Capítulo 5: Revelaciones

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El aire estaba viciado y era caliente en el oscuro parking. La tensión se podía palpar en aquel ambiente. Gin se frotó las manos tras haberse desecho de su nuevo oponente. El asesino no se había fijado en el rostro de su oponente hasta que le vio tendido en el suelo. Resultó ser una adolescente de pelo corto. A simple vista, parecía un hombre por su forma de vestir y su plano busto, pero sus rasgos eran claramente femeninos. La joven miró a Gin, el hombre se fijó en sus ojos. Eran de color verde, de un precioso verde esmeralda capaz de brillar hasta en la boca de un lobo. Gin se estremeció, lucían igual que los de su viejo enemigo, ese enemigo el cual ya no existía. Estaba seguro de que no era una alucinación, estaba seguro de haber visto en aquella chica los mismos ojos y rasgos de Shuichi Akai. 

Poco sabía Gin sobre el pasado del que una vez fue miembro de la Organización con el seudónimo Dai Moroboshi y Rye como nombre en clave.  Solo sabía que era un hombre solitario y que pese a vivir solo en Japón tenía familia en los Estados Unidos de América. Gin dio otro fugaz vistazo a la joven que yacía retorciéndose de dolor sobre el frío y húmedo pavimento del parking. Lucía igual que Shuichi, su tez era del mismo tono ligeramente moreno e incluso la chica tenía esas bolsas bajo sus ojos características de Akai. Gin alejó su vista de la muchacha y caminó hacia un lado, lejos de aquella chica. 

La mirada de Conan se posó sobre el cuerpo del atacante —o mejor dicho—, la atacante de Gin. No era nada más ni nada menos que Masumi Sera, la hermana pequeña del famoso agente del FBI y enemigo principal de Gin Shuichi Akai. La mirada de Conan se tornó oscura al mirar a la esbelta joven ojiverde tirada en el suelo con un profundo impacto de bala en su hombro derecho. Jodie miró a la joven a los ojos y tras mirarla su corazón dio un vuelco pues efectivamente, aquella joven era la hermana de Shuichi. Jodie cambió su semblante y llamó a Camel. Conan se acercó a Masumi, su mirada negra perdida en el pavimento. Abrió los labios y algunas palabras salieron de ellos en un vago y ronco murmullo, no parecía un niño de siete años.

—Masumi-neechan, ¿por qué has venido? —alzó un poco la mirada y tosió para aclarar la voz.

—Conan-kun...lo siento, me lo había contado Shuu... —la chica giró la cabeza y miró a Conan con una ligera sonrisa que ocultaba su dolor.

—Maldición, ¿cómo se ha enterado de todo? Dios, no me lo explico. Y además Masumi, ¿por qué has venido? Ahora por mi culpa estás herida —el chico ocultó su rostro con sus manos pues era incapaz de mirar a aquella agonizante joven a los ojos.

—Conan... él lo sabía todo, he venido aquí solo para protegerte.

"Para protegerte". Las palabras de la muchacha resonaban en la cabeza de Conan una y otra vez. Aquella extraña compañera de clase de Ran había resultado ser la hermana pequeña del reputado agente del FBI Shuichi Akai. Masumi es una chica inteligente, su inteligencia es tal que la joven era conocida por ser una buena detective. Ella no había pasado desapercibida en ningún momento, pero Conan no podía creer lo que veía. Pese a no tener el mismo apellido el parecido físico entre Shuichi y Masumi era indudable. Conan sabía que Shuichi estaba vivo, pero no sabía que su hermana también estaba al tanto.  Shuichi había sido supuestamente asesinado por Rena Mizunashi, también conocida como Hidemi Hondo, una agente de la CIA infiltrada en la Organización. El joven detective se estaba carcomiendo en su interior, pensando y pensando en la osadía de aquella chica que yacía en el frío suelo de aquel parking.

Heiji, el cual estaba apoyado en una columna escuchando la conversación de Conan y Masumi, se quitó la chaqueta y se la tendió a la joven detective para ayudarla a levantarse. La joven, pese a estar muy débil sonrió al joven de Osaka a modo de agradecimiento por su amabilidad. Conan avanzó con Jodie mirando al lugar en donde un hierático Gin, apartado de todo el mundo, contemplaba la horrenda escena. Un camino escarlata se iba formando según iba pasando la joven herida, acompañada por Heiji. Los dos, junto a unos agentes del FBI que les escoltaban en su camino, abandonaron el frío parking dejando atrás a Conan y Jodie, solos ante Gin.

La Sombra Del Pasado |Detective Conan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora