Cuando Alicia consiguió entrar hasta las celdas de la comisaria el primero en verla fue Adrián
-¡Alicia! ¿Cómo entraste? -Adrián se acercó a las rejas
-El comisario me dio permiso antes de irse -contesto la joven
-¿Y a dónde fue? -pregunto
-Creo que a casa de don Alfonso La Collina -respondió ella mirando con preocupación sus heridas en la cara- ¿Seguro estas bien? -pregunto de nuevo. Adrián le sonrió
-Si descuida ya te dije que luce peor de lo que realmente es
-Bueno
-Entonces el comisario si fue para allá
-Si -confirmo ella- ¿Tú lo conoces?
-Quiero que hagas un enorme favor -le dijo evitando su pregunta
-Claro, dime
-Busca a Michael, él esta con tu amiga Helen
-¿A Michael McKinley? -Pregunto- No sabía que lo conocieras y mucho menos a Helen -eso pareció asombrarle
-A Michael lo conozco hace años somos amigos y a tú amiga la conocí hoy, pero por favor ve yo después te explico -le pidió él
-Está bien, enseguida vuelvo -Salió corriendo del lugar en busca de Michael, no fue difícil hallarlos cuando al fin los vio corrió hacia ellos desesperada, al verla tan nerviosa, le preguntaron que le pasaba y ella les contó todo lo que había ocurrido
-No puedo creerlo ¿Cómo fue a ocurrir algo así? -Michael estaba atónito
-El comisario está loco, como se lo ocurrió encerrar a Adrián, cuando el señor Alfonso se entere, se va a enojar y enserio -Comento Jimmy
-No entiendo ¿Que tiene que ver el señor La Collina en todo esto? -pregunto la joven
-Acaso no lo sabes Alicia, Adrián es su hijo -fue Helen quien respondió su pregunta, Alicia se sorprendió con la noticia
-No...no lo sabía -confeso- Pero vamos Michael que Adrián quiere verte
-Si vamos -Lo que ellos no contaban es que Paúl no quería dejarlos pasar siguiendo órdenes de su jefe de no dejar ver a los presos en su ausencia
-Entiéndanme, si el comisario lo sabe me puede despedir -dijo el joven de contextura delgada y cabello de ceniza
-Esto es importante -insistía Michael- Debes dejarme verlo
-No puedo, lo siento -se negó de nuevo
-Paúl -Intervino Helen- ¿Creí que éramos amigos?
-Yo las aprecio mucho muchachas -dijo mirando a ambas jóvenes- Pero ordenes son ordenes
-Esto es inaudito ¿Cómo pueden encerrar a alguien por esto? -Jimmy estaba muy enfadado
-Ya les dije que yo solo recibo órdenes -volvió a insistir el joven
-Bueno esto es una orden, déjanos entrar, sabes perfectamente que soy sobrino del Gobernador, o nos dejas pasar o tengo que ir por él -Michael estaba muy serio y era capaz de hacerlo, él pobre empleado se intimido ante esta amenaza que no tuvo otra opción. Pues el joven a pesar de su corta edad inspiraba respeto.
-Está bien -dijo a regañadientes- Pero que sea solo un momento
-Descuida, que así será y no te preocupes no le diremos nada a tu jefe
-Gracias joven McKinley -Los cuatro jóvenes entraron, donde se encontraban la celdas, Adrián estaba sentado en el suelo de su celda con la cabeza hacia atrás esperando por ellos.
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Say you'll love me again
Ficção AdolescenteCuando Alicia Danton cree haber encontrado el amor junto al noble y amoroso Adrián La Collina de pronto el destino en una mala jugada los separa. Ella cuando mas se siente morir, aparece en su vida el huraño y déspota Bruno Von Lengerke alguien tota...