Carta 4

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Molly:

     Un día en la escuela, cuando aún éramos amigas, algo cambió. Cuando te hice una pregunta y me respondiste tan cortantemente, como si yo fuera tu peor enemiga supe que algo te pasaba. Te lo pregunté y sabía que había un abismo de respuestas tras ese «nada» que me habías respondido, pero ya no te hablé ni pregunté otra vez sobre eso. Tal vez porque no quería saber la repuesta, pero en mi mente estuve preocupada todo el tiempo. ¿Hice algo mal? Era la pregunta que más rondaba en mi cabeza. No lo sabía. Pero de algo estaba segura: tú ya no eras la misma.
     Esos dos meses que no me hablaste fueron los peores. Yo... te pedía perdón, ni siquiera sabía por qué lo hacía. Solo quería que las cosas fueran como antes.
     Recuerdo que todas nuestras compañeras se empeñaban en amistarnos. Un día se juntaron en el baño, con nosotras dos incluidas. Tomaron mi mano, tomaron la tuya y las entrelazaron, pero yo tiré de la mía, separándola de la tuya, te dí una última mirada y me marche. No sé porqué lo hice, solo no me sentí lista para que todo fuera como antes.
     Fuiste tú la que nos separó, yo no seré la única que se empeñe en volvernos a unir.
     Igualmente no reconciliamos una semana después. Pero ya nada fue como antes.
     Ya todo había cambiado.
     Más todo había sido preferible a lo que somos ahora.
     Todo había sido preferible a ser como completas desconocidas.

                                                F.

Cartas para MollyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora