Carta 1

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Molly:

Recuerdo el día en el que nos conocimos. Tu eras una niñita dulce e inocente, y yo era la extrovertida que siempre estaba haciendo locuras.
Con tus ojos negros, tu piel morena y tu cabello negro, y tu carita de niñita te acercaste a mi, y en un segundo ya éramos inseparables.
No se cual fue la chispa que encendió nuestra amistad, pero sé que a lo largo de estos años la llama se ha hecho más y más grande.
Y sabíamos que no era bueno jugar con fuego; podríamos quemarnos. Pero yo siempre pensé que nuestra amistad podría sanar cualquier herida.
No fue así. Era demasiado doloroso para solo nosotras dos y fue allí; en ese punto donde nuestra burbuja de amistad estaba débil, que todos pudieron entrar.
Era un espacio demasiado pequeño para todos ellos. Era un espacio solo para dos.
Todos ellos, todos fueron los que la reventaron, haciendo que nuestra amistad desaparezca como todo lo que hemos vivido.
Yo no lo he olvidado, ¿lo has hecho tú?
Me gustaría decir que todo lo puede ser como antes pero se que no es así. Ya nunca más nada podrá ser como antes.
Lo siento, pero es demasiado difícil. Te juro que nos encontraremos pronto.
El tiempo no se detendrá por mi dolor, o por el tuyo. Nosotras escribimos nuestro propios destinos. Tú, con tus malas decisiones, elegiste estar en donde estás ahora. Pero yo; yo aún estoy indecisa sobre que hacer con mi vida.
Estoy segura de que me habrías dado un buen consejo si estuvieras a mi lado.
Pero no estás.

F.

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