3-Epilogo

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-¿Cómo sabes que te drogue?

-No por nada terminamos teniendo sexo.

-Huy, ahora resulta que al mujeriego no le gusta tener sexo con desconocidas.

-Es solo un personaje. Yo no soy realmente así. Tú pasaste los límites, ¿Cómo puedes aprovecharte así de una persona?

-Porque puedo. Tengo las herramientas y el poder de hacer con cualquiera lo que yo quiera.

-¿Por qué me hiciste esto a mí? ¿Qué es lo que te hice?

-Necesito la plata. Después de esto...

-Pensabas robarme. Dejarme sin nada ¿Cierto?

-Sí. Pensaba hacer eso. Necesito alimentarme, comprarme ropa. No sabes lo que tengo y tuve que pasar desde que nací.

-¿Y qué tengo que ver yo con eso?

-Que sepas lo que se siente no tener nada. Si supieras lo que se siente vivir en la calle, sin madre, ni padre. Me darías la razón.

-Tu nombre es Liliana Sánchez ¿no?

-¿Qué te hace pensar eso?

-La entrada, boleto, como lo llames, tenía ese nombre.

-Si me llamo así ¿Qué? ¿Algún problema?

-¿Me estas mintiendo?

-¿Por qué tengo que estar mintiendo?

-Desde el comienzo me engañaste.

-Bueno. Era mejor que decirte que quería venganza robarte y no entenderás nunca.

-¿Vengarte?

-No vas a saber nunca el porqué.

Me levante de la silla, junte mi ropa y sacándome las llaves de las bragas, se las tire y las atajo en el aire. Entre al baño a vestirme. Me mire en el espejo y gruñí:

-Vas a ver que todo va a salir como lo pensamos. Nos va a pagar esta y la otra vez que me rechazó.

Al salir del baño me calce las zapatillas y me coloque la capucha. Me quede en la puerta pero luego camine a la puerta de salida. Trate de abrir, pero, la puerta estaba cerrada. Recordé que fui yo quien cerró la puerta. Voltee a mirarlo y estaba con una sonrisa de oreja a oreja.

-Abrime.

-¿Qué cosa?

-La puerta, infeliz.

-¿Con esa boquita comes?

-¿No querías verme fuera? Abrime entonces.

-Antes vas a tener que hablar.

-¿Hablar? ¿De qué?

-De todo.

-¿De todo, qué?

-De tu plan y de la "venganza" –dijo haciendo las comillas con los dedos.

-Te crees que voy a ser tan estúpida de decirte todo lo que planee, solo porque te hace sentir mal.

Me miro y cambio el gesto, ahora se estaba riendo. Si supiera quien soy en verdad no tardaría en arrodillarse y pedir perdón. Camine hacia él, me pare mirándolo con el ceño fruncido y grite:

-Me abrís o llamo a la policía.

-¿Qué me van a hacer?

-¿A quién te crees que le van a creer?

-A mí por supuesto.

-Digo que me violaste.

-¿Qué? No, ni se te ocurra.

-Entonces abrime.

-No voy a abrir hasta que me expliques todo.

Me quede en silencio no le iba a decir nada. ¿Por qué tuvo que descubrir todo? Agarre las llaves en un rápido movimiento e inmediatamente corrí abrí la puerta y me fui. Pero, sentí que alguien me seguía.

-No me sigas.

-¿Vas a irte bajo la lluvia?

-Si fuera el apocalipsis también me iría.

-Bien. Solo que está cayendo granizo.

-¿Qué?

En ese momento me pare y escuche lo que sucedía alrededor. Se escuchaba los pedazos de piedra congelada contra el pavimento. Voltee y exclame:

-¡Bien! Entonces, me quedo en recepción.

-Okey. Que te diviertas.

-Lo voy a hacer... espera –escuche otra vez y ya no granizaba –adiós, bonito, me voy.

-Adiós, preciosa.

Rápidamente baje por las escaleras, no perdería el tiempo con el ascensor. Al salir de allí la lluvia se hizo cada vez más fuerte. Camine varias calles hasta llegar a la vuelta del estadio donde anteriormente este tal Romeo canto. Me encontré con un amigo de años.

-Vicha, ¿Cómo estás?

-Bien, Juanjo ¿Y vos? Tanto tiempo sin verte por el barrio.

-Conseguí trabajo acá, por eso no estoy casi en el barrio. Pero, el domingo tengo pensado visitar a mamá, tiene problemas de riñones.

-Que mal. Pero, ella estaba bien ¿Qué le paso?

-Y... lo de siempre, papá.

-Yo no entiendo cómo puede seguir con ese tipo. Perdón, es tu papá, pero, la está matando con los golpes y con cada cosa que le hace.

-Eso es lo que tampoco entiendo, pero, bueno, mamá lo quiere y no podemos hacer nada.

-Pero, nene, vos como hijo tenes que hacer algo.

-Papá ya es mayor, no puedo denunciarlo.

-Al final, van a terminar con esa mala noticia.

-Bueno, vicha. Cambiemos de tema ¿Algún pretendiente?

-Puede ser, pero, no creo. ¿Y vos?

-Me estoy por casar.

-Jodeme –grite – ¡Te vas a casar! ¿Y no me lo dijiste? ¡Te felicito!

-Gracias. No te lo dije a vos, pero, a tu hermano sí.

-Mira vos, el bicho no dijo nada.

-Entonces, es el 13 de Diciembre, al mediodía la ceremonia y a la noche la fiesta.

-Bueno, voy a estar allí –mire para atrás sin querer y lo vi –Tomamos algo ¿Da?

-Dale. Al bar ¿no?

-Obvio, nene.

Caminamos hacia el bar, mientras de vez en cuando disimuladamente miraba hacia atrás y siempre lo agarraba con la guardia baja, no me miraba. Con Juanjo entramos al bar y nos fuimos a la zona de amigos, la misma de anoche.

-¿Puedo sentarme con ustedes? –escuche.

PD: Dos pistas, la primera hace pensar que de verdad mi historia es muy fuerte y la segunda es la historia de Juanjo, mi mejor amigo, casi mi hermano.

Juegos de obsesión -Romeo Santos [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora