso esto? —preguntó confundida Julia.

—Bueno, es normal que un helado se derrita. Pero fue extraño que los 3 al mismo tiempo y tan rápido se hayan derretido y aun mas extraño que el mio no —dijo Danna pensando

—Es muy extraño..

—Debemos de averiguar que esta pasando

[...]

Ya habían pasado días desde que Sebastián tenía el tridente, nadie se había percatado pero el color de sus ojos no era el mismo desde que despertó en su casa, sin recordar que pasó después que vio a aquel señor. Sebastián imprimió información del tridente y se fue a la isla donde vio la última vez a aquel hombre.

Mientras que a las sirenas les han ocurrido cosas extrañas sin saber de dónde vienen, como lo que les ocurrió con el sudor y los helados. Una tarde estaban platicando en la sala de la casa sobre el tema.

—No sera que...—alargó la palabra Lidia.

—¿Que..... que? —respondió seria Jad.

—No, eso no lo digas ni de broma —habló Julia entendiendo a lo que se refería su amiga.

—¿De que hablan? —dijo Danna llegando con unas hojas.

—Lidia cree que lo que pasa con nosotras es sobre el tridente —respondió Jade volteando a verla.

—¿Sobre esto? —dijo Danna dándoles las hojas que traía.

—¿Que es? —preguntó frunciendo el ceño.

Al ver las hojas se dieron cuenta que había información sobre el tridente.

—¿De donde sacaste esto? —preguntó Jade con temor.

—Lo vi entre las cosas de Sebastian
—respondió la hermana del chico.

—¿Crees que el sepa de nosotros? —preguntó Julia preocupada.

—No lo creo, el me hubiera dicho algo —respondió Danna tratando de conservar la calma.

—¿Entonces por que investigó sobre el tridente? —respondió Julia levantándose.

—No lose, tu eres su novia deberías saberlo —respondió Danna encogiéndose de hombros.

—Pues ni por que soy su novia me ha dicho nada —habló caminando de un lado al otro.

—Yo opino que si el es tu novio tiene derecho a saberlo —soltó Jade.

—¿Saber que? —paró en seco Julia cruzándose de brazos.

—Que eres una sirena —susurró Jade.

—Creo que Jade tiene razón —suspiró Lidia.

—Sí  —asintió.  —Se lo diré

[...]

Al día siguiente Julia decidió que era el día en el que le confesaría su secreto a su amor, Danna le había dicho que si realmente la amaba se quedaría con ella. Aún así no podía evitar estar nerviosa, esperaba en aquel parque cuando Sebastián se acercó a ella.

—Hola mi amor ¿Como estas? —dijo con una sonrisa.

—Estoy bien —sonrió. —¿Y tu como estas?

—Feliz de verte —sonrió sin mostrar sus dientes.  —Oye tengo algo que contarte

—Adelante, dime —dijo Julia sentándose en la banca.

—Bueno, esto te sonará extraño pero...
—dijo deteniéndose un poco.

—¿Pero que? —preguntó curiosa.

—Después de  nuestro campamento, cuando fuimos juntos, decidí ir yo solo pero... —hizo una pausa.  —¿Tu sabes lo que me pasó la vez que fuimos todos juntos?

La chica se puso un poco nerviosa y dijo:

—No, no recuerdo, tu te quedaste  cuidando el campamento y nosotros fuimos a explorar un poco, Y cuando llegamos estabas dormido

—Pues eso mismo fue lo que me pasó esta vez que fui yo solo, y esta vez me encontró Kendall

—¿Quien es Kendall? —preguntó Julia confundida.

—Es mi vecino y mejor amigo

—Wow, realmente esto es extraño

—Y se vuelve aún  mas extraño —dijo emocionado.

—¿Por que? —preguntó confundida y con temor de lo que le pudiera decir.

—Antes de desmayarme recuerdo que, encontré algo, pero era muy raro —explicó haciendo un movimiento con las manos.

—¿Que era? —preguntó un poco nerviosa.

—Es algo extraño pero cuando vallas a casa te lo mostraré —sonrió de lado, realmente estaba
muy feliz y emocionado.

—Me dejas con la duda —dijo haciendo un puchero. —Pero está bien

—Julia eres muy tierna —respondió tomando sus mejillas.

Julia se sonrojo y rió, el se acercó lentamente y la besó, siempre sentía una conexión cuando unían sus labios.
Ese momento fue mágico para Julia, no pudo evitar sonreír, realmente quería a este chico y le gustaba estar con el. Al separarse del beso se quedaron viendo a los ojos, pero la chica se percató de algo, esos ojos azules que tanto le gustaban ya no eran así, si no que tenían una tonalidad verde ¿Que era eso? Quizás imaginaba cosas.

La Sirena  [Completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora