Capítulo 34: Jess

114 12 1
                                    

No tengo idea de cómo llego a la minivan de Michelle para el viaje a casa. Sólo puedo flotar por el estacionamiento como un globo de helio agarrado suavemente a la mano de Gray.

¡Mis labios y mejillas arden mientras mi mente reproduce y repite a besando a Gray! ¡Gray besándome! Cada centímetro de mi piel está en llamas. Juro que todavía siento sus manos rozando mis mejillas, sus dedos posados en la parte posterior de mi cuello y pasando por mi cabello.

Besarse es sorprendente... extraño... ¡hermoso! Todo lo que no esperaba, pero es todo lo que había soñado.

Mis mejillas arden de nuevo. Sé que he estado en un constante estado de "sonrojo" desde que Corey y Michelle nos interrumpieron, pero parece que no puedo poder detenerme.

No quiero detenerme.

—¿Cansada? —pregunta Gray mientras esperamos a que Michelle encuentre sus llaves y abra la Van.

Por primera vez, no siento la necesidad de mentir. 

—Sí. Mucho.

Él sonríe pero sus ojos están oscuros, con problemas. Casi puedo ver la tensión radiando de su expresión.

—No te preocupes. Estoy segura de que tu abuela está bien —digo, esperando calmarlo.

Abro la puerta de la Van. Le grito a Michelle que está en el otro lado del auto: —Michelle, préstale tu celular a Gray para que llame a casa. Está muy estresado.

—Sí... espera —dice ella.

—No es eso —dice Gray, bajando su voz. Sus ojos brillan y se nublan más—. Yo... necesito terminar nuestra conversación. En verdad. Tengo que saber que estamos en la misma página.

Pongo un rápido y atrevido beso en sus labios antes de subirme a la Van.

—Lo estamos. Estoy dentro. Tú ganas. Te daré una oportunidad. Confiaré en ti —digo por encima de mi hombro—. Simplemente llama a tu abuela primero para que puedas hablarme sin expresión extraña y de total molestia en tu rostro.

Paso los asientos con cinturones dirigiéndome hacia la banca, agarrando el orangután gigante de color azul que Gray puso antes en el auto. Empujo la cosa monstruosa en una especie de bola mientras Gray llega a la Van y toma el asiento junto a mí.

—Amo mi nueva almohada. Gracias de nuevo por ganarlo.

Sin una palabra él aprieta el incómodo animal de felpa en su regazo.

—Esta vez, te abrochas en el medio. Yo también soy tu almohada. Si no puedes aceptar eso, el mono sufrirá una muerte terrible.

Complacida, descanso mi cabeza en el mono e inclino mi peso en Gray. Nunca había estado tan consciente de cuan largas son sus piernas. Huele a limas y cálido como siempre. Pero esta vez tiene un olorcillo a algodón de azúcar saliendo de su camisa. Suspiro, sintiéndome completamente a salvo e increíblemente cómoda. Feliz, completamente... de nuevo. Medio quiero gritar.

OMG. Besé a Gray Porter y fue INCREÍBLE. ¡Y él es mi novio!

Michelle enciende el auto y se da vuelta para lanzarle su celular a Gray. Él lo atrapa con una mano dejando la otra en mi cabello.

—Probablemente no tenga señal hasta que nos acerquemos a Denver —dice ella.

—Pensé que dijiste que ella llamó al móvil de Corey. Si no hay señal... ¿cómo entró la llamada? —pregunta Gray.

AlmostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora