2-Volveré

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Entramos en un McDonald, antes de bajar del auto se puso lentes, gorra y se encapucho todo, por suerte no hacía calor, pero, ya se lo veía con calor.

-¿Calor? –pregunte riendo.

-Quiero esconder mi identidad, como Superman –bromeo.

-Bueno Superman, ¿Quién invita?

-Yo.

-Te voy a hacer pagar una triple.

-¿Triple?

-No, prefiero el combo completo.

-Como guste, preciosa.

Entramos, me dirigí hacia una de las mesas, mientras le hacía una seña que lo esperaba allí. Varios minutos después apareció con una bandeja.

-¿Te hicieron descuento? –pregunte riendo.

-No –respondió –pero me pidieron una foto y autógrafos.

-Ni aunque estés encapuchado hasta la barba vas a dejar de ser Romeo Santos, querido.

-Soy irresistible –bromeo.

-¿Para quién?

-Para las chicas que vienen hacia acá.

-Voy al baño –dije.

-No, no me dejes solo, si me ven acompañado me van a dejar tranquilo, pero si me ven solo...

-Ojo, con mi comida, es mia.

-Pero...

-Ahora vengo.

Me encamine al baño, minutos después volví al lugar y estaba ocupado. Con rabia me encamine a MI lugar. Habían dos mujeres de unos treinta y pico, y tres mujeres adolescentes/adultas, la verdad es que parecían y no.

-Perdón, señoras, pero este es mi lugar –proteste.

-¿Si? Es obvio que tenes envidia de que estemos acá –dijo una de las adolescentes, si, definitivamente era una adolescente, esa vocecita y la vestimenta.

-Tony –proteste –podrías pedirle a tus fanáticas que nos dejen hablar en paz.

-Señoras y señoritas –dijo sonriendo de costado –por favor pueden dejarme a solas con la preciosa dama.

Puse los ojos en blanco. Pero, luego sonreí. Las cinco mujeres desaparecieron de nuestras vistas y me acomode en mi lugar.

-Que olor tan feo –murmure.

-Me regalaron un perfume –dijo mostrándome el frasquito y la caja.

-¿Eso tiene tan feo olor?

-Bueno, vale la intención.

-¿Lo vas a usar?

Sonrió y se puso el perfume. Me tape la nariz con la manga de la remera manga larga.

-¿Querés espantarme? ¿O espantar a tus fanáticas?

-Es rico después.

-¡Que mal gusto!

-Bueno, cambiemos de tema –dijo riendo –. Se cumplió lo prometido.

-¿Lo prometido?

-"¿Nos vamos a volver a ver algún día?", aquí estamos.

-Comiendo una hamburguesa –bromee.

-Cortaste el romanticismo.

-Cierto, él es Romeo, el romántico –dije remarcando más las silabas "Ro".

Juegos de obsesión -Romeo Santos [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora