Lo que sucedió aquella noche no pasó desapercibido para el mundo. El fenómeno lunar llamo la atención de todas las criaturas. Para los humanos fue un extraño evento, algunos lo relacionaron con el fin del mundo, la llegada de extraterrestres y varia otras tantas cosas más...tantas como a personas se les permitía hablar de ello. Otros, más expertos, explicaban que el halo lunar no era un fenómeno peculiar en sí, es común observar un efecto óptico en forma de disco alrededor de la luna o el sol (bajo ciertas condiciones meteorológicas), que presenta un anillo iridiscente en su circunferencia exterior. Lo poco común era su proyección en color rojo por lo que iban a estudiar aquel suceso. Lo que suponían en principio era que la luna tuvo una anómala aproximación con la tierra y ésta se reflejó en las mismas partículas de hielo que causan el efecto del halo y debido a la contaminación e inclinación del haz de luz se vio de ese color (siempre se le puede dar explicación científica a las cosas).
En cambio, los vampiros asumieron distintas posiciones, en ambas este hecho representaba un cambio. Para las familias expulsadas les proverbiaba lo que tanto estaban buscando y les fue negado hace 174 años, su reinado de sangre. Esa luna roja les anunciaba que era su momento para volver a juntar sus fuerzas. Las otras familias solo veían que traería cambio, pero no se definían cómo, la erupción trajo modificaciones que nunca hubieran podido prever. Por lo que permanecerían atentos a cualquier señal clara que les diera una pista, aunque algunos, también el rey, tenían sospechas de que podría ser. El escudo de armas de los Litvenko contiene una luna roja y la cara de un lobo gris.
El rey comenzó a preocuparse de que fuera algo relacionado con su familia ya que su padre, quien fuera el primer Litvenko en llegar al trono 300 años antes que naciera Razvan, tuvo que enfrentarse en una gran lucha en la que peligraba la vida de muchos y así fue como lo nombraron rey. Su padre Baldur le había contado esa historia millones de veces, nunca se cansaba de escucharlo.
Por ese entonces en este mundo existían otras criaturas que con el correr del tiempo se fueron extinguiendo, desapareciendo o reduciendo en número. Una criatura en particular era bastante peligrosa, se alimentaba tanto de humanos como de vampiros, llamados Krvop, pero a diferencia de los segundos no solo bebían la sangre de sus víctimas, sino que también devoraban sus cuerpos. Éstas eran criaturas parecidas en fuerza a los vampiros, pero no en apariencia, tenían un solo orificio nasal, una lengua puntiaguda y dientes muy afilados. Los estaban eliminando a todos, humanos y vampiros, habían crecido en número y no tenían la desventaja del sol. Eran una plaga imparable.
Llegados un punto Baldur y todos en Friburgo se encontraban cercados, fue cuando mandaron a construir las murallas de la cuidad. Pero aun así permanecían en desventaja cada vez que el sol salía. El padre de Razvan no se rendiría, era más inteligente que el resto no buscaba la forma de cerrarles el paso o inventarse el arma más poderosa, lo que quería era encontrar su debilidad, algo debía poder frenarlos. Lo que se disponía en esa época era bastante poco para lo que él realmente necesitaba.
Una noche luego de no llegar a nada, cansado y frustrado, decidió dejar todo y se puso a beber un licor casero que preparaban en el pueblo. Como era de esperarse tomo demás, quedo dormido sobre la mesa y fue cuando lo vio. Comenzó a soñar, hacía días que lo atormentaba una misma pesadilla, a veces creía que lo veía realmente, un enorme lobo gris que lo observaba desde la cima de una colina. Esta vez por lo cansado y la bebida no pudo despertarse como siempre, y volvió a soñar con ese cielo oscuro sin estrella, el único punto que iluminaba todo era una inmensa luna de color rojo, en la cima de la colina volvió a aparecer la figura del lobo que lo miraba. Baldur estaba dispuesto a enfrentarle, pero éste no avanzaba, nunca lo hacía en realidad, si no que se puso a aullarle a la luna. Era como un llamado y el padre de Razvan decidió ir hacia él, al aproximarse el lobo comenzó a caminar hacia uno de los bordes de la colina. Éste no era cualquier lobo era bastante grande, media como 1,5 mts sobre sus 4 patas, era de color gris con unos profundos ojos amarillos.