Capítulo 8: Gentileza

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Narra Cleo:

Abrí mis ojos con dificultad ya que aquellas lágrimas saladas habían hinchado mis doloridos ojos. Mire mi ventana que se encontraba algo entreabierta, provocando que una cálida briza de verano ingresara haciendo danzar de forma leve, las blancas cortinas de la habitación. Podía ver claramente la bella noche estrellada que habia fuera. 

Un manto de oscuridad invadía la habitación, pero a su vez la esplendorosa luna alumbraba con su blancuzca y azulada luz, todo sector que sus rayos llegan a tocar con suavidad. 

Levante mi perezoso cuerpo de las sabanas que lo envolvían recelosas y me dispuse a bajar por un vaso de agua. Me encamine hacia las escaleras algo adormilada, pero sin preocupación alguna de caerme ya que las conocía muy bien y acostumbraba bajar de noche casi siempre.  

Primero uno y despues el otro con lentitud. Me sentía mejor por el hecho de haberme desahogado, pero ahora que lo pienso tendré que ordenar todo lo que rompí y lanze...Genial. Aun asi me resultaba extraño el no haber pisado nada de lo que tiré. Tal vez pura suerte. 

En aquel momento mis pensamientos se desvanecieron. Justo en el momento en el que estaba en el anteúltimo escalón, todo pareció ir en cámara lenta y lo único distinguible para mis oídos fue el sonido de unos cascabeles. Sonó tan real que difícilmente me podía poner en la cabeza que tal vez habia sido una mala pasada de mi mente por la falta de descanso. Mire hacia todos lados tratando de buscar al responsable de aquel tan suave y encantador sonido. Mi búsqueda fue en vano porque todo estaba oscuro y no veía nada fuera de lo normal.

Baje los ultimos escalones y tantee las paredes buscando el interruptor. Una vez que con algo de torpeza, lo halle. Sin dudarlo lo encendí y para cuando di un vistazo a todo el lugar, me ubique y me diriji a buscar un vaso con agua de la cocina.

Mi mirada viajó por toda la habitación hasta que me detuve en la puerta corrediza que daba a mi patio. Divise con algo de dificultad una figura sentada en el pasto y al principio me aterre para luego caer en cuenta de que no estaba sola hacía más de unas semanas.

Deje el vaso vacío en la mesada de la cocina y tome dirección al patio con la intención de hacerle compañía.

Narra Zack:

Miraba con total atencion aquel increíble cielo estrellado, pensando en lo anteriormente sucedido respecto a aquellas imágenes fugaces. Medite y medite respecto al tema, pero siquiera un recuerdo o algún indicio de algo se vino a mi mente.

Fui arrancado de mis pensamientos al oír la puerta corrediza deslizarse suavemente. Observe de reojo de quien se trataba, aunque ya lo sabía bien.

Ella sin decir nada simplemente se sentó a mi lado prestando atencion al maravilloso espectaculo nocturno que se daba sobre nuestras cabezas. No tenía intenciones de hablar. No quería incomodarla ni mucho menos, asi que permanecí en silencio admirando el cielo.

Me encontraba en calma siendo distraido por la belleza de la luna hasta que sentí un peso en mi hombro que para cuando me di cuenta, Cleo se hallaba plácidamente apoyada en este con la vista puesta en las estrellas. No habia prestado mucha atencion antes, pero ella tiene en su poder unos ojos de un color ciertamente muy encantador. Me habia perdido en estos y cuando me quise dar cuenta su mirada encontró a la mía que la observaba descaradamente. Me quedé de piedra hasta que saque fuerzas de no se exactamente donde y rompí la mirada desviando la mía.

-Te molesta que este asi?-

Oí su pregunta y negué suavemente evitando el mirarla.

-No crees que hace frío para haber salido tan desabrigada afuera?-

Pregunté para cambiar de tema.

-Estoy bien tranquilo-

-Y quien dijo que me preocupaba? No te hagas esperanzas niña-

-Deja de llamarme asi gato estupido!-

Volvió...Eso fue todo lo que pensé para luego sacarme mi chaqueta y tirarsela a la cara.

-Pontela porque no pienso tolerarte cuando te enfermes-

Pude escuchar un perfecto refunfuño de su parte, estaba molesta. Aun asi no me esperaba el oir su agradecimiento.

-Gracias Zack-

Era la primera vez que me llamaba por mi nombre y rei con burla al ver lo avergonzada que estaba.

-Aun siendo de noche se aprecia tu color rojo, tomatito-

-Ya callate!-

-Bien, bien me callo-

Declare alzando mis manos en señal de rendición para llevar mi mirada una vez más al cielo.

_ No me dejes_

Al oír aquello rei burlon para despues contestar con un tono bastante tonto, haciendome pasar por un príncipe tipico de pelicula. 

-Por supuesto que no la dejaría my lady-

Más me sorprendí de su repentina respuesta y su expresión de desconcierto.

-Yo no he dicho nada...Te encuentras bien?-

Cuando lo pense bien caí en cuenta de que habia sido la misma frase de antes nuevamente repetida en mi cabeza, pero podría haber jurado que era su voz. ¿Acaso realmente me estaba volviendo loco?


¿Mi Chico...Neko? (Pausada hasta próximo aviso por cambios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora