capitulo 89

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- ¡Selena! – gritó Justin. Ella salió rápido del cuarto de baño. - ¿Qué haces?
- ¿Cómo que qué hago? – carcajeó ella. Él se acercó.
- Me tienes que acompañar a un sitio. Nos vamos esta noche y primero quiero ir a un lugar.
- ¿A dónde? – preguntó ella colocándole el cuello de la camisa. Justin la rodeó por la cintura. Ella le miró a los ojos.
- A un sitio. – murmuró él. Ella asintió. Justin le dio un beso en la mejilla y se giró.
- Quiero hacer algo antes, antes de irnos de Canadá.
- ¿El qué?
Se sentó en el borde de la cama y miró su guitarra que estaba encima de su escritorio. Luego miró a Selena y le regaló una tierna sonrisa. Ella frunció el ceño en interrogación. Miradas que hablaban.
- Un sueño que tengo desde pequeño.
Una sonrisa curvada permaneció en los labios de Justin durante casi 6 segundos. Y luego corrió hasta el cuarto de baño. Se lavó los dientes mientras Selena terminaba de colocar las últimas cosas en su maleta. ¿Qué demonios tramaba? Minutos después salió del baño tan guapo como siempre. Ella se giró un instante y le miró de arriba abajo. Él le regaló una risa divertida y luego, se acercó.
- Vamos.
- ¿Estoy bien así? – preguntó ella.
- Claro, como siempre.
- Tonto. Me refiero, para ir a dónde vamos.
- Sí, claro. Estás hermosa.

Ella sonrió.

- Ven, vamos. O no nos dará tiempo.

Se acercó a su escritorio y desencajó la guitarra de la pared. La metió dentro de un forro color oscuro y se la echó al hombro. Selena lo miraba con curiosidad. Se metió su teléfono móvil en el bolsillo y luego tiró de la mano de ella. Bajaron rápido las escaleras.

- ¡Vamos a salir un momento, no tardamos en volver! – gritó Justin. Su abuelo Bruce salió rápidamente de la cocina.
- ¿A dónde vais?
Justin le miró fijamente a los ojos. Como si quisiera decirle algo con la mirada. Como si con esa simple mirada, un diario se abriera, un diario lleno de palabras, historias. Y con esa mirada, le estaba respondiendo a esa pregunta sin ni siquiera moverlos labios. Bruce comenzó a sonreír levemente. Le había entendido.

- Tengan mucho cuidado. – dijo con una sonrisa en sus labios. Justin curvó los suyos y apretó la mano de Selena, quién no entendía absolutamente nada.
Salieron de casa. Justin le abrió la puerta a Selena y ella entró. Le cerró la puerta y rodeó el coche para abrir la suya. Antes de abrir su puerta, miró al cielo y sonrió. Suspiró. Y luego entró. Metió la llave. Y arrancó. Como antes, con fuerza. Pero esta vez era diferente. Esta vez iba a hacer realidad uno de sus sueños. Selena llevó su mano hasta su pierna derecha, apretándole un poco, diciéndole sin palabras que redujera. Él redujo. Estaba nervioso. Muy nervioso. Un nuevo suspiro se deslizó desde sus labios y golpeó la realidad. Ya habían llegado. Ella miró el lugar. ¿Qué hacían en aquel sitio? Frunció el ceño y luego miró a su izquierda.
- Ya hemos llegado. – murmuró él mirando hacia su izquierda.
- ¿Dónde estamos?

Y una vez más no le respondió. Sacó la llave y se la metió en el bolsillo delantero de su pantalón. Selena volvió a mirar hacia la izquierda allí sólo había un t...

- Vamos. – le dijo abriéndole la puerta.

Ella asintió y se bajó del coche. Justin le pasó la mano por la cintura y caminaron hacia unas pequeñas escaleras. Él la miró y Selena frunció el ceño observándole, pues ahora estaba sacando la guitarra de la funda. Dejó la funda en el suelo y luego, se sentó.

Ella dio dos pasos hacia atrás pues dos niñas pequeñas se habían acercado hasta donde Justin estaba. Él les sonrío y se colocó la guitarra. Cogió su púa y luego...comenzó. Ser cantante es su gran sueño, el sueño de toda su vida. Desde que nació ha estado cantando. En todos los vídeos familiares que hay por casa aparece cantando con una guitarra de juguete y un micrófono de papel. Siempre ha sabido que es a eso a lo que quiere dedicarse el resto de su vida. La gente se comienza a reunir. Una media sonrisa sirve para responderles. Sigue tocando. No para. No piensa. Apenas pestañea. Una y otra vez. Su cara. Sus ojos. Su sonrisa. Su voz. El sonido de sus cuerdas. Más y más gente. Se acercan, algunos se acercan y le ponen dinero en la funda de su guitarra. Ella cierra los ojos y recuerda. Esa canción se la compuso a ella. A su alrededor deben pensar que está loca. Y no se equivocan. Es más, le encantaría gritarlo en medio de la calle. Llamar la atención de todos. Que le escuchen, que se rían si les apetece. No solo quiere que lo piensen, quiere demostrárselo. Quiere que sepan que sí que está loca. Loca por él. Los aplausos interrumpen su pensamiento. Abre los ojos, lo mira. Está sonriendo. Los ojos se le ven más dorados que nunca. Un reflejo del atardecer le da de lleno, y la pequeña marca que tiene en su mejilla le resalta en el rostro. Los ojos le brillan y el corazón le late deprisa. Otra canción. Se detiene un segundo observando a una pequeña que está justo delante de él observándole curiosa, y le guiña un ojo mientras toca con la yema de sus dedos un sol mayor. Justin, sin más melodía que la de su corazón, que late muy deprisa. Abre los ojos y vuelve a centrar su mirada en su novia. Y gira su mirada un instante hacia la izquierda. ¡Ha ido mucha más gente de la que pensaba! Tenía miedo de que no viniera nadie. Pero ha sido todo lo contrario. Últimos tonos. Últimos acordes. Ha acabado. Clic. Sonrisa. Y una última foto con una joven fan a la que le regala dos besos. Le aplauden. Más fotos. Una señora se le acerca.

Desafió al corazón (Jelena) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora