.9.Un ráyito de luz..

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Cuando desperté fue por el llanto de Megan, me incorpore en la cama, cuando la puerta se abrió para aparecer Marco, con su espectacular cuerpo, solo en calzoncillos, no puedo evitar mirarle, aunque el camina rápido hasta la cuna, tomando a Megan, yo sentada en la cama los observo, es una imagen tan tierna, están los dos irresistibles, camina hacia mí, con Megan sobre su pecho, medio dormida.
-La túmbare contigo mientras me ducho-, observándolo introduce a Megan por mi lado izquierdo, apoyándola sobre mí, para yo poder abrazarla con el mismo brazo, nos arropa besando la cabecita de la niña que se a quedado dormida, nos observa por unos segundos y se marcha sin decir nada más, disfruto del momento de tener a mi niña en brazos, se ve tan indefensa, ahora tiene a su papa, que no dudo que protejera. Me que do dormida hasta que siento como quitan a Megan de mis brazos, abro los ojos encontrándome con Marco en chándal con Megan en brazos acariciandole su incipiente barba, él la observa absorto.
-Vamos mi princesa, papa te dará el desayuno, dejemos a mama descansar-, cierro los ojos para que el no sepa que desperté, hasta que salen de la habitación, Marcos aun duerme en su cunita y yo voy a la habitación de Marco para asearme y cambiarme. Cuando bajo a la sala Marco tiene a los niños en la sillita de paseo montados.
-Voy a salir a dar un paseo con los niños, cuando regrese quiero que nos sentemos hablar, el desayuno está en la cocina-, sin esperar respuesta empuja el carrito para salir de la sala, me agota, que querrá ahora, camino hasta la cocina, despreocupada, me encuentro con un plato de tortitas y zumo de naranja, sonrió para mí, mi desayuno favorito, me siento en la mesa y como al menos 10 tortitas y toda la jarra de zumo, estoy que voy a explotar cuando siento la puerta de la calle, Marco entra en la cocina solo.
-¿Los niños?-, le miró esperando respuesta.
-Laurence se quedo con ellos-, ¿con que permiso?, no me hubiera opuesto....o si....eso da igual al menos me lo podría haber preguntado.
-Y se puede saber con que permiso sacas a mis hijos de casa-, le lanzó una mirada fulminante, odio como me maneja a su antojo y hace todo lo que quiere sin consultarme.
-Tu viste como me iba con ellos....y yo también soy su padre-, en su mirada expresa furia hacia mí, al menos en algo coincidimos nos odiamos mutuamente.
-Sí, pero recuerdo que dijiste que ibais a dar un paseo, a Laurence no recuerdo que la mencionaras-, camine hasta él con la cabeza en alto, ya no me intimidaba me daba igual de lo que fuera capaz, me había roto el corazón ya no podía hacerme más daño, aunque le siga amando, apartó esos pensamientos rápidamente y situándose frente a él, con el dedo índice de la mano izquierda le apunto acercándome demasiado para mi gusto, pero intento mantener el control.
-Tengo unas ganas de perderte de vista, Bennedetti, eres lo peor que e conocido, no sabes cuanto te detesto-, su mirada se vuelve fría y sin esperar su respuesta salgo corriendo hasta su dormitorio, para buscar mi móvil que esta sonando, cuando llegó la llamada se ha perdido, como no conozco el número decido devolverla.
-¿Emily?- era la voz de doctor Piolini, se me hizo una sonrisa en el rostro, era tan agradable escuchar su voz animosa.
-Doctor, vi su llamada-, le oí reírse al otro lado de la línea.
-Sí para decirte que irá la enfermera a curarla, yo en la tarde pasare a visitarte.
-De acuerdo, doctor es usted muy amable-.
-Llamame Alex y nada es mi trabajo, te tengo que dejar un saludo.
-Un saludo-, Colgó dejándome con una sonrisa, aquel doctor es como un rayo de luz en toda esta pesadilla, hablar con él me da un empuje a continuar, su animosidad me era transmitida.
Llamo a Susan la cual me informa que en breve viajará con Artur y la Sra Smith, a lo visto Artur a comprado un apartamento acá en Roma, Susan los ha contado todo lo que está sucediendo, aunque al principio me enfadado con ella, se que la última vez que hablamos la deje preocupada, pero ellos son mayores y no quiero que se preocupen. Por supuesto estoy mucho más animada ellos estarán a mi lado y se que todo será mucho más fácil.
Estoy bajando las escaleras, cuando suena el timbre, no se donde andará Julieta no la e visto en toda la mañana, voy abrir la puerta encontrándome a una chica joven, rubia, alta de tez pálida, bastante guapa y una sonrisa de oreja de oreja.
-¿Emily?-.
-Sí, soy yo-, vuelve a regalarme una sonrisa tímida.
-Vengo de parte de Alex, me pidió que pasara hacerla la cura-, me retire rápidamente para que pasara.
-Perdone, pase, la estaba esperando- Pasa y cierro la puerta tras de mí. Me adelanto para conducirla hasta la sala, donde se encuentra Marco, colocándose la chaqueta para salir, se ve increíblemente sexy.
-Hola-, Marcos se acerca estrechando la mano de la enfermera, -soy el esposo de Emily-, la regala su sonrisa con la que encandila a todas.
-Encantada, vengo a curarla, soy Libertí-, ella le dedica una sonrisa pero no como la que me dedico a mí cuando la abrí la puerta, era de coqueteo, y el igual sigue sonriendo le tontamente, me están poniendo enferma.
-Libertí, ¿a venido a currarme o a tontear con mi marido?-, se a puesto roja ante mi comentario, haciendo que el estúpido de Marco se eche a reír.
-Voy un momento a la oficina, enseguida estoy de vuelta-, camina hasta mí, besando mi cabeza, lo intento esquivar sin éxito.
-Un placer Libertí-, pero esta vez lo hace de forma seria, sale dejándonos en un silencio incomodo.
-Acompañame arriba, tengo todo lo que el doctor me dio-, sin mirar si me sigue subo las escaleras hasta nuestro dormitorio, donde hay ropa de los dos, para que vea que somos un matrimonio claramente, no se por que estos pensamientos pasan ahora mismo por mi cabeza, ¿celos?, si, odio como la a sonreído, antes a mi también me sonreía de esa manera.
Entramos en el dormitorio, aunque todo esta en orden la cama esta sin hacer.
-Perdona, pero hoy los niños no están. ....y se nos han pegado las sabanas-, suelto una risilla falsa, ¡¡¡¡toma esa fulana!!!! Mi yo interior da un salto de voltereta al escucharme.
-No se preocupe señora, en este sillón la podre hacer la cura sin problemas-, se a puesto nerviosa ante mi comentario e intenta evitar mi mirada.
Me siento en el sillón y hago lo mismo que en el hospital, evitó mirarme, no quiero ver mi pecho, cuando me cambio de ropa, lo hago de espaldas al espejo, se que es demasiado infantil mi actitud, pero no me encuentro preparada. Cuando termina la acompañó a la puerta y concertamos para que vuelva en 2 días a la misma hora.
Tranquilamente me doy un baño como puedo, mientras estoy dentro de la bañera, Marco regresa queriendo entrar al baño, le ignoro, hasta que empieza a dar fueres golpes en la puerta, gritando mi nombre.
-¡Te quieres callar ya!¡me estoy bañando!- le grito, mi momento de relax termino, salgo de la bañera oyendo voces al otro lado de la puerta, que si le e asustado, que no contestaba, le ignoro, si de verdad le importará no me tendría aquí a la fuerza. Salgo ignorando lo, me e puesto un leging gris con una camisa suya de seda de esas tan caras, me e maquillado y peinado un poco, el puede tontear con la enfermera yo haré lo mismo con el doctor Piolini. Me observa y sigue hablando, pero yo hace rato de conecte.
-Te estoy hablando Emily-, se posiciona delante mía impidiéndole salir del dormitorio.
-Haber Marco, yo no tengo nada que hablar contigo, bueno si, ¿cuando podre irme?-, me doy la vuelta por que no soporto su cercanía, esta tan sexy con ese traje que siento que se me seca hasta la boca, -vamos hacer esto más llevadero-, me giro para mirarle de nuevo pero esta vez habiendo marcado una distancia prudente, -no hablaremos, no tendremos relación y cuando te canses de tenerme aquí, me avisas-, le guiño el ojo y le lanzó una mirada desafiante, el muestra una actitud entre desconcertado y divertido.
-Me gustas, as cambiado....-, le miró desconcertada, no puedo seguir hay y sin pensarlo salgo de la habitación.
Me encuentro en la cocina preparando un té cuando suena el timbre y voy abrir encontrándome con el Doctor Piolini.
-Hola doctor- me da un efusivo abrazo que aunque me sorprende un poco, correspondo con aprecio.
-Hola Emily, que ganas tenia de ver esa hermosa sonrisa- su comentario me hace sonrojarme.
-Pero, pa-..se-, me pongo asta nerviosa.
-Sí, por supuesto, ¿que tal te encuentras? -, cierro la puerta y me adelanto para que me siga hasta la cocina, -mucho mejor doctor y ahora que a venido a visitarme....-, de reojo he visto como Marco ha entrado sigilosamente en la cocina. ¡Toma esa!. Tose para hacerse notar y me giro haciéndome la sorprendida y el doctor se levanta para estrecharle la mano.
-Buenas, señor Bennedetti.
-Buenas doctor, amor-, se gira mirando hacia mi, yo le miró impasible, -voy a recoger a los niños, enseguida vuelvo-, se gira hacia el doctor y con un movimiento de cabeza se despide. Sirvo 2 tazas de té y me siento en la mesa junto al doctor, charlamos y su confianza me tienta a contarle la verdad sobre mi relación con Marco, aunque prefiero obviarlo. Le explico como me siento respecto a que me hayan quitado el pecho, el me alenta a que es normal que me sienta así a la mayoría de las mujeres les suele suceder después de esta clase de operaciones, se le llama rechazo a nuestro propio cuerpo, me a recomendado un libro sobre una chica que relata la enfermedad vivida desde su propia experiencia, creo que me le voy a comprar, cuando se despide de mi, me avisa que en unos días volverá a visitarme, por su puesto antes me avisará.
Cuando llega Marco y los niños, estos vienen como locos, cada uno trae un gran peluche, los dos corren a sentarse en el sofá junto a mi, últimamente los e tenido un poco desatendidos.
-Voy a preparar la cena a los niños-, se quita la chaqueta dejándola sobre una silla y desaparece en la cocina mientras yo me quedo con mis dos pequeños dándoles achuchones.......

Hay va otro capítulo se que os e tenido abandonadas pero no tengo tiempo, espero que os guste dejen su votico y comentarios, un besazooo.

Más de lo que llegue amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora